EL ASESINATO DE JOVENEL MOÏSE, MENTIRAS Y VERDADES
3 años hace Ricardo Puentes MeloHaití se había convertido en un santuario de drogas y prostitución infantil, y es seguro que las manos de los Castro están metidas allí. Las FARC, incluidas sus fichas legalizadas, también están hundidas hasta el cogote
Por Ricardo Puentes Melo
Julio 20 de 2021
@ricardopuentesm
ricardopuentes@periodismosinfronteras.com
No me extrañé cuando las noticias del asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, llenaron titulares y redes con el hecho de que 26 ex militares colombianos, todos muy bien entrenados, estaban involucrados en el magnicidio. Habían sido contratados como mercenarios para la tarea que, supongo yo, les fue informada plenamente antes de viajar. Comentarla allá, o por WhatsApp, con el peligro de que se filtrara ese operativo si alguno no estaba de acuerdo, no tiene lógica.
El 10 de julio llamé a un par de contactos que tengo, de Inteligencia del Ejército, y ambos negaron esa posibilidad. Dijeron que “nuestros muchachos son hombres de honor, nunca aceptarían trabajar como mercenarios, y menos para eso.” Aunque les recordé que un mercenario en términos militares, es alguien que combate a cambio de dinero o de un favor, y sin motivaciones ideológicas. Y, conociendo yo la lamentable postración de nuestros héroes a quienes Álvaro Uribe no despojó del fuero militar sino que laceró atacando sus jubilaciones y demás prestaciones -trabajo perfeccionado por Juan Manuel Santos e Iván Duque-, los militares no tenían otra alternativa diferente que ir a arriesgar la vida cuidando jeques árabes o cargando las maletas de algún petrolero.
Así que, le dije a mis fuentes, no soy juez de quienes decidan alquilar su pericia cuidando a millonarios en otros países. Les toca mantener a sus familias, y si el gobierno colombiano los desampara y busca destruirlos, sin que la cúpula de cobardes haga nada por los soldados, pues cada uno debe decidir. Por supuesto, una cosa es cuidar las faldas de los jeques, y otra muy diferente asesinar a un presidente de un país que está sumido en la miseria.
Pronto se supo que el plan se habría urdido a comienzos de este año, durante las visitas a Bogotá y a Ecuador del jefe de seguridad del presidente de Haití, Dimitri Hérard y también mediante los viajes del sargento en retiro del Ejército, Duberney Capador y el capitán, también retirado, Germán Alejandro Rivera García a República Dominicana, donde reunieron con Emmanuel Sanon, el médico haitiano detenido y señalado como autor intelectual del magnicidio. Capador y Rivera habrían recibido, según las investigaciones, 50 mil dólares de adelanto de parte de la empresa Counter Terrorist Unit Federal Academy LLC, posiblemente creada como fachada para tal efecto en el 2019, en Florida.
Esta empresa, CTU, está dirigida por Antonio Manuel Intriago, venezolano, y por otra persona llamada Ángel Pretel Ortiz, conocido en Miami como Arcángel Pretel Ortiz, otro ex militar colombiano que entrenaba, siendo activo, a militares contra el narcotráfico. En esos entrenamientos en el Valle del Cauca, fue donde se conocieron Duberney Capador (muerto en Haití) y Rivera, quien está colaborando con la investigación. Entre ellos reclutaron a los mercenarios que terminarían asesinando al presidente de Haití.
De Arcángel Pretelt Ortiz se sabe que es oriundo de Cali, que integró el Ejército Nacional y desde hace varios años ha vivido en Florida, Estados Unidos, luego de colaborar como informante para el gobierno de USA al declarar sobre las actividades de narcotráfico del narco terrorista de las FARC, Franklin Ramos Sánchez, quien fue extraditado a Estados Unidos en 2014.
De Antonio Intriago, se han publicado fotografías con Álvaro Uribe y con Iván Duque, el actual presidente de Colombia quien en un principio negó conocer al venezolano, pero las fotografías fueron contundentes. Intriago llegó a Estados Unidos no hace mucho fungiendo como periodista y poco después, en 2019, registró la empresa Counter Terrorist Unit Federal Academy LLC (CUT).
Lo que no se ha dicho sobre Intriago, y me lo confirman fuentes de inteligencia americana, es que ha estado bajo la lupa del FBI y la CIA desde finales del 2019 porque se tienen indicios de que trabaja directamente con el gobierno de Nicolás Maduro y, además con el G2 cubano.
