BRASIL: PATRIA EDUCADORA

Patria educadora

Por Cezar Zillig – Neurocirujano (Blumenau – SC – Brasil) Traducción de Juan Koffler

El periódico brasileño Jornal de Santa Catarina (perteneciente al más fuerte grupo periodístico del Sur del Brasil, la Red Brasil Sur – RBS) del 17 de abril pp. notificó un tiroteo en la ciudad de Itajaí (el segundo y más importante puerto del Sur del Brasil) donde dos personas murieron y otras dos resultaron heridas. Tres de los involucrados, entre ellos los dos muertos, tenían conexión con el tráfico de drogas; uno de los heridos era una adolecente sin registros criminales por la policía.

En el día 18 de abril, ocho personas fueron asesinadas en la sede de la torcida organizada “Pavilhão Nove” del Club de Futbol Corinthians. El motivo de la masacre habría sido la disputa por control de puntos de tráfico de drogas. Apenas dos o tres de las víctimas estaban involucradas; cinco murieron como “bono”, gratuitamente.

En la noche de domingo, 26 de abril y madrugada del lunes 27, seis personas fueron asesinadas en cuatro ataques distintos, todos por las proximidades de los puntos de venta de drogas en la ciudad de Mogi das Cruzes. Según testigos, las víctimas aparentaban estar yendo adquirir drogas. Ninguna de ellas tenía registro por crímenes en la policía.

En apenas tres noticias reunidas aleatoriamente, súmanse dieciséis muertes en un intervalo de diez días. Con absoluta certidumbre, en este mismo periodo ocurrieron muchos otros asesinatos por este Brasil continental, motivados por disputas y ajustes de cuentas de traficantes. Es una sangrienta rutina que sucede sin grandes alardes o conmociones.

Asesinar es la manera más rápida de que el narcotráfico tiene de sacar la competencia, aunque no es la más eficiente y la menos deletérea, visto que son muertes al por menor. El tráfico mata efectivamente al por mayor!

Como no existen datos específicos, el Consejo Federal de Medicina (CFM) estima que un tercio de los usuarios de crack mueren en un plazo de cinco a diez años. En Brasil existe 1,3 millón de usuarios. Traficantes de drogas, así, son verdaderos serial killers, son como el SIDA. Epidemias que deben ser combatidas a hierro y fuego. No admiten contemporización, flaqueza, negligencia.

En un país donde la consecuencia es casi cultural, casi una manera de vivir, nos escandalizamos por depararnos con culturas en que las leyes de hecho alcanzan sus fines.

El ex presidente Lula da Silva y su sucesora, Dilma Rousseff, vergonzosamente han hecho mal uso de la diplomacia brasileña para interferir en favor de bandidos a punto de comprometer las relaciones diplomáticas del país, aunque nada hagan para detener los fusilamientos domésticos de inocentes que mueren a montones en las manos de traficantes.

“Nuestros” muchachos del tráfico fueron agarrados en Indonesia, uno en 2003 y otro en 2005, cuando entonces pasó a publicarse que serían ejecutados por el crimen de tráfico de drogas. Desde entonces, no se tuvo más noticias de nuevos encarcelamientos. Claro! Los traficantes no son burros y ni locos de dar las caras por allá. Sería interesante que Doña Dilma, antes de querer dar lecciones de moral a los gobernantes de Indonesia, propusiese una especie de confronte de cuentas, de resultados, para saber cuál de los dos países tiene, proporcionalmente, el menor número de traficantes. Y por consiguiente, quién tiene el menor número de estropeados por la cocaína. Quién, en fin, tiene manera más eficaz de lidiar con el tráfico.

Indonesia, “Patria Educadora!”