NUESTROS 12 PASOS
Muchos anarquistas, enemigos del “Estado” antes que del estatismo, espantan a la gente normal y sensata. Muchos ateos anticristianos, más enemigos de la religión que del estatismo, nos enemistan con la enorme masa de creyentes
Nuestros 12 pasos
Muchos anarquistas, enemigos del “Estado” antes que del estatismo, espantan a la gente normal y sensata. Muchos ateos anticristianos, más enemigos de la religión que del estatismo, nos enemistan con la enorme masa de creyentes
Por Alberto Mansueti
Marzo 4 de 2018
@MansuetiAlberto
“Sin política no hay cambios; sin partidos no hay política; y sin Programas no hay partidos”, dice sabiamente mi amigo Edgardo Manara.
En julio de 2011, desde el Perú, se fundó el Centro de Liberalismo Clásico, y se lanzó el “Manifiesto Liberal”, con nuestro Programa de las Cinco Reformas, inspirado en las “Cuatro Modernizaciones” del ex Premier chino Deng-Xiao-Ping, y en la “Revolución de Terciopelo” en Checoslovaquia, liderada por el Dr. Vaclav Klaus. En febrero de 2011, en Chile, se hizo el Primer Foro Liberal de América Latina, en cuya Web se pueden leer las “11 Tesis de Santiago”.
Desde entonces los liberales clásicos hemos andado mucho del buen camino en nuestra América mestiza, gracias a Dios. Pero comenzamos más atrás, con las típicas preguntas: ¿por qué el liberalismo no “le llega” a la gente? ¿Por qué “las ideas de la libertad”, como dicen los “tanques de pensamiento”, no le “bajan” al pueblo?
Fuimos autocríticos, como fue y es el Dr. Klaus. Nuestras respuestas: no todo es “culpa del estatismo, de los socialistas y de la gente ignorante que no nos entiende”. Al estilo “Alcohólicos Anónimos”, nos hicimos un ”minucioso inventario” de nuestros fallos más gruesos. Si Ud. no conoce “los 12 pasos de AA”, puede leerlos en Internet, para ver la forma, y comparar. Aquí van estos otros, para liberales y “libertarios”:
(1) No siempre dimos las buenas respuestas a preguntas y objeciones, en temas de monopolios, “desigualdad”, sindicatos, empleados públicos, industrialización, imperialismo, etc. A veces dimos respuestas insuficientes, mediocres o equivocadas. No dimos soluciones. No pocas veces fuimos arrogantes y groseros. Así nos alejamos de muchos sectores que hoy podrían ser liberales.
(2) No explicamos bien los malentendidos y enredos, sobre todo con “Neo” liberalismo y otros nombres y siglas que confunden. Hay partidos históricos que se llaman “liberales”, pero son de izquierda, de la “Internacional Liberal”, algunos llamados “socio-liberales”. Algún viejo partido “Conservador” sobrevive con ese nombre, ejemplo en Colombia; pero con ideas socialistas.
(3) Muchos anarquistas, enemigos del “Estado” antes que del estatismo, espantan a la gente normal y sensata. Muchos ateos anticristianos, más enemigos de la religión que del estatismo, nos enemistan con la enorme masa de creyentes.
(4) No estudiamos marxismo a fondo, y no siempre vemos sus tácticas, ni su presencia en Constituciones, leyes y “organismos públicos”, ni la continuidad de marxismo clásico y cultural.
(5) Muy enfocados en las teorías económicas, no hicimos detenido examen de leyes perversas, al estilo del diputado Bastiat, de los “manchesterianos” y su Liga Anti-Leyes de Granos.
(6) En cada país buscamos “inventar la rueda”, y así nos perdimos las lecciones de las experiencias de otros países, tanto en sus éxitos como en sus fracasos, de los cuales también se aprende.
(7) Hicimos ciertos esporádicos intentos con “política de un solo punto” (single-issue politics), sea impuestos, educación, aranceles, petróleo o lo que sea. Sin éxito, por carencia de un Plan General, un Proyecto entero, traduciendo el liberalismo “a la tierra” y completo.
(8) Por eso nos faltó un Mapa de Rutas, mostrando dónde queremos llegar, y por cuáles vías Ni en cuáles etapas, cuál es el “primer paso”, las estaciones intermedias, las prioridades en cada fase.
(9) No creamos fuerzas y partidos políticos, para dar a conocer la oferta, y comunicarla eficazmente, con candidatos postulados para ganar elecciones, y hacerla realidad.
(10) Así, no siempre supimos a quién hablar, con qué ni cómo; erramos mensajes y públicos-destino. Hicimos algunas alianzas inconvenientes, que nos perjudicaron.
(11) Ser “oposición” es indispensable antes de ser “gobierno”; y como no somos buenos en la oposición, menos se confía en nosotros para ser gobierno.
(12) Por eso nos plegamos a la anti-política: la mitología que denigra al “político”, y lo mira como el diablo de la película, que debe eliminarse y borrarse del mapa. Y exalta a un “ciudadano” abstracto, una especie de ente mesiánico, que nos va a redimir de todos los pecados, y a salvar del infierno de la política, y de todos los males, misteriosamente, nadie dice ni sabe cómo. Parte quizá la más difícil de nuestra labor es reivindicar la política, distinta de la politiquería, y la profesión política.
Hasta aquí nuestros “12 pasos”. En el II Foro, en Lima, en marzo del año pasado 2017, conversamos y aprobamos “14 simples reglas para hacer una buena oposición”, que también se puede ver en nuestra Web. Espero que el mes que viene en Guatemala, si Dios quiere, que toca nuestro III Foro, podamos conversar sobre estos 12 pasos. ¡Hasta la próxima!
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