LA MANO NEGRA, SEGÚN VLADDO

LA MANO NEGRA, SEGÚN VLADDO

Por Rafael Gómez Martínez

No pudo ser más desafortunada la expresión de Santos con respecto a la mano negra porque metió en un mismo costal a quienes hacemos observaciones tanto en el fondo, como en la forma, por la manera como se está gobernando y a los que se encuentran al margen de la ley, atacando poblaciones, secuestrando, asesinando etc…

Yo quiero hacer la aclaración, en la presente columna de opinión que no es más que eso: una columna de opinión de un ciudadano de a pie, que yo si voté por el señor Santos. Yo voté por un acuerdo programático encabezado por la seguridad democrática.

No como otros que no votaron por él. Es más: lo vendían como un monstruo, como Chucky, como el Gordo y el Flaco; como una persona que le haría un gran daño a Colombia. Los principales medios de comunicación de Bogotá le hicieron la vida imposible. Sin embargo, Santos logró imponerse.

Con votos conservadores, como el mío, y uribistas en su gran mayoría. Porque los liberales no lo tenían en su agenda. Se suponía que Santos continuaría con las políticas del gobierno anterior. Pero no ha sido así.

Un año después, la seguridad se ha deteriorado a tal punto que el ataque a Yarumal, donde no se presentaba la guerrilla de las Farc después de diez años, fue el punto culminante de la escalada terrorista. De paso: ningún representante del alto gobierno se presentó en el sepelio del mayor Jaimes.

Como Santos dejó el tema ahí, aparecieron los quintacolumnistas de costumbre a regocijarse y a sembrar la cizaña. A la fecha; entre otros: Daniel Samper, el inefable Bejarano en Hora 20 y algunos en El Espectador.

Andrés Hoyos en El Espectador comentaría que: “desde que tengo memoria política, he oído hablar de la Mano Negra, pero no sé de nadie que haya podido explicar con claridad qué es. El presidente Santos sacó a relucir la frase el otro día, y no, él tampoco parecía tener ni idea”.

Vinieron más declaraciones. Resultó, por ejemplo, que el atentado contra el busto del Dr. Laureano Gómez, fue obra de la mano negra.

Y, vino para mi sorpresa, una columna de mi amigo Vladdo, en este diario, donde hace una curiosa petición al presidente Santos. Transcribo textualmente: “Si JMS no les pone el tatequieto a todos ellos la situación se le va a salir de las manos…(sic)”.

Y se atrevió a dar nombres: Fernando Londoño, José Obdulio Gaviria, Ernesto Yamhure, Saúl Hernández, Enrique Gómez Hurtado y muchos otros del mismo estilo.

¿Qué nos quiso decir Vladdo con un “tatequieto”?

Porque en un país como Colombia, una expresión de ese estilo podría ser similar a las rosas negras que enviaba Pablo Escobar a sus víctimas.

Puntilla. Si el tatequieto de Vladdo no hubiera sido de Vladdo, sino de Jose Obdulio, ¿cómo hubiera reaccionado? ¿Cómo se sentiría?

Julio 08 de 2011