FALSEAR LA HISTORIA, UNA FORMA DE LUCHA IZQUIERDISTA

No estamos ante una simple “amenaza terrorista”: estamos ante el peligro comunista. Y el marxismo ha sido el motor de numerosos crímenes de los terroristas

Falsear la historia: una forma de lucha izquierdista

No estamos ante una simple “amenaza terrorista”: estamos ante el peligro comunista. Y el marxismo ha sido el motor de numerosos crímenes de los terroristas

Carlos Romero Sánchez
Carlos Romero Sánchez

Por Carlos Romero Sánchez

Diciembre 14 de 2014

Claro es que nosotros condenábamos el terror individual únicamente por motivos de conveniencia; pero las gentes capaces de condenar ‘en principio’ el terror de la Gran Revolución Francesa, o, en general, el terror ejercido por un partido revolucionario victorioso, asediado por la burguesía de todo el mundo, esas gentes fueron condenadas para siempre al ridículo y al oprobio en 1900-1903, por Plejanov, cuando éste era marxista y revolucionario.” (Lenin, La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo, 1968, p.18).

“¿Qué requisitos tienen que poseer los continuadores de la causa revolucionaria del proletariado? Deben ser verdaderos marxistas-leninistas y, no ser, como Jruschov, revisionistas bajo el rótulo del marxismo-leninismo.” (Francisco Mosquera, Gloria eterna al camarada Mao Tse Tung, Tribuna Roja n° 23, 1976).

En el libro Intelectuales, Paul Johnson desmitifica la imagen de escritores y filósofos como unos dechados de virtudes que pretenden tener una superioridad moral frente a los demás mortales. Entre aquellos buitres hialinos diseccionados por el historiador británico está Karl Marx. Uno de los aspectos que destaca del padre del socialismo “científico” es el falseamiento consciente de los datos que recopilaba para adecuarlos a los planteamientos que estaba vertiendo en El Capital, su máximo libro. Esa regla de oro del filósofo alemán fue reiterada por Vladimir Ilich Ulianov, alias ‘Lenin’, en su folleto Izquierdismo enfermedad infantil del comunismo donde decreta sin sutilezas ocultar y silenciar la verdad. No hay duda: la mentira como partera y motor del marxismo, de los marxistas y, como no, de la izquierda.

Como buenos materialistas históricos, el PCC-FARC sigue marcando territorio para insistir en la sentencia marxista-leninista del engaño. Esto puede leerse en la impostura La masacre que originó el movimiento 26 de septiembre. (Ver: http://pazfarc-ep.org/index.php/articulos/farc-ep/2208-la-masacre-que-origino-el-movimiento-26-de-septiembre).

Jaime Caicedo y Aida Abella. Partido Comunista y Unión Patriótica-FARC.
Jaime Caicedo y Aida Abella. Partido Comunista y Unión Patriótica-FARC.

¿Sucedió una “masacre” el 26 de septiembre de 1962? ¿El Ejército colombiano “mató” a “27 integrantes” de la “autodefensa” del Partido Comunista Colombiano, PCC, entre ellos a los “dirigentes regionales” Placido Aragón, alias ‘capitán Tolima’, y a un “N. Prestes”, alias ‘teniente Avenegra’? Pues no. El 26 de septiembre de 1962 no sucedió nada de eso. Los bandidos marxianos Plácido Aragón, alias ‘capitán Tolima’, y Gratiniano Rocha, alias ‘Avenegra’ o ‘Luis Carlos Prestes’, miembros del comité central del PCC, fueron dados de baja, junto con 14 cuadrilleros, el 26 de septiembre de… 1963 y no de 1962. El hecho sucedió en el Cañón de la Troja, jurisdicción del municipio tolimense de Natagaima, una de las tantas poblaciones del sur de dicho departamento que desde mediados de los años 20 del siglo pasado viene siendo azotada por la patraña totalitaria de Marx.

La banda de ‘Avenegra’ desde tiempo atrás estaba boleteando, secuestrando –el secuestro por parte de los comunistas no comenzó con el

Aida Abella, Vasquez del Real y Manuel Cepeda participaron, según el DAS, en masacres de militantes de su mismo partido y otros
Aida Abella, Vasquez del Real y Manuel Cepeda participaron, según el DAS, en masacres de militantes de su mismo partido y otros

industrial Harold Eder en 1965- y asaltando diversas fincas de los campesinos de Jericó, Coyaima y Natagaima. Aquellos crímenes habían sido informados por la ciudadanía y tomando atenta nota de aquellas denuncias las autoridades comenzaron a seguir el rastro de las bandas armadas del PCC acaudilladas por Plácido Aragón, alias ‘capitán Tolima’, y Gratiniano Rocha, alias ‘Avenegra’ o ‘Luis Carlos Prestes’, ningún… “N. Prestes” como quiere embaucarnos la propaganda del PCC-FARC.

