!DESISTO DE LA DENUNCIA!
¿Víctimas de Uribe, esos, los de las fotos? ¡Pero si viven como pachás por obra de la Seguridad Democrática! ¡Pero si están disfrutando de las libertades de movilización y expresión, antes conculcadas por el terrorismo de las Farc, el Eln y las Auc!
¡DESISTO DE LA DENUNCIA!
Por José Obdulio Gaviria
Agosto 30 del 2011
¡Para qué hacer el papel de rey de burlas en el sainete de la impunidad!
Denuncié hace meses, por calumnia, a periodistas de dos grandes medios. ¡Ingenuo! Aquí el aparato judicial solo tiene direccionales de izquierda. Como respuesta: a) me imputaron calumnia por escribir sobre sindicalistas que firmaron manifiesto de apoyo a las Farc; b) declararon ilegal mi prueba reina: el archivo Reyes; c) La grabación de mis conversaciones y las piezas procesales reservadas se emitieron por radio y TV sin que nadie se inmutara.
Comparemos: el ‘profesor Cienfuegos’ fue acreedor de subrogados penales y presunciones favorables. A Bernardo Moreno, Arias y el staff de Minagricultura se los calificó como delincuentes de alta peligrosidad. Ahora están en la mira del Colectivo el general Montoya y Luis Carlos Restrepo, dos héroes de la lucha contra el terrorismo. Plazas Vega está en la cárcel; los determinadores del holocausto son prohombres. ¡Para qué hacer el papel de rey de burlas en el sainete de la impunidad!
Juan Paz publicó este domingo un estremecedor reportaje fotográfico. Después de que Uribe propinara una paliza dialéctica y moral al jefe comunista Iván Cepeda y a sus carnales del Colectivo Alvear Restrepo, las ‘víctimas’ (los derrotados por Uribe) fueron a lamer heridas, rumiar odios y urdir nuevas tramas en una finca de Chía. Al ex presidente ya no lo persiguen con ruidosos ataques dinamiteros o sigilosos francotiradores. Ahora lo acribillan con denuncias penales y con una masiva propaganda negra internacional.
En las fotos de Juan Paz, Cepeda, el jefe comunista, posa con cara de rey de la tribu, a quien abrazan, sonrientes y comedidos, sus alfiles: 1) el ex comandante ‘Gonzalo’, del Eln (en pose de vicario de la moral, quien recibe jugosos honorarios por impartir excomuniones a uribistas y absoluciones a los demás); 2) Claudia López y la directora de la MOE (detentadoras de la rara atribución de determinar cuál votación es ‘atípica’ y cuál, en cambio, fue santificada por la inspiración del Espíritu Santo); 3) dos señoras de la plantilla de una empresa de medios (TV y FM Radio) y -¡oh sorpresa!-; 4) don Iván Velásquez -magistrado de la ‘parapolítica’, del caso Tasmania y de las borracheras en Yopal-, a quien abrazan todos -y todas- y posa cual mascota: obsecuente, obediente y leal.
León Valencia, en Mis años de guerra (o, ‘Años de crímenes’), confiesa que su ‘vena’ investigadora le viene de militar en el Eln, porque allí le ordenaron recoger información con todos los “detalles de las relaciones entre narcotraficantes y dirigentes políticos de las regiones y del país” (pág. 197).
Según eso, el infame montaje político judicial contra Uribe, tuvo: 1) un capital semilla (miles de millones) entregado por el gobierno a Renovación Socialista (Arco Iris) como premio a su desmovilización; 2) una metodología formulada por el Eln; 3) un magistrado investigador parcializado, quien suele emborracharse con las figuras señeras de la oposición a la Seguridad Democrática. 4) la presencia ominosa, tras bambalinas, de un duendecillo burlón, que ríe y ríe, puesto que el plan estratégico trazado por el Comité Central del Partido Comunista -fundador de las Farc- es perifoneado, juguetonamente, por un aparato mediático cuyos propietarios podrían ser (¡Dios no lo quiera!) las primeras víctimas del Socialismo del Siglo XXI, cuyo triunfo parecen desear.
¿Víctimas de Uribe, esos, los de las fotos? ¡Pero si viven como pachás por obra de la Seguridad Democrática! ¡Pero si están disfrutando de las libertades de movilización y expresión, antes conculcadas por el terrorismo de las Farc, el Eln y las Auc! ¡Pero si los tipos obtienen ingresos que solo los pueden pagar unas empresas boyantes porque reina la confianza inversionista y la seguridad! ¡Pero…!
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