PENSIONAR EL ATAÚD
Para los cálculos pensionales lo relevante es la esperanza de vida de las personas mayores, las que se pensionan, no la de los recién nacidos
Pensionar el ataúd
Para los cálculos pensionales lo relevante es la esperanza de vida de las personas mayores, las que se pensionan, no la de los recién nacidos
Por Daniel González*
Enero 11 de 2018
@dangonzalez0504
En Colombia ha hecho carrera la idea errónea de que la gente, y especialmente los jubilados están viviendo muchos años más hoy que hace unas décadas debido a las mejoras en medicina y en el sistema de salud colombiano.
Es común encontrar afirmaciones como las siguientes:
Alberto Carrasquilla (Ministro de Hacienda 2003-2007. Vea el artículo completo acá)
Sergio Clavijo (Actual presidente de ANIF. ver el artículo completo acá)
El aumento en la esperanza de vida al nacer es utilizado repetidamente como justificación para aumentar la edad de jubilación de las personas, lo que equivale a reducir el número de años que cada jubilado va a cobrar pensión. Este fue el argumento utilizado para aumentar la edad mínima de jubilación en hombres de 57 a los 62 años actuales.
Sin embargo, este es un argumento ilegítimo. Para los cálculos pensionales lo relevante es la esperanza de vida de las personas mayores, las que se pensionan, no la de los recién nacidos; veamos la evolución de la esperanza de vida para las personas mayores, aquellas entre 65-69 años según las tablas de mortalidad publicadas por el DANE en 2009 usando los datos de los censos desde 1985 hasta el de 2005.
Y los datos del 200 al 2005:
La esperanza de vida de los hombres entre 65-69 años era de 14.72 años en 1985 y se incrementó ligeramente a 16.03 años en 2005, un cambio pequeño, de aproximadamente 15 meses/1.3 años en la esperanza de vida. En el caso de las mujeres el aumento en la esperanza de vida también fue muy modesto en estas décadas, pasó de 16.9 años en 1985 a 18.09 en 2005, un aumento cercano a un año.
En conclusión, el aumento en la esperanza de vida de los ciudadanos mayores ha sido muy, muy modesto en estas últimas décadas y es deshonesto tratar de utilizarlo como justificación para reformas pensionales que pretenden incrementen la edad de jubilación a 65, 67 ó 70 años, reducir el valor de las mesadas pensionales, o eliminar el régimen de prima media.
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