LA INFANTA CRISTINA, CAYENDO
Los argentinos están reaccionando frente al despotismo de una caprichosa señora que ha llevado a la ruina a una nación que lo tiene todo para ser la más rica y poderosa del continente
La infanta Cristina, cayendo
Por Rafael Gómez Martínez
Agosto 22 de 2013
Si en la Colombia neo-socialista de JMS las cosas van de mal en peor, en la Argentina neo-socialista de la infanta Cristina, está sucediendo la caída. La caída en los gobiernos neo-socialistas es lenta pero segura. Y, cuando se caen, se caen.
Los argentinos, (as), están reaccionando frente al despotismo de una caprichosa señora que ha llevado a la ruina a una nación que lo tiene todo para ser la más rica y poderosa del continente, como diría Adam Smith. Gracias al socialismo del siglo XXI, Argentina se encuentra en los últimos lugares de competitividad mundial.
Cómo será la paliza que le dieron en las últimas elecciones para el Congreso, que admitió que: “solamente habían ganado en la Antártida”. No les miento. Ahí, está el video.
La infanta Cristina, de quien dicen es muy amiga de la esposa del pintoresco Ortega en Nicaragua; quien a propósito compró 6 fragatas con capacidad para lanzar misiles nucleares además de un buque acorazado que navegó por las aguas del Atlántico la semana pasada.
(Nuestros mejores amigos enviando armas nucleares en un barco coreano desde Cuba. Santos elpicho, como dice Pacho y la insulsa OEA guardan silencio cómplice. La canciller Madame Holguín Bovary, ni mu).
Volviendo a la infanta Cristina, mandó poner una foto del Che Guevara en el edificio más alto de la Plaza de Mayo, ante la indignación de todos. Y de todas.
Los diarios Clarín y La Nación viven sus épocas más oscuras. ¿Existe la SIP?
Llegó muy puntual a Bogotá hacia las 12 de la noche, como mandan los cánones de la brujería. Una oscura visita como lo son los vestidos que ella utiliza, siempre de negro. No en vano, el color principal de la brujería es el negro.
Ha querido politizar a las Fuerzas Armadas. Debilitó la institucionalidad del ejército argentino a tal punto que montó un nuevo Ejército Popular “para protegernos de los invasores”. Habla de la nueva independencia argentina. Ha generado un choque entre los poderes judiciales a tal punto que las mismas Cortes salieron a las calles de Buenos Aires.
Pretende la reelección indefinida.
La histeria de esa señora ha llegado al extremo de tener probadores para todas sus comidas porque piensa que la van envenenar.
Se comienzan a presentar síntomas de desabastecimiento alimentario lo que ha generado una inflación en espiral en cadena.
Finalmente, pretende, ante el silencio cómplice de la comunidad latinoamericana, construir una planta nuclear en la frontera con Paraguay. Los paraguayos, (as), más dignos que nuestra arrodillada clase política, le respondieron con una tremenda silbatina en su última visita a Asunción.
Puntilla. Terminaron la mezquita a cien metros de la Esmic. Muy bonita, por cierto. ¿Quién mató a AGH? Los mejores amigos se tapan con la misma cobija. Y los del régimen, ni se diga. El régimen, más vivo que nunca.
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