L’ETAT C’EST MOI
La sencillez que maravilla al presidente es tan inducida como la guerra de Colombia con Las FARC que él mismo fortaleció para que sus asaltos parecieran guerra
L’etat c’est moi
La sencillez que maravilla al presidente es tan inducida como la guerra de Colombia con Las FARC que él mismo fortaleció para que sus asaltos parecieran guerra
Por Mario Javier Pacheco
Septiembre 3 de 2016
Se aprobó la convocatoria del plebiscito en el Congreso en medio de una piñata que ratificó el poder de la prebenda y la impotencia de la oposición, que nada tiene que hacer donde el argumento para el debate no es de cerebro sino de estómago.
Se dio vía libre al mecanismo de participación popular para aprobar o no los acuerdos con las FARC, del mal llamado proceso de paz, porque la palabreja enmascara el real objetivo del sainete, que es poner a las FARC en el marcador de la presidencia de 2018, armados, elegibles, millonarios e impunes.
Armados a pesar de las declaraciones del general Mejía sobre que tiene foto y que sabe quién es y donde está y que armamento tiene cada guerrillero. Si eso fuera así mi general ¿Por qué entonces nos vencieron las FARC?
Señor general: cualquier soldado de su tropa le puede informar que nadie sabe cuántos son, ni cuantas armas tienen, ni cuánta plata esconden, ni cuanta coca exportan y que por eso se desmovilizarán solo los necesarios, entregarán las armas que les dé la gana y usarán la plata de su coca para ganar la presidencia, así venga la ONU y estén benditos por el Papa y sean compas de Obama, que ellos no saben cómo es el cuento.
El país se les entrega con complicidad de congreso, cortes, Fiscalía y generalato.
El Sí del plebiscito no solo les dará impunidad y legalidad a su plata de sangre; los convertirá en un poderoso partido político con 26 curules regaladas, que por 40.000 votos cada una, es como haber recibido más de un millón de votos. Más que la lista de Uribe al senado, y que con estas curules que los hace padres de la patria emparejan en el senado a Cambio Radical, el partido del vicepresidente y superan a Alianza Verde, Polo, Opción Ciudadana y Mira. Chávez no tenía tanto cuando ganó la presidencia de Venezuela.
La piñata en el salón elíptico fue primorosa, con centenares de globitos de colores y los invitados y dueños de casa con disfraz blanco. Hubo hasta dummies de cuerpo entero de los honorables guerrilleros que ocuparán las curules.
A la piñata solo faltaron los niños porque las FARC no los liberaron para que asistieran.
Pero ahora toda la atención se centra en la pregunta del plebiscito y su formulación tendenciosa, y mucho más en la respuesta al reclamo: El presidente puede redactar la pregunta que se le dé la gana. l’etat c’est moi El Estado soy yo dijo Luis XIV y Robespierre guillotinó su nieto.
No hay tal, la Ley 1757 de 2015 y la sentencia C 379 de la Corte Constitucional advierten que la pregunta debe ser clara y no tendenciosa o equívoca, para que no se manipule al ciudadano ni se le induzca a una respuesta en un sentido específico. Santos dice que es sencilla porque es el título del acuerdo, pero los títulos de las obras son arbitrarios y esos sí son los que a su autor le dé la gana.
La sencillez que maravilla al presidente es tan inducida como la guerra de Colombia con Las FARC que él mismo fortaleció para que sus asaltos parecieran guerra.
¿Apoya usted el Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?
La pregunta es torticera, especulativa, tendenciosa, equívoca, inductiva y engañosa.
Torticera, porque trata de engatusar a la misma Corte con el pretexto del título.
Especulativa porque hace suponer que votar por el acuerdo con FARC es finalizar todo el conflicto, de manera general, sin haber acallado las balas de otros grupos.
Tendenciosa, Porque si el elector vota sí, votará por la paz estable y duradera y no por los cuestionados acuerdos con las FARC .
Equívoca porque suprimió el nombre de las FARC que es con quienes se negocia, ya que, según el presidente, eso se sobre entiende. En la ley nada se sobreentiende y en cambio pone en juego la palabra paz que todos anhelamos.
Inductiva porque induce a creer que si se vota No, se está rechazando la paz
Y engañosa porque al pueblo se le ha ocultado que votar Sí, es poner a las FARC en el gobierno, senadores armados para la ruina y cubanización de Colombia.
@mariojpachecog
www.mariojavierpacheco.com
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