Por último, adquirimos caudillos mucho más peligrosos, los ideológicos con vocación de ingenieros sociales, destacándose entre todos estos, Juan Domingo Perón, Fidel Castro y Hugo Chávez, tres exaltados que se creyeron sujetos todopoderosos, capaces de moldear el mundo en base a sus elucubraciones.
Estos sujetos fueron verdaderos iluminados, individuos que creían saberlo todo y tener soluciones absolutas para cualquier problema. Castro y Chávez, han sido, sin duda alguna, los déspotas más nefastos que ha soportado el continente, sus regímenes fueron particularmente destructivos, no solo por sus crímenes contra la población, sino también, por la pésima conducción de la economía, la que ha acarreado a Cuba y Venezuela, a la condición de estados parásitos.
El caso de Perón, ha sido particularmente nocivo para Argentina, siendo sus propuestas populistas de ruptura con la vida social y económica del país, manipuladas por sus sucesores con una visión clientelar, que ha afectado trágicamente a la nación sureña.
Sin embargo, hay otros sujetos que pueden llegar a ser peores que sus patrones. Miguel Díaz Canel, Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Rafael Correa y Evo Morales no se quedan muy atrás y no faltan terceros, que aspiran a contagiarse del iluminismo castro chavista, Luis Inacio Lula da Silva, Gustavo Petro, Cristina Kitchener y Manuel López Obrador, sin que dejemos de lado al matrimonio Castro Zelaya, quienes gobiernan en Honduras y son partidarios de asociarse a déspotas del talante de Vladimir Putin, Rusia, Xi Jinping, China y Ali Jamenei de Irán, tal como hicieron los mandantes antes mencionado.
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