¿”VOTAR POR “EL MAL MENOR” O VOTAR EN BLANCO?
Aún desde la oposición, la izquierda dura ha demostrado que puede poner al oficialismo de rodillas, y al país al borde de la ruina. La abstención o el “voto en blanco” puede ser una opción viable, al menos para llamar la atención, y que se nos escuche
¿”Votar por “el mal menor” o votar en blanco?
Aún desde la oposición, la izquierda dura ha demostrado que puede poner al oficialismo de rodillas, y al país al borde de la ruina. La abstención o el “voto en blanco” puede ser una opción viable, al menos para llamar la atención, y que se nos escuche

Por Semanario La Pepa, Bogotá
Editorial No 1
Junio 3 de 2018
En Colombia y México las elecciones son muy parecidas: Petro vs. Duque, y López Obrador vs. Anaya.
En ambos casos se enfrentan las dos fuerzas principales que se disputan la Presidencia siempre en casi toda América Latina: Petro y López representan a la “izquierda dura”, mientras Duque y Anaya representan a la izquierda blanda (socialdemocracia) y a la derecha mala (mercantilismo).
Mucha buena gente de talante liberal y democrático, como nosotros los de este semanario, y vemos la necesidad de reformas profundas, nos aconseja “votar por el mal menor”. Duque en Colombia, como Anaya en México, de ser presidentes, no van a hacer las grandes reformas de fondo que nuestros países requieren de urgencia; sin embargo, nos dicen, al menos eso evitaría que Petro o López los hundan en la miseria y la esclavitud, como Maduro hundió a Venezuela. ¡Es preferible “el mal menor”!

¿Es así? Creemos que no. ¿Por qué? Veamos los casos de Perú, Brasil y Argentina, que demuestran palmariamente los fracasos del “mal menor”, y las razones.
(1) En Perú, el señor Pedro Pablo Kuczynski, el más típico representante de la derecha mala (“Neo” liberalismo, o sea Consenso de Washington) en América Latina, no pudo evitar ser derrocado por la izquierda dura, que demostró su habilidad haciendo una firme alianza de hecho con el delirante fujimorismo radical. A PPK lo echaron del Gobierno como a De la Rúa en Argentina, 2001.
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(2) En Brasil, hace menos de un año los socialdemócratas echaron del Gobierno a Dilma Rousseff; y pusieron en su lugar a Michel Temer, “el mal menor”.
¿Y qué pasó? Pues que la izquierda dura demostró la pasada semana una potente capacidad de movilización extra-parlamentaria en una salvaje huelga de camioneros, que paralizó al gigante Brasil. «Compañeros: la revolución está vencida, ¡pero el gobierno está muerto!»; así se dijo en Argentina, cuando la famosa “Revolución del Parque” de 1890; ¡y así es ahora en Brasil!

(3) Los argentinos votaron por “el mal menor”, Mauricio Macri, hace poco más de dos años; y hoy su Gobierno también está muerto, y se duda que pueda terminar su período. ¿Por qué? Simple: porque la izquierda dura extraparlamentaria ha demostrado que puede paralizar las calles de la capital, y la del Congreso, como el otro brazo de una tenaza mortal, metió una ley que prohíbe sincerar las tarifas de los “servicios públicos”.
Aún desde la oposición, la izquierda dura ha demostrado que puede poner al oficialismo de rodillas, y al país al borde de la ruina. Es más: siendo oposición, no tiene obligación de enfrentar los deberes y las tareas de ser Gobierno, ni las responsabilidades y costos; y así tiene las manos completamente libres para hacer lo que mejor hace: destruir. ¿Y el “mal menor”? Queda por completo incapacitado y herido de muerte. En España cayó Rajoy, víctima del mismo puñal, que amenaza a Piñera en Chile.

La izquierda dura es tan mala en la oposición como en el Gobierno; la izquierda blanda y la derecha mala son tan malas en la oposición como en el Gobierno. Aprendamos las lecciones.
“Pero ¿cuál es la solución?” se nos preguntará. La solución somos nosotros, los del Proyecto Cinco Reformas. Sólo tenemos que crecer y desarrollarnos, para ir ocupando espacios en la arena pública.
Mientras crecemos, la abstención o el “voto en blanco” puede ser una opción viable, al menos para llamar la atención, y que se nos escuche. Querido lector de Colombia y América Latina: apoya a “La Pepa”; si tienes una empresa, anuncia con nosotros, hoy mismo, porque mañana puede ser muy tarde, y ya no tengas más empresa.
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