Se sabe que Merkel le prometió a Putin que no iría más allá de las fronteras actuales de la Otan, es decir, los territorios de Europa Oriental en conflicto.
Promesa que quedó rota de parte de Occidente.
Lo más grave de este conflicto generado por las mentiras de Occidente y, especialmente, de los Estados Unidos en la era de Joe Biden, es que se puede extender con una rapidez inusitada a otros micro conflictos a nivel mundial como lo es el de la China con Taiwán, Corea del Norte frente a Corea del Sur, y, aunque de una manera remota, también puede llegar al conflicto que sostiene Colombia frente a Venezuela.
Las tensiones a nivel mundial vienen en aumento históricamente desde 1991 y se enmarcan dentro de las luchas imperialistas por la hegemonía mundial.
Lo que sorprende es que la guerra envuelve a sectores de países que se autodenominan del mundo “Civilizado” o primer mundo.
Bien, vale la pena cuestionar el papel de la ONU y la OTAN, organismos multilaterales, globalistas por lo demás, quienes al final pierden total relevancia no solo en este conflicto, sino en los anteriores como la invasión a Irak, demostrando que el principio del respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos son, solamente, saludos a la bandera con un alto costo no solo económico y burocrático, sino geo político.
El mismo Consejo de Seguridad de la ONU ha sido incapaz de tomar medidas acertadas.
El Derecho Internacional y los Organismos Internacionales parecen estar superados por las decisiones de las potencias hegemónicas como lo son los Estados Unidos o Rusia, al fin y al cabo, las únicas potencias mundial y globales de verdad, junto con la China, al mundo de hoy.
Porque Putin bien podría argumentar que, si los Estados Unidos invadieron a Irak, ¿por qué Rusia no puede invadir a Ucrania?
Puntilla: Y, decían que con Donald Trump comenzaría la tercera guerra mundial
Nota de la dirección: Periodismo Sin Fronteras no necesariamente comparte la totalidad de la visión de sus columnistas
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