FERNANDO CARRILLO, DE ENCUBRIDOR DE PABLO ESCOBAR A EMBAJADOR EN ESPAÑA
Cuando Fernando Carrillo era el Ministro de Justicia permitía toda clase de desmanes, asesinatos, ajustes de cuentas y tráfico de armas y drogas dentro de la supuesta cárcel de la Catedral
Fernando Carrillo, de encubridor de Pablo Escobar a embajador en España
Cuando Fernando Carrillo era el Ministro de Justicia, su jefe de escoltas era Isaac Lee y los dos se unían a Eitan Koren en sus fiestas mientras Carrillo permitía toda clase de desmanes, asesinatos, ajustes de cuentas y tráfico de armas y drogas dentro de la supuesta cárcel de la Catedral
Por Ricardo Puentes Melo
Marzo 02 de 2015
El camarada Santos ha escrito un nuevo capítulo que engrosará la voluminosa biblioteca de su megalomanía. A costos exorbitantes, como si su vida fuera digna de contarse, se sacó a la luz un libro que narra la vida de Juan Manuel desde que ensució su primer pañal, pasando por su disoluta vida en Europa a costa de los cafeteros, hasta que fue elegido presidente de Colombia.
El encargado de repartir el libro entre congresistas, nobles y miembros del gobierno español, es nuestro flamante embajador de esta “República Banana santista”, Fernando Carrillo Flórez, un personaje tanto o más turbio que el presidente. Ramón Pérez Maura, columnista del diario ABC de Madrid, compara al camarada Santos con el camarada Kim il-Sung, el sanguinario de la República Popular de Corea. Así escribe:
“Hay otros ejemplos de embajadores que se esfuerzan por encumbrar a sus presidentes, pero a todos ha superado el actual legado colombiano en Madrid, Fernando Carrillo, que esta Navidad ha obsequiado a relevantes personalidades de nuestra vida pública –a los periodistas no, claro– con el panegírico «La estirpe de los Santos. De la libertad de la patria a la Paz para Colombia», lujosa obra de gran formato con presentación del presidente Santos, introducción del propio embajador Carrillo, treinta páginas dedicadas a la estirpe de los Santos y cien páginas consagradas al Santos con el que nos ha regalado esa estirpe.”( http://www.abc.es/lasfirmasdeabc/20150222/abci-maura-201502222241.html)
Lo que muchas personas desconocen es el negro historial de Fernando Carrillo Flórez, quien salta a la fama por ser el promotor de la “séptima papeleta” que degeneró en la Constituyente de 1991. Aunque mejor que “promotor”, valdría la pena aclarar que fue el monigote que utilizó el M-19 para estos menesteres.
El siguiente es un extracto del libro “Perafán, biografía no autorizada del capo del Cartel de Bogotá”, donde damos cuenta de quién es este personaje.
Daniel Coronell y su amistad con Fernando Carrillo, Isaac Lee y Mauricio Vargas. Durante la campaña presidencial de César Gaviria, el periodista Daniel Coronell hizo parte del equipo de comunicaciones, y allí conoció a Fernando Carrillo Flórez y a Mauricio Vargas, otros que formaban parte del acreditado kínder de jovencitos del político pereirano.
Fernando Carrillo, que tiene la misma edad que Coronell, era un aventajado estudiante que fue aprovechado por miembros del M-19 para endilgarle el invento de la “séptima papeleta” y, de esta manera, lograr la aceptación y el apoyo estudiantil necesario para sacar adelante esta iniciativa planeada con filigrana por narcos y guerrilleros que veían en la Constituyente la única salida posible para evitar ser extraditados a Estados Unidos y lograr un amplio acuerdo de impunidad para pagar algunos meses de cárcel y lavar sus fortunas mal habidas.
A esa amistad se sumó el caballero judío Isaac Lee Possin, quien durante el ministerio de Defensa de Fernando
Carrillo era su jefe de escoltas y, según el diario La Prensa, también su amante.
Cuando Fernando Carrillo era el Ministro de Justicia, su jefe de escoltas era Isaac Lee y los dos se unían a Eitan Koren en sus fiestas mientras Carrillo permitía toda clase de desmanes, asesinatos, ajustes de cuentas y tráfico de armas y drogas dentro de la supuesta cárcel de la Catedral. En ese año asesinaron al sencillo celador Luis Eduardo Fonseca quien, según cuenta el periodista Manuel Vicente Peña, ya cansado de las orgías y escándalos en el edificio, había descubierto la homosexualidad desaforada de los amigos del ministro y estaba dispuesto a contárselo a los medios que quisieran escucharlo.
El humilde celador Luis Eduardo Fonseca Rojas trabajaba cuidando el edifico de apartamentos “Nogark” donde vivían juntos Isaac Lee y el mercenario israelí Eitan Koren, vinculado al negocios de armas con el ministerio de Carrillo, y señalado de haber traído al mercenario israelí Yair Klein a Colombia. Era frecuente que el trío se encontrara allí para celebrar sus fiestas.
