PROTEGER LA FAMILIA ASEGURA EL CRECIMIENTO ECONÓMICO

Una cosmovisión cristiana de la familia es la única que provee libertad económica y protege la supervivencia generacional de la sociedad. Dios es el creador de la familia bajo la base del pacto matrimonial como el reflejo del pacto de Cristo con su iglesia. Creó a una familia y le dio la misión de multiplicar y sojuzgar la tierra (mayordomía de la propiedad de Dios) (Genesis 1:26-28), bajo la promesa de bendición o maldición sujeta a su ley

Andrés Solano Corredor

Por Andrés Solano C.*
Mayo 14 de 2020

La familia es la unidad más pequeña y simple de la organización social, fuente real de cultura. En ella, como en toda organización existe un gobierno y por tanto una responsabilidad que se expande desde la base del individuo en el núcleo del hogar, hasta su ejercicio natural o jurídico en la sociedad.

Es por esto que es la base de la sociedad.

Pero lamentablemente el termino se ha vuelto un cliché y no una verdad que debe ser activa y promotora de libertad y de desarrollo del capital económico y cultural.

¿Cuándo es el Estado el mayor enemigo económico de la familia?

Para que exista libertad económica en una sociedad, debe primar la libertad de propiedad de la familia, pues una economía productiva (de mercado) es un circuito económico donde se intercambian libremente los derechos de propiedad de las familias, las empresas y el Estado. De ahí parte la administración financiera responsable del hogar.

Cuando el Estado se entroniza como administrador de las vidas de las personas, los roba adueñándose de los fondos de ahorro que protegen a la familia y de las herencias que naturalmente corresponden a los hijos.

El comunismo trae destrucción de la familia, pobreza, esclavitud

En una economía comunista – socialista, el Estado resulta ser la cabeza de las familias, quitando la responsabilidad a los padres, porque incluso el Estado se encargará de proveer la educación de los hijos, establecerá políticas demográficas para interferir en el número de hijos que tendrán, e incluso, determinará cuanto será lo que reciban por su trabajo y por la jubilación de sus miembros.

La intervención directa en los precios propias de una economía socialista, hace que el ingreso en las familias se reduzca, obligando a que los padres tengan que trabajar largas horas del día para conseguir el sustento, quitando tiempo a la educación de sus hijos.

El peor de los casos en este momento lo vive Venezuela, donde las familias están totalmente dispersas por el éxodo de millones de personas generado a causa de las políticas económicas inflacionarias del hambre y miseria propio del régimen dictatorial del socialismo duro aplicado por el chavismo de Nicolas Maduro.

Lamentablemente son perjudiciales las consecuencias generacionales, cuando los padres no son conscientes del bienestar económico de la familia y por medio del voto, buscan una falsa justicia social y una igualdad promovida por la envidia, con la justificación de “imponer impuestos gravosos a los más ricos”.

Una cosmovisión cristiana de la familia es la única que provee libertad económica y protege la supervivencia generacional de la sociedad

Cuando llega la inflación de los precios que los obliga a hacer también contribuciones gravosas, se aterrorizan con las consecuencias. La redistribución de las riquezas es producto de la inmoralidad y el ataque más directo a la libertad económica de una familia.

La reacción en cadena sigue, cuando la evasión obliga al Estado a implementar reformas tributarias donde se incrementan las tarifas (especialmente el impuesto al consumo), se crean nuevos impuestos, se aumentan las bases y como en un efecto búmeran, las empresas que sí pagan cumplidamente sus impuestos, van a empezar a evadir.

En Colombia en promedio se aplica una reforma tributaria cada 22 meses. La DIAN, ha pasado de 2.7 billones recaudados en 1991 a 136.5 billones en 2017, lo que traduce un incremento de un 6.700 %.

Las familias con bajos ingresos son las que más sufren las consecuencias, pero irónicamente son las que más otorgan votos a favor de políticas estatistas, cuando caen en las falsas promesas de políticos populistas.

El papel de Dios en el asunto

Una cosmovisión cristiana de la familia es la única que provee libertad económica y protege la supervivencia generacional de la sociedad. Dios es el creador de la familia bajo la base del pacto matrimonial como el reflejo del pacto de Cristo con su iglesia. Creó a una familia y le dio la misión de multiplicar y sojuzgar la tierra (mayordomía de la propiedad de Dios) (Genesis 1:26-28), bajo la promesa de bendición o maldición sujeta a su ley.

Tanto el capital familiar, la propiedad y el trabajo son los elementos de conservación de riqueza. Nacen desde la base cristiana de la responsabilidad de los padres hacia los hijos (1 Timoteo 5:8), y de los hijos hacia los padres cuando estos dependan de ellos en su vejez (Exodo 20: 12).

El Estado moderno ha reclamado la propiedad de los hijos sobre los padres y por ende de la producción y la riqueza de la sociedad. ¿Cuál es el dios del cristiano, el Estado o el Dios de la Biblia?

Un cristiano que entienda su biblia, y reconozca la legitimidad de las leyes familiares, defenderá el modelo establecido por Dios de la familia, pues esta es también la base de la libertad.

La pobreza hace muy difícil el establecimiento de la familia

El Estado limitado es sinónimo de prosperidad económica en las familias.

Cuando el Estado es limitado, los impuestos también lo son. Entender que las funciones de un Estado (seguridad, justicia, obras públicas) son limitadas, nos puede esclarecer qué tipo de política económica necesita un gobierno para proteger a las familias del paternalismo estatal que desgasta el ingreso de capital y restringe toda libertad económica en los individuos.

Cuando los impuestos son destinados para fines propios del Estado, el resultado será visible y oportuno, ya que hoy día tenemos Estados sobrecargados de funciones, controlando la vida, la riqueza y degenerando en corrupción y violencia.

El verdadero capitalismo parte de la familia constituida por Dios y de los intercambios de propiedad familiar en un mercado libre.

 

*Estudiante de Economía. Miembro de Nueva República

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