“DETRÁS PODRÍA HABER UNA GUERRA BIOLÓGICA”
4 años hace Ricardo AngosoA sus 52 años, Javier Ortega es el Secretario General de Vox, parlamentario en el Congreso de los Diputados y jurista de profesión. Hombre apasionado y también combativo, Ortega se nos revela en esta entrevista como un gran entusiasta de un proyecto político que en apenas unos años ha entrado con fuerza en todas las instituciones políticas -regionales, locales y estatales- y que se considera una verdadera “alternativa” al actual gobierno, en sus propias palabras.
Por Ricardo Angoso
Julio 16 de 2020
@ricardoangoso
Ricardo Angoso:¿Cómo estás de salud, Javier, sabemos que pasaste esta enfermedad y por desgracia te contagiaste del covid-19?
Javier Ortega: Me encuentro bien en todos los sentidos, anímicamente y físicamente. También con mucho ánimo para salir adelante, trabajando con fuerza por España y para seguir desempeñando este trabajo que llevamos a cabo, que a veces es duro, pero siempre te da la satisfacción de saber que estamos haciendo lo mejor por todos los españoles, eso vale más que todo en nuestra vida.
R.A.:El mundo, evidentemente va a cambiar tras esta pandemia, ¿qué influencia va a tener el covid-19 en nuestras vidas?
J.O.: Sin lugar a dudas nos encontramos ante una tragedia pero también ante un reto para todos nosotros. Es una grave crisis social que tendrá consecuencias económicas muy graves para todo, incluyendo a todos los españoles. Pero, también como todas las crisis, nos da grandes oportunidades, tanto a nivel nacional como internacional, para demostrar que somos un proyecto colectivo y que podemos salir adelante. España, trabajando juntos, podrá salir más fuerte de esta crisis.
R.A.:¿Cómo juzgas la gestión del gobierno español en este caso?
J.O.:Peor gobierno, creo, no podíamos haber tenido al frente de esta crisis. Ha sido un gobierno que ha actuado de una forma absolutamente irresponsable porque ha actuado de una forma inhumana, ineficaz e inepta. Estar en política, y eso lo tenemos claro desde Vox y caracteriza nuestra acción política, tienes diferentes niveles de actuación, desde trabajar en situaciones normales, donde es lógica y aceptable la crítica política, pero cuando uno se enfrenta a una situación de emergencia como la que hemos vivido, hay que mostrar una visión más amplia, de Estado, como la que nosotros hemos mostrado, pero también hemos demostrado nuestra lealtad institucional, apoyando el Estado de alarma desde el primer momento para parar la pandemia y poner coto a la propagación de la enfermedad. Trabajamos desde el primer momento, hombro con hombro, para parar esta pandemia y lo que nos encontramos es lo peor de lo peor que te puedes encontrar en política, como este gobierno inhumano que ha dejado morir a miles de nuestros compatriotas en las residencias de ancianos, en donde en vez de mandar respiradores y ambulancias para atender a nuestros mayores, les mandaba morfina para que muriesen en sus camas de estas residencias.
Hemos encontrado a un gobierno incapaz de exigir a las comunidades autónomas la necesaria solidaridad e interprovincial de tal forma que fluyese la asistencia sanitaria, mientras que lo que nos hemos encontrado es con hospitales públicos y privados saturados, casi desbordados, con enfermos en los pasillos, sentados en sillas, literalmente tirados, sin que nadie los atendiera o los llevara a las UCI`s. Esto ocurría en medio de una situación caótica en la que, paradójicamente, había hospitales vacíos y con camas suficientes para atender a estos enfermos. En España no se permitía que los enfermos se trasladasen de una comunidad autónoma a otra pero sí lo podían hacer los cadáveres para su incineración, es decir, para curarte el Estado de las autonomías ha sido absolutamente un fracaso en sus diecisiete comunidades autónomas para dar la necesaria asistencia sanitaria, en parte porque el gobierno que hemos tenido al frente del país ha sido incapaz de coordinarlas para gestionar la crisis provocada por la pandemia. Es un gobierno, además, sustentado por gobiernos autónomos de corte separatista, como los ejecutivos vasco y catalán.