Gracias a la dupla Ejército-ciudadanía, apoyada por el entonces mandatario Guillermo León Valencia Muñoz, la labor de inteligencia dio los frutos esperados cuando unidades del Batallón General Caicedo, afincado en Chaparral y al mando del Coronel Álvaro Herrera Calderón, dieron por fin con la guarida de ‘Avenegra’ y ‘Tolima’. En el combate, que duró varias horas, no resultó herido ningún soldado en tanto que de las bandas marxistas fueron abatidos los terroristas militantes del PCC-FARC Agustín Tique, alias ‘Cuzco’; Adolfo Moreno, alias ‘Cardona’; Narciso Capera Gualapo, alias ‘Engaño’; Roque Alape, N. Afanador, José Vicente Ñiustes Morales, Benedicto Ortiz, Roque Moreno y otros seis hombres sin identificar. En el mismo operativo fueron capturadas Paulina Bucurú y Mercedes Ramírez, concubinas de ‘Avenegra’ y ‘capitán Tolima’ respectivamente, y Angélica Laso, barragana del bandido Moisés Murcia. Junto con estas tres mujeres fueron arrestadas otras dos que se negaron a decir sus nombres.

A la “autodefensa”, como propagandísticamente el PCC denominaba a sus numerosas bandas armadas que dirigía antes de unificarlas bajo la sigla FARC, le fueron decomisadas cuatro escopetas con cartucheras, cuatro carabinas Kiraly, tres ametralladoras Madsen, quinientos cartuchos, cuatro bombas y 16 fusiles. Lo más interesante fue la propaganda que les fue incautada: Hacia la construcción del comunismo [ningún “castrochavismo”], Declaración Programática y Estatutos del Partido Comunista de Colombia, Cuba: el vecino socialista, Curso elemental de educación sindical, Principios fundamentales de la filosofía marxista-leninista [y no del tal… “castrochavismo”], Problemas de la paz y el socialismo, varias revistas del PCC, hojas volantes propagandísticas de Voz de la Democracia, órgano “informativo” del PCC-FARC, ocho talonarios de boletas para extorsionar a los campesinos como una “ayuda” al “movimiento revolucionario”, 3.500 estampillas por valor de 50 centavos con el escudo del PCC-FARC –la hoz y el martillo- y tres libros sobre los fondos de esa banda comunista.

Jaime Pardo Leal y Tirofijo. Cómplices y amigos
Jaime Pardo Leal y Tirofijo. Cómplices y amigos

El partido de Gilberto Vieira no tardó en lanzar sus tóxicos. Voz de la Democracia del 3 de octubre de 1963 –sí: 1963 y no 1962- indicó dizque unos “campesinos” del “movimiento agrario del sur del Tolima” estaban pescando sobre la orilla del rio Anchique cuando fueron “asesinados” por el Ejército. Además de agregar que fueron detenidos 36 niños para darle así un toque dramático a la farsa, propalaron la orden de venganza contra Celimo Yaima y su hijo Manuel, antiguos militantes del PCC-FARC quienes guiaron a las fuerzas del orden hasta la guarida liberticida, al afirmar que, junto con algunos soldados, habían “rematado” y “decapitado” a los bandidos.

En el mismo escrito los amanuenses de Vieira deformaron la hoja de vida de ‘capitán Tolima’ y de ‘Avenegra’ o ‘Luis Carlos Prestes’, al presentarlos como unos “defensores” de los intereses de los campesinos que no tuvieron otra opción que tomar el camino de la lucha armada para combatir contra la “dictadura” conservadora. ¿Eso fueron Aragón y Rocha? En absoluto.

Teófilo Rojas Varón, alias "Chispas"
Teófilo Rojas Varón, alias “Chispas”

Gratiniano Rocha, según cuenta Carlos Arturo Ruiz, alias ‘Arturo Alape’, en su libro ‘Tirofijo’, los sueños y las montañas 1964-1984, hizo parte de las bandas armadas comunistas que invadieron El Davis, bandas comandadas por alias ‘Baltazar’ miembro del comité central del PCC. (Sobre ‘Baltazar’ ver el libro FARC fracaso de un comunismo: https://www.periodismosinfronteras.org/las-farc-fracaso-de-un-terrorismo.html).

