¿QUÉ HAY DETRÁS DE LAS MARCHAS DEL 21 DE NOVIEMBRE?

El propósito de esas marchas, incluidas las de Colombia, es el mismo: caos, enfrentamientos entre ciudadanos, desórdenes, mucha sangre y destrozos, con el designio de que surja, como “clamor nacional” una nueva Asamblea Nacional Constituyente a la medida de los grupos narcoterroristas de FARC y ELN, que tienen en su poder las armas y el músculo financiero que les produce el narcotráfico y el secuestro

Ricardo Puentes Melo

Por Ricardo Puentes Melo
Noviembre 18 de 2019
@ricardopuentesm
ricardopuentes@periodismosinfronteras.com

No hay que ser advino para saber qué hay detrás de las marchas programadas para el 21 de noviembre de este año: El Foro de Sao Paulo.

Esa oleada de desórdenes, violencia, caos y vandalismo que recorre toda nuestra América Latina forma parte del guion de ese organismo criminal para dar las puntadas finales a ese plan macabro que consiste en el establecimiento definitivo del socialismo del Siglo XXI (o comunismo) en la vecindad de Estados Unidos de América.

Conociendo que el gobierno de Iván Duque forma parte de esa agenda cubana, y sabiendo cómo el hoy senador Álvaro Uribe ha sido experto en confundir a los simpatizantes anticomunistas (Mientras combatía a las FARC en secreto las convocaba a diálogos; mientras desautorizaba a su ministro Santos en la confrontación con Chávez, en secreto se reunían los 3 para planear el siguiente paso; mientras se decía anticomunista, nombraba a comunistas en puestos claves del gobierno, y los financiaba; y un largo etcétera) podemos entender por qué mientras Uribe y sus seguidores alientan a la ciudadanía para marchar en contra de quienes marchan protestando por este gobierno del CD.

Uribe con los terroristas (miembros de su gobierno) Everth Bustamante y Rosemberg Pabón y Otty Patiño. En compañía de su amigo Hugo Chávez

Así ha actuado la izquierda en todos los lugares a donde llegan. Llegan al poder y ellos mismos se inventan la oposición o, cuando menos, la confunden. Miremos el ejemplo de Venezuela, de Chile, Panamá, Guatemala, Ecuador, Perú. Hasta el mismo Brasil llegó a ese punto donde solo Olavo de Carvalho tuvo la lucidez y el coraje de desenmascararlos.

El propósito de esas marchas, incluidas las de Colombia, es el mismo: caos, enfrentamientos entre ciudadanos, desórdenes, mucha sangre y destrozos, con el designio de que surja, como “clamor nacional” una nueva Asamblea Nacional Constituyente a la medida de los grupos narcoterroristas de FARC y ELN, que tienen en su poder las armas y el músculo financiero que les produce el narcotráfico y el secuestro.

Así, y como parte del engaño, el Centro Democrático, (partido de gobierno) lanza un falso SOS diciendo que el Comunismo internacional planea apoderarse de Colombia -cosa cierta- pero callan protervamente que el gobierno de ese partido forma parte del plan.

Si a Uribe le interesa proteger la vida y honra de los colombianos, solo basta que le pida a Iván Duque, no a ciudadanos inermes, que ejerzan el deber constitucional de defender estos valores incluidos en la Carta

De esta manera, lanzan un llamado de alerta para que la ciudadanía defienda a sus militares y policías de la agresión extranjera con la que asustan a los buenos patriotas. Fue lo mismo que hicieron con el “coco” de Petro para poder montar a Duque, sorista marxista y santista.

Los buenos e ingenuos ciudadanos, respondiendo al llamado del mesías, ya anuncian que defenderán con sus vidas los edificios públicos y la integridad de soldados y policías. Luego del llamado original, sale Duque a “desautorizar” estos grupos de defensa ciudadana. Puro circo.

Los buenos e ingenuos ciudadanos confunden, entonces, el derecho a la legítima defensa, con el deber constitucional que tiene la policía y el Ejército Nacional de defender la vida, honra y bienes de los colombianos en los escenarios correspondientes a cada institución. Y anuncian marcha para “controlar” a los marchantes antigobiernistas y “proteger” a quienes deberían proteger a la ciudadanía.

Paloma Valencia se proclama marxista; Uribe se proclama Socialdemócrata (que es lo mismo), y nadie pestañea

Confundidos, los buenos ciudadanos anuncian que si alguien se atreve a destrozar los bienes públicos o a agredir a policías o militares ellos tomarán acción. Caen en la trampa del Foro de Sao Paulo.

El asunto es bien simple. Con que esos buenos ciudadanos se planten frente a la Casa de Nariño y exijan al gobierno del CD, de Iván Duque, que permita que los organismos correspondientes cumplan su deber constitucional, sería suficiente.

Porque eso es lo que han hecho todos estos gobiernos. Solo basta consultar a militares veteranos antiguerrilla para saber que todos, absolutamente todos impidieron que ellos cumplieran cabalmente con su deber. Incluido Uribe, quien se negó ferozmente a que se exterminara totalmente a las FARC y el ELN, y solo dio de baja a quienes no tenían el perfil negociador, dejando vivos a los cabecillas que negociarían con Juan Manuel Santos en continuidad a esas conversaciones que se iniciaron durante los ocho años de Álvaro Uribe.

Iván Duque saluda al terrorista Lozada

Entonces, si a Uribe le interesa proteger la vida y honra de los colombianos, solo basta que le pida a Iván Duque, no a ciudadanos inermes, que ejerzan el deber constitucional de defender estos valores incluidos en la Carta.

Deploro el llamado que, bajo el disfraz de respeto al orden, se está haciendo a los ciudadanos para que salgan a repeler los ataques de los violentos. Eso puede convertirse en una batalla campal. No olviden que eso se aplicó en Venezuela. Es el mismo libreto escrito por el Foro de Sao Paulo, y al que Uribe se ciñe con religiosidad.

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