DOLOR CONSERVADOR

Dolor Conservador

Por Rafael Gómez Martínez

Octubre 31 de 2013

Ante las reflexiones de un escrito del actor Miguel Ángel Landa, que me conmovió, en las cuales plantea su desconcierto ante una Venezuela destruida y arrebatada. Dice Landa: “No tengo idea en dónde estoy, ni para dónde voy. Las que fueron mis referencias para ubicarme en Venezuela han desaparecido. Es como volar en la niebla sin radio y sin instrumentos”.

La rancia sociedad colombiana, la cual se hace de la vista gorda frente a las advertencias que se pronuncian, está guardando un silencio cómplice que le costará muy caro. La sociedad colombiana está volando sin instrumentos, con un piloto a bordo de la cabina de un avión que no quiere ni oír, ni escuchar, ni comprender el abismo al cual está conduciendo a la Nación. El avión cayéndose y cuando la sociedad colombiana quiera reaccionar ya será muy tarde.

Como lo es para la sociedad venezolana. A la sociedad venezolana le cuesta reaccionar porque no hizo lo que tenía que hacer en su momento.

Lo anterior se puede apreciar cuando el ministro chaparraluno de justicia, con minúscula, Gómez Méndez, pasa dos veces por detrás del senador Salazar durante el debate para aprobar el tema del Referendo por la paz, con una sonrisa masónica y sarcástica frente a la advertencia que hace el senador Salazar con respecto a la inconstitucionalidad que se presentará en la Corte Constitucional con dicho referendo.

En este accionar infinito hacia la decadencia, como diría Álvaro Gómez Hurtado, 18 años de impunidad, duele ver a los senadores conservadores como el Dr. Andrade, ponente del proyecto de referendo, y al Dr. Gerlein votando en nombre de la Virgen del Rosario. Señores conservadores: ustedes se están clavando su propia espada de Damocles.

Al día siguiente del referendo, como si todo estuviera fríamente calculado, como lo calculan las sociedades secretas, nos declaran inexequible el fuero militar, por unos minutos. Lean bien: minutos; cuando el asesinato de AGH lleva 18 años de impunidad. La cara de satisfacción personal del magistrado, en minúscula, Velásquez lo dice todo. Ni hablar del magistrado Pinilla.

Finalmente, duele la cobardía cívica de la sociedad frente al momento de descomposición social y moral que sacude a Colombia. Duele ver a mi PC sin rumbo, sin doctrina. Duele ver cómo Santos Kerensky perdió la vergüenza y entrega el país al castro-comunismo.

El país está descompuesto moral y físicamente. Se perdió la vergüenza y cuando se pierde la vergüenza se pierde la capacidad de reacción. Como diría Fito Paez: Yo no sé para dónde va mi vida, pero tampoco creo que el Santos Kerensky lo sepa.

Puntilla. ¿Será cierto que Iragorri, con algunos chirrinches en la cabeza, firmó un acuerdo de 90 puntos en el Cauca? Menos mal que los niños de Iván solamente piden 90 dulces. ¡Qué vergüenza la CSJ! 18 años de impunidad para AGH. Nos mereceremos nuestra suerte.