EL DIARIO LA CROIX Y LOS NIÑOS-SOLDADOS DE COLOMBIA
Lamento que no se les haya dicho a los lectores de La Croix que las FARC no están dispuestas a liberar a sus niños soldados y que no se arrepienten de haberlos reclutado y de haberlos tratado de forma tan bárbara
El diario La Croix y los niños-soldados de Colombia
Lamento que no se les haya dicho a los lectores de La Croix que las FARC no están dispuestas a liberar a sus niños soldados y que no se arrepienten de haberlos reclutado y de haberlos tratado de forma tan bárbara
Por Eduardo Mackenzie
3 de septiembre de 2016
En un artículo sobre los niños soldados en Colombia (31/08/2016) el diario católico francés La Croix, en vez de denunciar a las FARC y al ELN por el reclutamiento intensivo y forzado de niños para explotarlos como combatientes y esclavos sexuales, inversa la carga de la responsabilidad de ese crimen atroz y la emprende contra Colombia, las autoridades y la sociedad civil.
Juan Arredondo, 41 años, autor de una exposición fotográfica en Perpignan, Francia, sobre los niños soldados en Colombia, en entrevista con La Croix, plantea así el problema: “¿Cómo una práctica tan unánimemente condenada se pudo llevar a cabo en ese país por tanto tiempo? ¿Qué se ha hecho para proteger a esos niños?”.
La pregunta es tendenciosa. Más pertinente habría sido preguntar: “¿Quién es el responsable de la aparición de los niños soldados en Colombia?”, o “¿Cómo una práctica tan unánimemente condenada pudo ser realizada por las Farc durante tanto tiempo?”, o “¿Qué han hecho las Farc para proteger a esos niños?”.
La cuestión de la responsabilidad de la guerrilla en esa tragedia no es realmente planteada por el Sr. Arredondo, ni por La Croix. El Sr. Arredondo dice que “investigó” en Colombia en el marco de un “proyecto ordenada por la Cruz Roja (CICR)” para empaparse del tema. Pero ni él ni La Croix dan una sola cifra sobre el número de niños soldados que fueron reclutados a la fuerza por las FARC.
Por el contrario, La Croix y el Sr. Arredondo llegan a decir algo que me parece increíble, sin añadir un solo comentario: que una ex guerrillera de 20 años dijo: “Me arrepiento de haber salido de las Farc”, “Allá yo no tenía problemas de dinero, ni tenía tantos problemas como de civil ahora”.
¿Las FARC, buen refugio para los jóvenes colombianos? Es la primera vez que escucho algo tan imbécil.
Peor aún, La Croix y Arredondo afirman que esos niños, cuando salen de la guerrilla, son víctimas de la sociedad: de sus propias familias; del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, que no es capaz de darle cabida a todos; de la sociedad civil, que los “discrimina” y “estigmatiza”, que los considera como “criminales” y que “los fusila con la mirada”. Concluyen que esos niños están “obligados a entrar en un ciclo de violencia y crimen.”
Evidentemente, esa es una visión cargada y subjetiva del problema. ¿Ignoran ellos que, según las investigaciones serias de las autoridades y de la prensa, la mayoría de los niños soldados son reclutados a la fuerza o mediante engaños y promesas de las FARC y del ELN y que sólo una minoría de esos niños llega a los campamentos terroristas motivados por el dinero o por un plato de comida?
La mayoría de esos niños no cayeron en la trampa de la guerrilla por abandonar a sus familias. Es cierto que hay casos de niños que huyen de sus hogares por la violencia doméstica, pero esa no es la principal causa de la llegada de los niños a la guerrilla. La causa principal son las campañas sistemáticas de reclutamiento forzado de niños por parte de la guerrilla, las cuales afectan principalmente las comunidades indígenas y afrodescendientes y los pueblitos campesinos aislados y sin protección.