De esta manera, ‘Avenegra’, ‘capitán Tolima’ y sus aprendices de Pol Pot consignaron en sus gruesos folios criminales los atracos a haciendas, el desplazamiento y reclutamiento forzado, los asaltos a buses intermunicipales, vehículos particulares y camiones de carga, los secuestros de hacendados y campesinos, emboscadas a patrullas de la Policía y del Ejército y el abigeato. Cuatro días antes de ser dados de baja habían secuestrado en el sitio Balsillas, en Ataco, Tolima, a Brígida Navarro, Bernardo, Hernando, Alfonso, Luz, Argemiro y David Yianes; nueve días antes habían asaltado, sobre la carretera Ortega-Chaparral, el vehículo donde viajaban Roberto Pinto Uribe, gerente de la Asociación de Cacaoteros, junto con su familia; estaban extorsionando al cura Párroco de Ortega, Tolima, y, por si fuera poco, ‘Avenegra’ y ‘capitán Tolima’ estaban protegiendo a los cuadrilleros de Domingo Melo, alias ‘Almanegra’, quienes tenían flagelados a los habitantes de los municipios tolimenses de Ortega y Purificación. En diversas emboscadas contra el Ejército en el lugar del ataque los gatilleros de Domingo Melo abandonaban propaganda comunista delatando así la dirección política que obtenían. Un ejemplo: ‘capitán Tolima’ y ‘Almanegra’ aterrorizaban la vereda el Chengue gracias al diligente albergue que el MRL le prestaba a los militantes del PCC-FARC. La actividad gangsteril de estas bandas hizo que la gobernación del Tolima ofreciera $70.000 pesos por la captura de Plácido Aragón.

Como vemos, en modo alguno fueron “dirigentes regionales”: fueron, como exigía Francisco Mosquera, verdaderos marxistas-leninistas: aplicaron la anticientífica y violenta lucha de clases marxista al conformar bandas armadas para “resguardar” los intereses históricos de una supuesta y esencialmente benéfica clase explotada que es vapuleada por una supuesta clase explotadora histórica y esencialmente maléfica.

¿Por qué el PCC-FARC falsea la fecha de los abatimientos de sus bandidos ‘capitán Tolima’ y ‘Avenegra’?

Contextualicemos el momento pues lo de ‘Avenegra’ y ‘Tolima’ no fue un suceso aislado. Al final del Gobierno de Alberto Lleras Camargo (1958-

Gerardo Molina y Diego Montaña Cuéllar
Gerardo Molina y Diego Montaña Cuéllar

1962) las bandas armadas dirigidas por el PCC y por otros grupúsculos comunistas como el FUAR y el MOEC o con tendencias socialistas como la ANAPO seguían fomentando la violencia rural, en tanto que sus militantes y/o compañeros de ruta urbanos hacían propaganda contra la democracia colombiana. Una de las formas de lucha de estos compañeros de viaje ha sido aprovechar las aulas universitarias para inocular en la juventud ideas socialistas para incentivar la transición hacia el comunismo. Profesores marxistas y socialistas como Gerardo Molina Ramírez, Álvaro Pérez Vives, Luis Carlos Pérez, Diego Montaña Cuellar, Eduardo Umaña Luna, Orlando Fals Borda y otros se destacaron en tan noble magisterio. Con esas armas políticas pronto la Universidad Nacional en sus diferentes sedes, la Universidad Libre -de la mano del dizque “demócrata” y “maestro” Gerardo Molina- y la UIS de Bucaramanga fueron transformándose poco a poco en tribunas totalitarias. Entonces, otras formas de lucha como choques callejeros contra la policía, quema de locales comerciales, desórdenes en las universidades públicas que iban aparejados con secuestros de policías e incendios de vehículos de servicio público y particular, intempestivas “huelgas de solidaridad” y multitud de bombas fueron el pan de cada día. Esto también lo animaba la pugna chino-soviética, la revolución cubana y la constante llegada de agentes comunistas rusos, checos, chinos, alemanes, cubanos y brasileños por todo el continente americano. Todo esto hacía presagiar lo peor.

