SANTOS POR UN LADO Y EL PAÍS POR EL OTRO

Santos, el picho, como dice Pacho, va por un lado y el país por el otro. No dialoga con los campesinos pero sí dialoga con los niños de Iván

Santos por un lado y el país por el otro

Rafael Gómez Martínez
Rafael Gómez Martínez

Por Rafael Gómez Martínez

Agosto 30 de 2013

Decía Jaime Garzón, en una magistral conferencia académica en la Universidad de Caldas en 1996, que “la educación va por un lado y los estudiantes por el otro”. “Que el país va por un lado y la clase política por el otro”.

Muestra de lo anterior, es JMS.  Santos, el picho, como dice Pacho, va por un lado y el país por el otro. No dialoga con los campesinos pero sí dialoga con los niños de Iván. Para los niños de Iván, todo. Para el pueblo represión. De una manera despectiva nos dice que “el tal  paro no existe”. Pero saca los tanques por la noche en Ubaté, Cundinamarca, para amedrentar a sus pacíficos habitantes. De paso: le mandan decir en Sibaté, señor Santos, que no se haga el loco…

Otra muestra es Aureliano Buendía: alias Gustavo Petro. Él va por un lado y Bogotá por el otro. Será tema para el Petro Caos.

Hace un mes, exactamente, asesinaron a otros 20 soldados mientras JMS nos anunciaba que “se la jugaba por la paz” ante el déspota aplauso de los congresistas conservadores. Pastrana va por lado, la mermelada conservadora por el otro. Más otros 20 el pasado fin de semana. Según Pacho, el bueno, van cerca de 400 familias víctimas de los ataques indiscriminados de las Farc y el Eln en lo que va corrido del año, pero a nadie le importa. Para los niños de Iván todo, para nuestros soldados la muerte. El asesinato de nuestros soldados, a nadie le importa. Ya, ni al joven y valiente ministro (con minúscula) Pinzón le importa.

Santos y Samper, la tenaza
Santos y Samper, la tenaza

Decía Garzón, que “el país -en 1996- se encontraba en muy malas manos”. Por un lado, los amigos del régimen del Proceso 8.000 y, por el otro, pocas personas como AGH levantaron su voz de protesta. Tanta verdad diría AGH, que la terminó pagando con su vida. (Dr. Londoño: si tiene una copia de la Parábola del elefante, se lo agradecería). El elefante, la clase política, empresarial y medios de comunicación fueron por un lado. El país por el otro.

No podían faltar mis amigos los “capuchos” de la U. Pedagógica y de la “Nacho” quienes no alcanzaron a completar una semana del semestre académico 2013 – 2, cuando convirtieron los centros de pensamiento, como los llamaría Angelino Garzón, en un verdadero campo de batalla. ¡En qué se han convertido estos estudiantes! ¡Qué les hicimos para que nos traten de esa manera! Peor aún: que nadie en la academia reaccione.

Puntilla. “Presidente mentiroso”, dice una adolorida y angustiada oyente desde Pacho Cundinamarca en la Hora de Verdad. Ondean las banderas de las Farc y el Eln en las universidades públicas y en una glorieta en Medellín con amenaza de carro bomba. Siga así, señor Santos y verá cómo termina. (Si es que termina).

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