¿TODOS CONTRA LUIS ALFREDO RAMOS?

¿Todos contra Luis Alfredo Ramos?

Luis Alfredo Ramos es un culpable fabricado. El ala izquierdista del Centro Democrático no lo quiere debido a su origen conservador, y el izquierdismo no uribista lo detesta por las mismas razones. En esto, comparte cosas comunes con Alejandro Ordóñez

Por Ricardo Puentes Melo
Octubre 17 de 2017
@ricardopuentesm
ricardopuentes@periodismosinfronteras.com

Era el año de 2012 y desde estas páginas, desde el 2009, este servidor advertía ante un uribismo ciego sobre el izquierdismo de Juan Manuel Santos. Cuando ya la traición de Santos fue indefendible entre los uribistas, José Obdulio Gaviria -a quien yo erróneamente consideraba mi amigo y un hombre derecha- invitó a varios posibles candidatos que podrían llevar sobre sus hombros la tarea de abrirle los ojos a Uribe y convertirse, al mismo tiempo, en el presidenciable de ese nuevo partido que aún no nacía.

Allá fueron Oscar Iván Zuluaga, Juan Carlos Vélez, Miguel Gómez Martínez. Miguel dijo francamente que a él no le interesaba una candidatura presidencial. Oscar Iván Zuluaga se interesó, pero rechazó las exigencias de José Obdulio, de quedar prácticamente como un monigote al servicio suyo. ¡Quién iba a imaginarse en ese instante que José Obdulio trataba de tener bajo su control a un eventual presidente de Colombia, como en su momento lo intentó con Juan Manuel Santos, cuando lo llevó a las toldas uribistas..!

El asunto es que los nombres se barajaban. Everth Bustamante, Alameda y José Obdulio buscaban al títere. Yo, sin saber que reburujaban por una marioneta, propuse el nombre de Luis Alfredo Ramos. Aunque nadie del Centro de Pensamiento Primero Colombia se mostró entusiasmado con la idea (ahora entiendo por qué) lancé la pregunta en Twitter, el 6 de octubre de 2012, inquiriendo por la aceptación de Ramos como candidato para el 2014. La respuesta fue masiva, pero el ala mamerta del uribismo siguió sin mostrar emoción por el ex gobernador de Antioquia.

Esa ala marxista del uribismo tenía una vieja rencilla con Ramos, quien había terminado su periodo en el Senado en el 2006 y estaba esperando que Álvaro Uribe lo nombrara como ministro. Pero Uribe le ofreció la dirección del ISS, que estaba en liquidación, cosa que Ramos rechazó, como es apenas natural. Luego, el presidente Uribe le ofreció la embajada en Venezuela, ante lo cual Ramos dijo que sería un pésimo embajador en el régimen comunista del chavismo, para luego, seguidamente, decidir lanzarse a la gobernación de Antioquia.

A pesar de que el uribismo tenía inicialmente su candidato, del Partido de la U, la abrumadora ola de apoyo a Ramos, que se había inscrito por el partido Alas, obligó a la U a reconocer que las bases uribistas estaban con Luis Alfredo Ramos. A los pocos meses de la apabullante victoria, y habiéndose convertido en el objetivo criminal número 1 de la izquierda en ese departamento, Claudia Nayibe López, quien en ese entonces trabajaba para el terrorista indultado León Valencia, en la Corporación Nuevo Arco iris publicó, en septiembre de 2007, un estudio sesgado y tendencioso donde acusaba a Ramos de nexos con el paramilitarismo. Ramos la denunció en el 2008 pero ese tema jamás prosperó, como si lo hizo el ataque contra él.

“Cuando Luis Alfredo sale de la gobernación, José Obdulio Gaviria y su combo tienen problemas con él porque éste quiere apoyar la candidatura de Álvaro Vásquez a la gobernación, y Obdulio, junto con Uriel Gallego, le atravesaron a Carlos Mario Montoya y así dividieron al uribismo y se perdió la gobernación, que la ganó Sergio Fajardo”, dice una fuente que conoce a fondo el proceso electoral en Antioquia. “Obdulio tenía eso fresco y una jurada venganza contra Ramos. Debe recordar usted que Fajardo fue cercano a José Obdulio y que fue él quien lo acercó al uribismo.. ahí hubo algo raro.” asegura.

No conozco a fondo lo sucedido electoralmente en Antioquia, pero el hecho es que cuando yo le propuse a José Obdulio Gaviria el nombre de Luis Alfredo Ramos, a él no le entusiasmó nada. En octubre 20 de 2012 realizamos una reunión en Medellín, donde se le solicitó formalmente a Uribe la creación del nuevo Partido. Él dijo que esperaría a ver lo que sucedería en la convención de la U y tomaría su decisión. El resto es historia.

A las dos semanas de que Luis Alfredo Ramos anunciara su candidatura presidencial, la Corte Suprema de Justicia, en agosto de 2013, ordena su captura dentro del marco de un proceso por paramilitarismo, mismo que ya había sido varias veces desvirtuado ante los estrados judiciales. Lo dejan inhabilitado decretando una medida de aseguramiento preventiva que, a pesar de que legalmente no debería exceder los 24 meses, a Ramos se la extienden a 40 meses. En ese tiempo de prisión, Ramos se dedicó -junto a sus abogados- a estudiar el proceso y las declaraciones de los falsos testigos que Iván Cepeda levantó en su contra y que avalaron algunos magistrados de la Corte Suprema que hoy están enredados en una investigación de la DEA por narcotráfico.