Al omitir los datos principales de esa tragedia, el artículo, aunque se dé aires de información compasional sobre los niños soldados en Colombia, no es más que un texto de propaganda. Es un texto en el que la organización terrorista sale bien librada por haber “firmado el acuerdo de paz a finales de septiembre”.
El Sr. Arredondo dice: “Si bien el cese el fuego entre las FARC y el gobierno entró en vigor el lunes, las vidas de miles de jóvenes siguen siendo devastadas por su reclutamiento por los grupos armados”. Sí, devastadas, pero ¿por quién? Está claro que las FARC durante las “negociaciones de paz”, se habían comprometido a liberar a sus niños guerrilleros, hace más de dos años. Y que después, a comienzos de 2016, los negociadores de las FARC en La Habana dijeron que liberarían sólo 20 de esos niños combatientes. Hasta la fecha ni un solo niño ha sido puesto en libertad. Las FARC no han cumplido esas promesas. Incluso después de firmar el final de las negociaciones de paz, este 24 de septiembre, no liberaron un solo niño soldado y no hay indicación de que vayan a respetar ese compromiso.
Según las estadísticas proporcionadas por la Fiscalía General, hay 428 casos registrados de mujeres que fueron violadas por los terroristas de las FARC. Entre éstos, hay 118 casos de niñas violadas, cuyas edades van de los 4 a los 17 años. De acuerdo con fuentes del gobierno de Colombia, cerca de 20.000 niños reclutados a la fuerza han pasado por las FARC. Empero, el artículo de La Croix no dice nada de esto aunque se trata de información ampliamente conocida y fácil de encontrar.
La Croix no sabe, parece, que la UNICEF tiene cifras de las niñas reclutadas por la guerrilla en Colombia. Esta organización dijo que,
según testimonios de niñas rescatadas, el promedio de edad de ellas es de 13 años y que ellas han sido sometidas a atrocidades diarias, incluyendo la esclavitud sexual, los abortos forzados y el robo de sus hijos, en los raros casos en los que se les permitió dar a luz.
Cientos de niños soldados han sido enterrados clandestina y apresuradamente por las FARC y el ELN y sus familias nunca sabrán dónde están los restos de sus hijos.
Muchas niñas guerrilleras han contraído enfermedades venéreas. Peor aún, en cuatro casos la infección fue deliberada y ordenada para castigarlas por haber cometido actos de “indisciplina”. En una conversación telefónica interceptada por la fuerza pública en 2008, entre un jefe de las FARC, alias ‘Gentil Duarte’ y alias ‘Mono Jojoy’, jefe militar de las FARC en ese momento, se dio la orden de obligar a esas cuatro jóvenes a tener relaciones sexuales con alias ‘Canaguaro’, un guerrillero que tenía sífilis. Las cuatro mujeres fueron infectadas.
¿El Sr. Arredondo sabía que alias ‘Gentil Duarte’ es ahora parte del equipo de negociadores de las FARC en La Habana? Ese criminal disfruta del confort y de la seguridad que ofrece el gobierno cubano a las FARC. ‘Gentil Duarte’ también espera que el “proceso de paz” olvide sus crímenes y le evite pagar un solo día de cárcel por las atrocidades que cometió.
En el artículo sobre la “delicada rehabilitación de los niños soldados en Colombia” no hay la más mínima alusión a esos hechos bien conocidos. Antes de hablar de la “delicada rehabilitación” era esencial describir la situación de los niños soldados y decir claramente quién es el promotor de esa situación abominable. Lamento que no se les haya dicho a los lectores de La Croix que las FARC no están dispuestas a liberar a sus niños soldados y que no se arrepienten de haberlos reclutado y de haberlos tratado de forma tan bárbara. Pues en las FARC, como dijo Timochenko, su líder supremo, “Cuando uno pide perdón es porque se arrepiente de haber hecho algo, y yo no me arrepiento de haber hecho lo que lo hice”. Y para aclarar aún más su posición, Timochenko lanzó: “¿Cuales víctimas? Dígame por favor, ¿cuáles víctimas?”.
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