RESPUESTA A LOS 380 INDUSTRIALES
¿O creen los señores industriales que podrán conservar sus industrias y negocios en un país dominado por la paranoia anticapitalista del castrismo y del chavismo
Respuesta a los 380 industriales
¿O creen los señores industriales que podrán conservar sus industrias y negocios en un país dominado por la paranoia anticapitalista del castrismo y del chavismo?
Por Eduardo Mackenzie
@eduardomackenz1
10 de octubre de 2016
Pésimo resultó el comunicado de prensa firmado por los 380 industriales que piden “un acuerdo de paz en forma expedita”. Los “industriales” que firman ese texto no son, por fortuna, todos los industriales del país. Pues lo que plantean allí es muy preocupante.
Los 380 ocultan en ese texto un hecho capital: el 2 de octubre de 2016 hubo un plebiscito en Colombia que rechazó los “acuerdos de paz” redactados y firmados en La Habana. Ese hecho es escamoteado en ese comunicado.
Es inaudito que ese grupo de industriales intente lanzar una cortina de humo sobre ese acontecimiento de la democracia colombiana, el más importante de los últimos 50 años, y que pretenda, al mismo tiempo, decirles a sus compatriotas que están a favor de la “unidad de la nación”
El derrotero que ellos quieren indicarle al país es el de negar el triunfo del No y el de inclinarse, en consecuencia, al “acuerdo de paz” que fue rechazado por los colombianos.
Al no reconocer el plebiscito, ese grupo de industriales se ubica en el campo del presidente Santos y de las Farc, los dos grandes derrotados del 2 de octubre. Luego es legítimo ver ese comunicado de prensa como la posición de uno solo de los dos bandos que participaron en la votación del 2 de octubre, y no como una visión de consenso del gremio industrial del país.
Lo único que reconocen los 380 son “los encuentros entre los representantes del Sí y del No”. Pero tal reconocimiento es vano. Esos encuentros son sólo el comienzo de una dinámica informal de diálogo y no el final de nada. Los dos encuentros actuales no han producido decisión alguna. Luego ese reconocimiento de los 380 carecer de objeto.
Decir que están a favor de una “paz incluyente, estable y duradera” no es suficiente.
Lo primero que se debe constatar es que no puede haber “paz duradera” en un país donde el sistema democrático-liberal es puesto en peligro. ¿O creen los señores industriales que podrán conservar sus industrias y negocios en un país dominado por la paranoia anticapitalista del castrismo y del chavismo?
Los industriales del comunicado no se dan por enterados de que eso es lo que, precisamente, buscan las Farc y lo que se perfila con claridad en el “acuerdo” de 297 páginas.
El comunicado exhorta a los seguidores del Sí y del No a “deponer los intereses particulares”.
¿Creen ellos acaso que defender la democracia–liberal colombiana es imponer “intereses particulares”?
Lo que ocurre, en realidad, es lo contrario: ustedes señores industriales del comunicado son los que pretenden hacer pasar sus intereses particulares sobre los intereses nacionales, al no reconocer el triunfo del No y al no invocar para nada la defensa de las instituciones y derechos consagrados en la Constitución nacional, instituciones y derechos que la negociación secreta en Cuba intentó deponer y que los electores salvaron el 2 de octubre al derrotar el acuerdo Farc-Santos.
En lugar de partir de una afirmación democrática, que diga que negociar es bueno para la paz pero que esa negociación no puede trastornar ni minar el sistema democrático ni la economía de mercado en Colombia, los 380 industriales prefieren someterse por anticipado al paquete de reformas “bolivarianas” trazadas en Cuba.
Obviamente, es necesario continuar la negociación con las Farc. Pero tal negociación no puede comenzar si se acepta lo que éstas dictan: que no se modifique un solo punto del documento de 297 páginas. Por el contrario, la nueva negociación supone la revisión completa del documento cubano. El presidente Uribe acaba de hacer una primera proposición al respecto. Ante eso, El Tiempo prefirió destacar el texto de los industriales, que carece de propuestas en ese sentido, y dejó al margen la propuesta del expresidente y senador Álvaro Uribe. Así van las cosas en la “gran” prensa colombiana.
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