A la par, la China comunista -que los moiristas de hoy nos la empaquetan como el summum de la democracia y en absoluto colonialista- y la URSS apoyaban con armas, propaganda política y diplomática a los focos que ellos mismos creaban en Asia, África y Latinoamérica para así expandir la dictadura del proletariado mundial.

Durante la administración Lleras Camargo se emprendieron los planes de rehabilitación. No obstante, los comunistas proseguían equipando de manera soterrada a sus bandas para lograr control territorial en varios puntos de la nación. Las autoridades aplicaron la ley contra aquellas bandas y sus jefes armados como fue el caso del tristemente célebre Leonardo Capera Guepa, alias ‘Sultán’, un rufián dado de baja en julio de 1962 y el cual era presentado por el MRL, partido vasallo del PCC, como un revolucionario. ‘Sultán’, el día que fue abatido, protagonizó la masacre de El Cedro junto con su camarada Teófilo Rojas Varón, alias ‘Chispas’, militante del PCC-FARC. Dos docenas de hombres capitaneados por el binomio comunista asaltaron las fincas Palermo, las Mercedes,  Fuenteplata y la Laguna jurisdicción de la vereda El Cedro, en Génova, Caldas, y asesinaron a nueve personas. Alertadas por la horrenda masacre unidades del Ejército, acantonadas en la base de patrullaje de El Recreo, acudieron pronto al lugar. En el combate fueron heridos el Cabo Primero Álvaro Pérez Jujar y el Cabo Segundo José María Ramírez. Fue dado de baja alias ‘Sultán’.

Jaime Pardo Leal, en plena campaña política con el terroristas de las FARC Braulio Herrera
Jaime Pardo Leal, en plena campaña política con el terroristas de las FARC, alias Braulio Herrera

En ese ambiente nacional e internacional llega al solio presidencial Guillermo León Valencia Muñoz (1962-1966). Como la determinación por instaurar el socialismo continuaba en una de sus formas de lucha, el terror revolucionario, la puesta en vigor del Plan Lazo, que incluía planes cívico-militares, insufló más energía a las Fuerzas Armadas para la pacificación rural. (Sobre Plan Lazo ver: https://www.periodismosinfronteras.org/el-plan-lazo-o-una-derrota-militar-del-pcc-farc.html). Aunque la presión militar aumentaba los comunistas supieron acomodarse a la situación y lograron atacar con más ferocidad a los campesinos. El miembro del PCC-FARC José William Ángel Aranguren, alias ‘Desquite’, acompañado por cuadrilleros de alias ‘Tarzán’ y del temible ‘Sangrenegra’ –estos dos últimos también seguían el compás de la batuta comunista-, protagonizaron en abril de 1963 la masacre de El Guaduero, una vereda cerca de Guaduas, Cundinamarca. Un lugarteniente de ‘Sangrenegra’, Elías Gutiérrez, alias ‘Campeón, no dudo en utilizar su machete y su fusil para imponer el terror en los municipios de Santa Isabel, Venadillo y Anzoategui, al norte del Tolima. En agosto de 1963 ‘Desquite’ encabezó una de los aniquilamientos más atroces de aquellos años: la matanza de la Victoria, Caldas: junto con 35 hombres asesinó a 40 personas. Entre tanto Marco Guaracas, alias ‘Cariño’, miembro del PCC-FARC y uno de los tantos lugartenientes de ‘Tirofijo’, junto con su banda armada anegaba de sangre al sur del Tolima.

Y llegó el mes de septiembre de 1963, mes de grandes logros para las fuerzas democráticas en el aspecto militar. La ciudadanía y las autoridades seguían consternadas por la degollina de la Victoria pero no sus perpetradores políticos. A mediados de aquel mes una banda comunista conformada por Federico Arango Fonnegra, que recibían ayuda de ‘Tarzán’ y ‘Desquite’, secuestraron al político liberal Germán Mejía Duque. Las autoridades rápidamente se movilizaron para liberarlo y a los pocos días unidades del Batallón Colombia al mando del Coronel José Joaquín Matallana Bermúdez lo rescataron sano y salvo. El operativo fue difícil pues la cuadrilla comunista atacó al Ejército a bala. En el combate fueron dados de baja varios cuadrilleros y su cabecilla, Federico Arango Fonnegra. Este sujeto, proveniente de una familia acomodada e ingeniero de profesión, era hermano de la ya célebre militante comunista María Arango Fonnegra, esposa de Álvaro Marroquín, en ese entonces miembro del comité central del PCC-FARC.