Es hora de atender las necesidades más importantes de los españoles y que los recursos no se distraigan hacia asuntos innecesarios como los derivados de la ideología de género
La situación económica tras la pandemía
R.A.:¿Cómo examinas la situación económica que vendrá el día después de la pandemia y cómo podremos afrontarla?
J.O.:Hay varios asuntos que tenemos que analizar. Parece que estamos ante una guerra entre los que quieren dominar el mundo, poniendo en riesgo la salud de toda la humanidad y controlando nuestras economías, y me estoy refiriendo a la creencia que tenemos muchos de que este asunto de la pandemia no es algo que haya surgido casualmente, sino que ha surgido de los laboratorios y tiene mucho que ver con lo que llama en el argot militar como armas biológicas, y cuando se les ha ido de las manos han puesto en peligro a naciones enteras, tal como nos ha pasado en esta crisis.
¿Cómo se sale de una situación como la que estamos viviendo? Pues evidentemente es una lucha, una guerra contra un virus que ataca silenciosamente, sigilosamente, atacando a nuestras familias y entrando en nuestros hogares, como ha hecho en estas semanas, y entra de la mano de nuestros familiares, amigos y compañeros de trabajo, que son los portadores de ese contagio que puede llegar a ser mortal. La situación económica, desgraciadamente, y hablo del caso de España en concreto, puede llegar a ser terrorífica, hablándose de una caída de entre el 8 y el 15% en nuestro PIB.
Entonces, en una situación tan crítica, es hora de atender las necesidades más importantes de los españoles y que nuestros recursos, los del Estado, no se distraigan hacia asuntos innecesarios, como los derivados de la ideología de género y aspectos absolutamente inútiles en los que muchas veces trabaja nuestro gobierno. Tenemos que luchar ahora contra esta pandemia, como objeto prioritario, reforzando a nuestros hospitales y a todo el sistema de salud, comprando medios y apoyando de una forma eficaz a toda nuestra infraestructura sanitaria. Luego, creo, es vital apoyar a aquellos actores sociales que son capaces de crear empleo, generar riqueza y dar trabajo a los españoles. Todo lo que no sea trabajar en esa dirección es distraer los recursos del Estado hacia asuntos absolutamente innecesarios en estos momentos.
Este gobierno, llevado por esa ideología de género absolutamente partidista y sectaria, ha estado ocultando desde noviembre y diciembre la verdadera dimensión de esta pandemia, que ya era una amenaza para nuestra salud desde esas fechas, y actuó de una forma absolutamente negligente, poniendo en riesgo nuestras vidas. Este gobierno, ya cuando la pandemia se extendía por el mundo contagiando a miles de personas, toleró numerosos actos públicos que no debían haberse celebrado, comenzando con el cierre de fronteras y alertando a todo el sistema sanitario de lo que estaba por venir. Pero, en lugar de tomas esas medidas, prefirieron seguir con su agenda ideológica poniendo en marcha esas marchas del 8 M, enarbolando ese discurso feminista radical y supremacista. Ante ese estado de cosas, ¿qué nos queda? Pues que los españoles reaccionemos, salgamos a las calles, mostremos la bandera de España y luchemos porque no solamente está en juego la salud de los españoles, sino su libertad para no acabar como Venezuela o Cuba, tal como pretenden algunos de este gobierno socialcomunista. No estamos hablando ya de restricción de las libertades, tal como ha hecho este gobierno aprovechando esta crisis, sino de la conculcación de derechos fundamentales de los ciudadanos, de los españoles en definitiva.
R.A.:¿Crees que Europa ha estado a la altura en esta crisis?