A pesar de las vociferaciones de los izquierdistas y su prensa, incluso en Estados Unidos, Intriago no es un hombre de derecha; es cercano y aliado de Juan Guaidó quien, como ya sabemos es un chavista más que forma parte de la trama, y se sabía desde finales del 2019 que estaban planeando asesinar a un dirigente centroamericano. Intriago está con el agua al cuello.
El periodista Gonzalo Guillén, radicado en Estados Unidos, quien ha escrito para El Tiempo, de Bogotá, y el Nuevo Herald, de Miami, entre otros, además de La Nueva Prensa, publicó que otro personaje, muy conocido en Miami, era socio y cómplice de Intriago, igual escribieron en sus trinos el terrorista indultado Gustavo Petro y su compañero de bancada en el Congreso, el escritor de la mafia, Gustavo Bolívar.
Ese otro personaje es Alfred Santamaría.
Conocí personalmente a Alfred en un evento en Miami, donde María Fernanda Cabal organizó el lanzamiento del libro del coronel Hernán Mejía Gutiérrez. Allí me enteré que era candidato para la alcaldía de Miami Dade.
Supe luego que se haría muy amigo del entonces candidato presidencial Iván Duque y del mismo Álvaro Uribe y otras personalidades del partido Centro Democrático, que hoy gobierna a Colombia.
Tal vez esa cercanía fue la que ocasionó la ira de Guillén, Petro y Bolívar, y los medios que copiaron la información, como “Las 2Orillas”, para atreverse a decir que Alfred Santamaría era socio y cómplice del venezolano Intriago. Falso.
No hay ningún registro público de que Antonio Intriago y Alfred Santamaría fueran socios. Sí compartieron voluntariado en una ONG.
“(Tony) fue voluntario hace 4 años por un año en una de las fundaciones donde ayudo a la comunidad. Tengo varias de esas fundaciones y una de ellas es Fundación Latina. Tony llegó a trabajar como voluntario, yo no estuve en ese tiempo ejerciendo la presidencia de la Fundación porque estaba en mi campaña a la alcaldía. Pero jamás ha sido mi socio en nada ni tengo vinculación con el magnicidio. No soy ni he sido amigo personal de Tony, nunca ha sido mi socio.”- nos aseguró Santamaría.
No hay ningún registro público de que Antonio Intriago y Alfred Santamaría fueran socios. Sí compartieron voluntariado en una ONG.
“El tratar de vincularme con el magnicidio es una locura. Nada puede ser más alejado de la realidad. Esa noticia es una infamia y tienen la intención de dañar la imagen del presidente Duque, Uribe y la mía.”- dijo.
“Mis abogados han entablado una denuncia por injuria y difamación… Tendrán que retractarse públicamente o irse a una cárcel. Eso aquí es un delito.”- Finalizó Santamaría.
Lo que sí es cierto y nadie ha publicado, es que acá ha fluido mucho dinero del narcotráfico. Haití se había convertido en un santuario de drogas y prostitución infantil, y es seguro que las manos de los Castro están metidas allí. Las FARC, incluidas sus fichas legalizadas, también están hundidas hasta el cogote.
Hay que recordar a los lectores que entre los enemigos del presidente estaban las familias más adineradas de Haití que controlaban casi todo allá: el sistema eléctrico, la banca, la construcción de infraestructura, la telefonía y los grandes medios de comunicación. En febrero de 2021 acusó a esta oligarquía.
También se opuso al ingreso de las vacunas de COVID al país y rechazó un lote de vacunas de OMS proveniente del laboratorio británico-sueco AstraZeneca con el argumento de que había efectos adversos que podrían afectar al pueblo haitiano. Fue el único presidente del hemisferio que se opuso a las órdenes de la Organización Mundial de la Salud.
Jovenel investigaba el tráfico sexual y para otros fines, de niños haitianos, que vinculaba a multimillonarios a nivel mundial. Pronto, el presidente Jovenel descubrió que miembros y altos directivos de la ONU, con sus cascos azules, estaban envueltos en el tráfico. En 2018 acusó directamente a la ONU de interferir con los asuntos
“Esta es una operación de grandes dimensiones -aseguró una de mis fuentes americanas- el FBI y la CIA están trabajando y pronto habrá resultados. Ahora, si, como tú sospechas -y varios más en el equipo- en esto estuvieran intereses que querían silenciar al presidente Jovenel acerca de sus denuncias contra la Fundación Clinton y las redes de narcotráfico, prostitución infantil, pues personalmente creo que nada se sabrá.”
Estados Unidos no tiene nada que ver con este magnicidio, como lo quiere sugerir alguna prensa.
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