EL COMUNISMO ES UNA IMPOSTURA PSEUDOCRISTIANA
El estudiante latinoamericano, tan idealista como el estadounidense, se refugió en los movimientos armados revolucionarios que, en la inmensa mayoría de los casos, estaban diseñados por la Iglesia desde su Teología de la Liberación, que es otra falsificación maligna de los principios cristianos. Los jóvenes fueron alimentados con odios irracionales hacia el “imperio”, y hacía cualquiera que estuviera en una posición económica estable. De igual manera, los jóvenes criados en familias ricas fueron adoctrinados en sus colegios y universidades enseñándoles que deberían utilizar sus heredadas riquezas para el bien de la “revolución cristiana” de la Teología de la Liberación. Y ahí cayeron redondos en esa ideología que jamás pudieron conciliar como cristiana y que llevó, como deseaban los globalistas, a un ateísmo académico que desembocó en que sus cabecillas desarrollaran un natural odio por la organización religiosa que reclutó sus mentes. Los buenos prelados católicos -según esta cosmovisión- eran solamente aquellos que se alzaban en armas para cometer todas las abominaciones que, precisamente, son condenadas por Jesús
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