Llega el 2017 y, para fortuna de Luis Alfredo Ramos, la DEA estaba entregando el resultado de una investigación sobre los nexos de varios magistrados de la Corte Suprema (también vinculados con el proceso contra Ramos) y exigía al gobierno colombiano y al fiscal Néstor Humberto Martínez, acciones sólidas contra ellos. Simultáneamente se descubría que los testigos contra Ramos habían sido manipulados por Iván Cepeda, quien les había prometido beneficios judiciales a varios bandidos, y dinero y ubicación en el exterior a las familias de los sicarios, a cambio de testificar falsamente contra Álvaro Uribe y Luis Alfredo Ramos.

Se le eriza a uno la piel cuando se escuchan los testimonios de estos delincuentes contando cómo Iván Cepeda los visitaba en la cárcel y les ofrecía dinero y beneficios increíbles a cambio de que ellos dijeran mentiras para condenar a Ramos. Cuentan los bandidos que Cepeda, además, les garantizó el apoyo de varios magistrados para reducirles penas y otorgarles otros premios a sus bajezas. Al tiempo, la Corte Suprema le aplazaba las audiencias a las cuales Ramos citaba a sus testigos, lo hacían esperar por cinco, seis meses, probablemente soñando con que Cepeda tuviera éxito en su criminal labor.

Por arte de magia, entonces, la Corte Suprema levanta la medida de aseguramiento contra Ramos. Pero, casi de inmediato, de manera malévola, el fiscal General Néstor Humberto Martínez (ficha de Vargas Lleras, quien, a instancias del duquismo, busca alianzas con Uribe) menciona el nombre de Luis Alfredo Ramos como parte de una supuesta investigación de las entidades norteamericanas contra Ramos. Éste presiona al fiscal para que levante la reserva y publique las supuestas pruebas e investigaciones que hay en su contra. Por supuesto solo se ha conocido el mutismo del fiscal.

Resumiendo, podemos asegurar que no hay nada que impida que Luis Alfredo Ramos pueda inscribirse como precandidato presidencial. Pero no quieren dejarlo, como tampoco quisieron permitir que Alejandro Ordóñez lanzara su candidatura por ese partido.

“José Obdulio Gaviria y Fabio Echeverri, junto con su candidato Iván Duque, han presionado con todo para que no se permita la inscripción de Ramos, para que se recorten los plazos, los términos para la inscripción en el Centro Democrático, que es el 19 de octubre próximo”, asegura otro miembro del Centro Democrático que pide reserva de su nombre.

“Uribe va a cometer el mismo error que cuando perdió la gobernación de Antioquia y la alcaldía de Medellín. Uribe sabe que el único candidato que puede unir a todo el uribismo es Luis Alfredo Ramos, pero le han metido en la cabeza, José Obdulio y Fabio Echeverri, que el elegido debe ser Duque”, dice la misma fuente.

Yo estoy plenamente convencido de que Iván Duque es el candidato perfecto de transición que buscan las FARC. Los terroristas Alape y Santrich no han ocultado sus simpatías por este aventajado alumno y amigo de Juan Manuel Santos que, desde sus épocas en la Fundación Buen Gobierno, y como publicista de la socialista Tercera Vía, allanaba el camino para que las FARC lograran lo que han logrado hoy. No por nada, militares anticomunistas como el General Harold Bedoya fueron objeto de los ataques salvajes de Duque desde sus columnas prepago de El Tiempo.

También apoyan a Duque -cosa que a nadie le parece sospechosa- León Valencia, Claudia López, Sergio Fajardo y otros que han estado envueltos en la conjura contra Ramos, Alejandro Ordóñez, y hasta contra el mismísimo Álvaro Uribe.

Luis Alfredo Ramos es un culpable fabricado. El ala izquierdista del Centro Democrático no lo quiere debido a su origen conservador, y el izquierdismo no uribista lo detesta por las mismas razones. En esto, comparte cosas comunes con Alejandro Ordóñez.

¿Por qué le temen a Luis Alfredo Ramos? ¿Será porque demostró que no se necesita ser bandido, ni hacer alianzas con bandidos para ganarse el cariño y los votos -como se los ha ganado- de sus compatriotas, ni ha necesitado de esos contubernios para gobernar con eficacia y claridad?

A Rafael Nieto, candidato de lujo y amado por las bases del uribismo, seguramente le embolatarán su designación de alguna manera. Algo que sería difícil de hacer con Ramos, a menos que le claven otro montaje judicial, algo ya muy estrafalario. La única excusa que tienen frente a Ramos es que habría que esperar el fallo absolutorio de la Corte Suprema. Pero todos sabemos que esa corporación es manejada por Vargas Lleras y, como ya se ha hecho evidente, está permeada por una mafia narcotraficante que usa las sentencias como combinación de todas las formas de lucha.

Sea como sea, días negros se avecinan sobre Colombia. Con el Centro Democrático en coqueteos con Vargas Lleras, con el fajardismo y hasta con el fariano comunista Angelino Garzón, al mismo tiempo que le dan portazos en las narices a Ramos y Ordóñez, esto va a toda velocidad rumbo a convertirse en una republiquita castrista, igual que Venezuela.