J.O.:La Unión Europea (UE), claramente, no ha estado a la altura, pero Europa, sin embargo es mucho más grande que ese concepto. La UE ha vuelto a demostrar que sigue estando al servicio de los intereses de unas grandes naciones sin atender al conjunto de los países que la conforman, especialmente Alemania y Francia, y donde ese principio de solidaridad, del que tantas veces se habla, no ha funcionado en esta crisis y que no ha servido para protegernos. Nuevamente, los españoles nos hemos quedado solos en esta crisis y hemos enfrentado esta tragedia sin la ayuda de nadie. Incluso Francia ahora amenaza con sacar empresas que tiene en España y llevarlas a su territorio. Nos han vendido la idea de que Europa era un escudo de resistencia, que era una idea falsa, y, desgraciadamente, es una Europa más plegada a una agenda ideológica, como en el asunto del cambio climático o la ideología de género, que en atender solidariamente a sus ciudadanos, tal como se ha visto. La UE ha abandonado a sus estados miembros cuando más ayuda necesitaban en todos los sentidos para hacer frente a esta grave crisis que ahora nos ha sacudido. España hubiera necesitado esta ayuda, desde el campo sanitario hasta el refuerzo de nuestras fronteras, y, sin embargo, no la recibimos. La UE, desgraciadamente, no ha estado a la altura y llegó tarde, coincidiendo todo ello con un gobierno en España que antepuso sus intereses ideológicos y políticos a los intereses nacionales.
R.A.:Vistas las cosas como están y con este gobierno al frente que has denominado socialcomunista, ¿crees que Vox puede llegar a ser alternativa de gobierno?
J.O.: Quizá ante las próximas elecciones, tanto en el País Vasco como en Galicia, pues no tenemos tantas opciones. Pero, en lo que respecta a España, claramente Vox es una alternativa política que ni es la izquierda sectaria ni la derechita cobarde ni la veletita naranja de Ciudadanos, que se acaba plegando a las imposiciones ideológicas de la izquierda. Nosotros esperamos en esta campaña electoral, que se inicia próximamente, tanto en el País Vasco como en Galicia, entrar en los parlamentos de ambas autonomías para llevar la voz de Vox a esas instituciones, como ya hemos irrumpido en otros. Esperamos tener la fuerza en Galicia para condicionar el gobierno en esa región y eso será bueno para todos, con el fin de que el Partido Popular no se pliegue a las políticas ideológicas de la izquierdas. Cuando entramos en las instituciones, como ya ha hecho Vox en varias, forzamos a los partidos de la derecha tradicional, como el PP, a aceptar nuestras políticas y se ven forzados a no apoyar la agenda ideológica de la izquierda.
En cuanto si somos alternativa de gobierno como me pregunta, no me cabe ninguna que lo somos ya a nivel nacional porque Vox, creo, es el partido llamado a gobernar España y lo vamos a hacer con la misma firmeza y seguridad que, cuando hace apenas cinco años, comenzamos este proyecto político y éramos veinticinco en torno a una mesa. Hoy somos más de 56.000 militantes, contando con presencia en 500 ayuntamientos y diez parlamentos autonómicos, pero también estando presentes en el Parlamento Europeo, el Congreso de los Diputados y el Senado. Somos la tercera fuerza nacional. La alternativa no puede ser una derecha que habiendo estado en el poder no quiso cambiar las reglas de juego del sistema político establecido, por ejemplo despolitizando la justicia y luchando contra los separatismos que dividen a los españoles. Por no hablar, de haber enfrentado adecuadamente una rebaja fiscal que hubiera ayudado efectivamente a millones de españoles que son autónomos o luchan desde sus pequeñas empresas por crear empleo y riqueza para el conjunto del país. Por tanto, ante una izquierda sectaria, bolivariana y totalitaria y una derechita acobardada y acomplejada, que no hizo nada cuando estuvo en el gobierno y que tampoco se muestra muy valiente ejerciendo la oposición, solamente existe una alternativa social y patriótica, que defiende la unidad de España sin complejos, defendiendo los valores y principios que inspiraron a este proyecto nacional al tiempo que teniendo siempre presente la necesaria solidaridad social entre todos los españoles. Nosotros, frente al clientelismo y el intento de crear una suerte de cartilla de racionamiento, defendemos un proyecto social que pasa por crear empleo para miles de españoles, defendiendo su libertad dentro de un Estado de derecho. Vox es alternativa de gobierno porque defiende estos principios sin ataduras con nadie ni complejos, por decir en voz alta aquello que otros hoy no se atreven. Somos alternativa de gobierno y lo demostraremos en los próximos años, de la misma forma que en estos cinco años hemos sido capaces de crecer y ser coherentes con nuestro discurso político al mismo tiempo.
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