DE PIRAQUIVES Y OTROS DEMONIOS
Si las Piraquive dicen que no aceptan mutilados o imperfectos físicos en el púlpito, es problema de esa comunidad religiosa. Todo eso cabe dentro de la libertad de cultos y de asociación
De Piraquives y otros demonios
Si las Piraquive dicen que no aceptan mutilados o imperfectos físicos en el púlpito, es problema de esa comunidad religiosa. Todo eso cabe dentro de la libertad de cultos y de asociación
Por Ricardo Puentes Melo
Enero 25 2014
Mis cercanos amigos saben cuánto malestar siento cuando me hablan de líderes religiosos a quienes Dios les murmura cosas al oído, generalmente profanas para los crédulos que los siguen sin someter a duda la sarta de fábulas que salen de sus bocas como serpientes para encantar a los feligreses y obligarlos a llenar de diezmos y ofrendas las arcas de la “familia pastoral”.
No puedo imaginarme a Jesucristo haciendo pactos diabólicos con políticos corruptos para nombrar a Pedro, Juan o Santiago como congresistas o concejales a cambio, por supuesto, de los votos serviles y ciegos de la comunidad religiosa. Tampoco cruza por mi cabeza la escena de Jesús reunido en la oscuridad con narcotraficantes para lavarles dólares, ni mucho menos lo imagino contratando camiones de valores para transportar hasta su casa millones y millones de billetes sacados a sus ovejas a punta de amenazas de maldiciones y castigos infernales con cadenas de iniquidad que afectarían hasta diez generaciones futuras si no se le entrega el dinero al líder de la colectividad.
Aquí el asunto no es de si las Piraquive discriminan tuertos, ciegos, cojos, mudos y mancos –que era a quienes Jesús buscaba para sanar- ni tampoco lo es el control y la manipulación mental a los que somete a su rebaño. El asunto es cómo los líderes religiosos se escudan en su vestido de pureza para cometer toda clase de delitos, amparados en la libertad de cultos y el derecho a la confidencialidad de sus finanzas.
En realidad, entre las ONG proterroristas y las iglesias que esconden en la oscuridad sus manejos financieros no hay mayor diferencia. Ni tampoco la hay entre el cura Giraldo, inmune a la justicia aunque tenga relaciones no santas con terroristas, o la familia Castellanos –de la Misión Carismática- cuya cabeza política, Claudia Rodríguez de Castellanos, que tiene teflón frente a las investigaciones por enriquecimiento ilícito o frente al proceso 8.000.
En países como el nuestro, que gozan y adolecen de un profundo sentimiento de religiosidad, se dota la humanidad pecadora y avariciosa de los líderes espirituales con total ‘inmunidad diplomática’ expedida desde los mismos cielos. Se les ve como seres especiales que no deben responder por sus delitos terrenales aquí sino frente a Dios (¡cómo si llegaran allá algún dia..!) y se considera sus bellaquerías y atrocidades como “fallas humanas” que no alcanzan a deslucir el halo de santidad que los rodea.
Por eso tenemos curas pedófilos, pastores narcotraficantes, ‘pastoras’ rateras, líderes religiosos asesinos, violadores, atracadores,
abusadores, guerrilleros y genocidas en la más ramplona impunidad. Nuestra religiosidad no nos permite aceptar que son simples hampones y peligrosos delincuentes que deberían estar tras las rejas. Creemos que si aceptamos esto, nos condenaremos a ser quemados en las pailas de Satanás, el padre de todos esos líderes.
A mí no me interesa mucho si hay miles y miles que le creen a César Castellanos ese cuentico de que Dios se le presentó en una playa de Santa Marta para decirle que le daba en exclusiva la “visión del G-12” (una estrategia inventada por los jesuitas hace siglos, y acicalada por Escrivá de Balaguer) para que se hiciera multimillonario vendiéndola alrededor del mundo; unida a negocios editoriales, inmobiliarios y de otras clases; tampoco me conmueve que el ‘Pastor´ Cañas y su familia le haga creer a su feligresía que es oden del Espíritu Santos usar los diezmos y ofrendas que recibe a borbotones, e invertirlos en autos blindados, negocios de zapatos, sancocherías y cientos de negocios más de los que solo son accionistas los Cañas. Si alguien cree que los terroristas Lucio o Chávez fueron tocados por Dios para predicar en “Casa sobre la Roca”, es su asunto. Si otro considera que Vivián Aleyda Morales es tan pura que abandonó a su familia, sin ninguna razón, para correr tras los atributos de Lucio, y que le parezca santo que Vivián Aleyda haya defendido a diestra y siniestra la relación de Samper con los narcos, allá él, no es problema mio. Eso es cuestión de cada quien.
Si las Piraquive dicen que no aceptan mutilados o imperfectos físicos en el púlpito, es problema de esa comunidad religiosa. Todo eso cabe dentro de la libertad de cultos y de asociación. Los minusválidos que acepten entrar a esa iglesia, aceptando las normas discriminatorias, lo hacen a consciencia. Si los segundones que no llevan el apellido Piraquive en la sangre ni por alianza matrimonial, y que a costumbre de arrastrarse como culebras serviles frente a la mesa de las Piraquive para recibir las migajas electorales que les arrojan al piso, lo hacen sabiendo eso, es una decisión en la que nadie debe intervenir. Y si no me aterra que el hijo del ex presidente Virgilio Barco haya fundado una iglesia predicando que Jesucristo era un redomado gay progresista, mucho menos me causa zozobra que existan quienes se arrodillen frente a un pedazo de yeso para pedir milagros a cambio de auto torturarse. Eso es cuestión de cada quien, y desde que esas creencias no causen daño a la sociedad, pues vaya y venga.
Pero yo si quisiera saber en qué paró la investigación a Claudia Rodríguez de Castellanos por alianzas con los narcos, entre las que se cuenta haber nombrado pastor al narco Chucho Sarria en menos de lo que canta un gallo, cuando a un seguidor normal, sin los narcomillones de Sarria, le hubiera llevado más de 10 años tener el honor de sentarse en la tarima codo a codo con la familia pastoral Castellanos-Rodríguez. Quisiera saber por qué hay fichas suyas engrosando las listas uribistas en posiciones privilegiadas, aún por encima de quienes sí han dado todo por la patria aunque Dios no les hable para revelarles ideas de negocios: los militares.
También quisiera saber sobre lo que dirá la Fiscalía acerca del lavado de activos de las Piraquive. Con la debilidad religiosa que el Fiscal Montealegre tiene por los dólares, seguro que la investigación no avanzará mucho.
Y quisiera saber sobre los torcidos de otro pastor santista que dirige el Fondo Nacional del Ahorro: Ricardo Arias. Los desfalcos y peculados están a la orden del día en esa entidad pero nadie hace nada ni nadie se atreve a preguntar. ¿Será por temor a Dios?
Entretanto, mientras me llegan esas respuestas, seguiré esperando que Dios me hable al oído para que me cuente cómo tiene tanta paciencia con estos falsos pastores que no son más que simples ladrones de ovejas, suplantadores y mercaderes de la fe.
@ricardopuentesm
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