Pacto entre Sangrenegra y el Partido Comunista
Pacto entre Sangrenegra y el Partido Comunista

Días después fue dado de baja en Lérida, Tolima, Pedro González Prieto, alias ‘Pedro Brincos’, junto con su lugarteniente Ricardo Joaquín Otero Hernández, quien había dejado sus estudios de economía en la Universidad Jorge Tadeo Lozano para también implantar el socialismo. ‘Pedro Brincos’ era, además, coordinador de las acciones terroristas de ‘Desquite’, ‘Sangrenegra’ y ‘Tarzán’ entre otros jefes de bandas armadas marxistas. El 21 de septiembre la prensa informó que en el cañón del Cambrín, jurisdicción del municipio de Rioblanco, Tolima, zona de influencia comunista a la cabeza de Pedro Antonio Marín Marín, alias ‘Tirofijo’, una patrulla de infantería del Batallón Caicedo comandada por el Mayor Gustavo Moure Ramírez se enfrentó contra la banda de Ezequiel Pava, alias ‘Franqueza’, antiguo lugarteniente de Teófilo Rojas Varón, alias ‘Chispas’, dado de baja en enero de 1963. En el enfrentamiento fue abatido ‘Franqueza’.

Ezequiel Pava operaba junto con la banda del bandido comunista José Vicente Caicedo Torres, alias ‘Arbolito’, quienes también eran coordinados por ‘Pedro Brincos’. Recordemos, así se molesten los totalitarios marxistas del MOIR, que Francisco Mosquera defendió tanto a ‘Pedro Brincos’ como a Federico Arango Fonnegra en su pasquín Hagamos del MOEC un auténtico partido marxista-leninista. (Sobre el connubio PCC-‘Chispas’-‘Pedro Brincos’ y la actividad de Ezequiel Pava, alias ‘Franqueza’, ver: https://www.periodismosinfronteras.org/chispas-el-defensor-de-los-oprimidos.html).

En ese mismo día que fue abatido alias ‘Franqueza’, en el sitio Sabanazo, municipio de Caicedonia, Valle, tropas del Batallón Voltígeros tuvieron una refriega contra la banda de Alfonso Llanos, alias ‘Puenterroto’. Durante el combate fue abatido su cuadrillero Antonio Correa Vallejo, alias ‘Toño’, quien empuñaba una carabina San Cristóbal que llevaba inscrita la sigla del Movimiento Revolucionario Liberal, MRL, cipayo del PCC como hemos anotado. Y en el sitio Guacas, municipio de Corinto, Valle, unidades del Batallón Codazzi detuvieron al jefe de banda armada José Manuel Prado Vélez, alias ‘Fidel Castro’. Curioso alias. Este sujeto hacía parte de la banda de Telmo Abilio Fernández Barrera, alias ‘capitán Tijeras’, militante del MOEC que luego emigró a las filas del PCC-FARC.

En todo ese ambiente se contextualiza lo sucedido el 26 de septiembre de 1963 en Natagaima, Tolima, cuando el Ejército abatió a ‘Avenegra’, a ‘capitán Tolima’ y a 14 de sus cuadrilleros. Los demócratas de aquel entonces se defendían de los cuchillos del marxismo internacional. Manipular los hechos, las fechas y las biografías de personajes políticos e históricos del panorama nacional e internacional ha sido otra de las formas de lucha como la izquierda impulsa su repulsa rabiosa contra el capitalismo, contra el cristianismo y contra la democracia liberal, que ellos llaman displicentemente democracia burguesa con falsas libertades, para crear un ambiente hostil contra la sociedad existente. Y así, Plácido Aragón y Gratiniano Rocha son presentados como “luchadores por la libertad” y no como lo que realmente fueron: cuadrilleros que contaminados con la ideología marxista se lanzaron a cometer cualquier clase de delitos. Digámoslo con voz clara: el marxismo, en el caso que nos interesa, es el motor de estos crímenes. No estamos ante una simple “amenaza terrorista”: estamos ante el peligro comunista. El terrorismo, más conocido como lucha armada, es uno de los componentes del problema que nos aqueja. No es el problema

La amenaza comunista utiliza, entre una de las distintas formas de lucha, el terrorismo. Derrotar o acorralar al terrorismo no es la solución al