Según lo informó La Prensa, fue en una de esas fiestas homosexuales que el humilde celador fue agredido por unos individuos que pretendían entrar a la recepción del ministro Carrillo y sus amigos sin haber sido anunciados. Como Fonseca se negó a permitirles la entrada sin haber constatado la autorización para dejarlos pasar, los sujetos rompieron la puerta a golpes de varilla y, sacando sus armas de fuego, persiguieron a Fonseca a quien dieron alcance en el piso 5 del edificio. Allí le dispararon por la espalda asesinándolo de inmediato.
Poco después algunos residentes del edificio se dieron cuenta de la muerte de Fonseca y llamaron a Fernando Carrillo Flórez quien les contestó con indolencia: “Por algo mataron a ese tipo. A mí déjenme tranquilo, que tengo mucho sueño..” Los vecinos se quejaron ante varias entidades y, en retaliación, Fernando Carrillo sometió a los habitantes a una campaña de terror que consistía en cortarles las líneas telefónicas, interceptación de las mismas, seguimientos, etc.
El crimen quedó en la total impunidad. La viuda de Fonseca y sus hijos huérfanos quedaron en la miseria, pidiendo limosna, en tanto que Fernando Carrillo siguió su meteórica carrera hasta ser nombrado recientemente ministro por el presidente Juan Manuel Santos; Isaac Lee llegó a ser editor de Cromos, luego Director de la Revista Semana y luego presidente de noticias de Univisión, a donde llevó a su amigo Daniel Coronell como vicepresidente.
Eitan Koren fue quien llevó a Yair Klein al Magdalena Medio para entrenar los ejércitos de Pablo Escobar. Curiosamente Fernando Carrillo también benefició a Escobar siendo ministro.
Alfonso Gómez Méndez e Isaac Lee. Siendo Gómez Méndez y Lee amigos muy cercanos, la investigación del asesinato del celador Fonseca jamás prosperó.
Evidentemente, la intervención del ministro Carrillo en el momento del crimen había salvado a Lee de la cárcel. Tiempo después, con Alfonso Gómez Méndez como Fiscal General en el gobierno de Samper, Isaac Lee tuvo la tranquilidad de que saldría impune.
A cambio de lavar su imagen, como lo narra el periodista Manuel Vicente Peña, Gómez Méndez encubría los
crímenes y negociados de Isaac Lee, ya director de la revista Semana, a cambio de publirreportajes que la revista hacía religiosamente cada semana.
La amistad de Isaac Lee Possin con Gómez Méndez también sirvió para que ni él ni Eitan Koren fueran investigados por encubrir y ayudar al mercenario israelí Yair Klein.
Isaac Lee, compañero sentimental de Fernando Carrillo era, según el mismo periodista Peña (quien narraba una historia contada por Gonzalo Guillén), un pedófilo que utilizaba las instalaciones de la revista Semana para abusar de pequeños de 10 años, como aquel famoso caso narrado por Manuel Vicente.
Isaac Lee fue acusado de haber robado 15 millones de dólares a la revista Semana, huyendo luego hacia Estados Unidos para terminar siendo nombrado Presidente de Noticias de Univisión. El cómo salió del país a pesar de estar denunciado por el asesinato de Luis Eduardo Fonseca, es un misterio que ya resolvimos y que tiene nombre y apellido: Alfonso Gómez Méndez.
Carrillo estaba siendo muy cuestionado por la pérdida y malversación de miles de millones de pesos que no
aparecían por ningún lado y que, según decía él, estaban invertidos en equipos de seguridad electrónica que su amigo, el contratista Eitan Koren, habría instalado allí. La verdad se descubriría después: Nunca se comprobó la instalación de esos equipos y, en cambio, cuando Pablo Escobar se fugó, Koren acudió a La Catedral para poner de cualquier manera algunas viejas cámaras y, así, tratar de salvar del escándalo a su amigo Fernando Carrillo.
Eitan Koren también estaba en el ojo del huracán por el contrato de cuatro mil millones de pesos que su amigo Fernando Carrillo le había ayudado a gestionar y del cual no se volvió a ver ni el dinero ni las obras del contrato. Con esto, y adicionando sus nexos con Yair Klein, entrenador de los sicarios de Pablo Escobar, el diario La Prensa lo inquiría diariamente a responder.
Por otro lado, la revista Semana trataba por todos lados de suavizar los escándalos del gobierno de Gaviria, mientras La Prensa, de propiedad de Juan Carlos Pastrana, estaba vigilante sobre los sucesos de la vida nacional. Juan Manuel Santos se había retirado de la subdirección de El Tiempo para integrar el nuevo gabinete de César Gaviria, y la mayoría de los medios servían a los intereses del gobierno. Incluso los tribunales actuaban acorde con las órdenes y pactos del Ejecutivo, tanto que en marzo de 1992 el Tribunal Superior de Orden Público exoneró a Pablo Escobar de decenas de crímenes contra personas que habían testificado contra él.
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