'Hay que exterminar anticomunistas', pide Jaime Caicedo. Acá con sus copartidarios Jorge Robledo, Carlos Lozano Guillén
‘Hay que exterminar anticomunistas’, pide Jaime Caicedo. Acá con sus copartidarios Jorge Robledo, Carlos Lozano Guillén

problema como creen desacertadamente los uribistas, pues combatiéndolo sólo se derrota una forma de lucha del comunismo. Esta venenosa hidra que carcome a los países latinoamericanos posee múltiples frentes que deben ser combatidos simultáneamente, no sólo atacar el frente militar. Insistimos: el acorralamiento militar no es la derrota del comunismo, es el abatimiento de uno de sus frentes, de una de sus formas de lucha.

Y uno de esos frentes que ha sido dejado de lado a la hora de combatir el comunismo es el cultural. Pronto saldrá a la luz el “informe” de la “comisión histórica del conflicto y sus víctimas” cuya mayoría está conformada por la crema de la intelectualidad izquierdista colombiana. Sin ningún género de dudas, en ese documento campeará el nido de mentiras que ha sido la historiografía marxista. La forma de refutarlo es contando la verdad y no con la letanía de que eso lo hacen porque son terroristas o porque la “comisión” avala el terrorismo. (Entrevista a uno de los miembros de esa “comisión”, Sergio de Zubiría Samper, miembro del comité central del PCC-FARC: http://www.semanariovoz.com/2014/08/27/prejuzgar-la-comision-es-un-acto-de-guerra/).

Desde luego que el PCC-FARC es narcoterrorista pero ese es un aspecto de esa banda-partido, no es el todo. La izquierda misma condena la violencia pero jamás condena el proyecto político del PCC-FARC. ¿Por qué? Porque tanto el PCC-FARC como esa misma izquierda, en sus diversas vertientes, tienen una identidad o coincidencias ideológicas: el socialismo -llamado ahora economía solidaria-, el cristianismo progresista, el antiamericanismo, el ecologismo y sus energías alternativas, la admiración al islamismo y su sucedánea condena contra Israel y la Iglesia Católica, la defensa a ultranza del aborto y de cuanta aberración sexual esté a la vista son los componentes donde la izquierda y el PCC-FARC confluyen ideológicamente. Este es otro aspecto fundamental del problema que no se tiene en cuenta: el ideológico

El PCC-FARC no ha renegado del marxismo. Eso debería ser un inamovible de cualquier Gobierno: exigirles la renuncia total del marxismo. Con esa renuncia una de las consecuencias inmediatas es la entrega de las armas. Pero como se ha conducido el “proceso de paz” por parte del Gobierno Santos Calderón –y de gobiernos anteriores sin excepción- si en La Habana se llegase a pactar la supuesta paz, Colombia no caería en manos del terrorismo: sino que caeríamos en manos del comunismo.

Demandar al PCC-FARC la entrega las armas sin antes reclamarle la renuncia absoluta al objetivo político de instaurar un régimen comunista es poca exigencia, pues el propósito de establecer un régimen de ese tipo por parte de ellos no se transforma en algo deseable por la sola y supuesta entrega de los fusiles. Veamos los ejemplos de Venezuela, Ecuador, Uruguay, Brasil, Argentina y Nicaragua donde las fuerzas socialistas llegaron al poder no por las armas, sino por vías democráticas e instalados en los resortes del Estado han pervertido la democracia para perpetuarse. Preguntémonos: ¿Si el comunismo toma al poder por medios pacíficos hace del Socialismo del Siglo XXI un proyecto deseable para Colombia? No lo creo. La imposición del socialismo por vía democrática o por vía armada siempre es el mismo: totalitario. ¿O es que el nacionalsocialismo es demócrata porque llegó al Parlamento alemán por el voto popular –vía pacífica- y no por las armas?

Juan Manuel Santos, ficha de Fidel Castro
Juan Manuel Santos, ficha de Fidel Castro

Y para finalizar, el nombre de “Movimiento 26 de septiembre”, que los comunistas colombianos titularon a la inexistente matanza de septiembre de 1963, es una reminiscencia del Movimiento 26 de julio que encabezó Fidel Castro en la isla caribeña. Es decir, los del PCC-FARC deseaban tener su propio “Movimiento 26” de algo y se inventaron la patraña de una masacre. En eso de mentir Lenin y Stalin dieron grandes lecciones. La izquierda no los defraudó.

@RomSanz

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