LOS DICTADORES SON BUENOS
“Los dictadores son buenos”
Afirmó el alcalde de Bogotá
Por Ricardo Puentes Melo
Dic 11 de 2009
Si Stalin o Idí Amín Dadá hubieran estado vivos, seguramente habrían tomado un vuelo directo y sin escalas desde Moscú y Africa para venir a sumar sus simpatías a Sammy el pinocho Moreno, se habrían fundido en un abrazo con Hugo Chávez y, juntos los cuatro, habrían brindado por la memoria de Gustavo Rojas Pinilla, el viejito ratero que hizo posible que Sammy se educara en el Andino y Harvard y que, como contó una vez el mismo Sammy, tuviera los medios económicos para cometer su más grande locura: tomar un avión a New York para pasar un fin de semana sin el permiso de sus preocupados papis. Cosas de la Nueva Izquierda, “acepta el reto de pepsi, gueon…. You know”. Luego, Idí Dadá los habría invitado a comer prójimo y juntos habrían marchado a cualquiera de las zonas que Lucho Garzón y Sammy les regalaron a los proxenetas gays en Bogotá.
Samuel Moreno dijo muchas cosas además de comparar a los dictadores con tiernas ovejitas auto sacrificadas en aras del bienestar del pueblo. También aseguró que “las vías de hecho son necesarias” cuando no se pueden conseguir las cosas por las vías institucionales. Es decir, jóvenes del Polo, Samuel Moreno (“Sammy” para sus amigos) ratifica lo que siempre han asegurado las FARC y todos los del Polo, incluido Carlos Gaviria, el viejito licencioso ex presidente del Polo: La lucha armada es justificable, el secuestro es justificable, el terrorismo es justificable y las masacres son justificables si conducen a “motivos buenos”.
Esta filosofía es la que levanta como estandarte la guerrilla colombiana, que el fin justifica los medios.
Y Sammy sigue incólume, más blanco que chiro lavado con Top (R. Moreno Rojas, perdóname que te llame “Sammy”, pero leyendo sobre Pinocho y su amiga la zorra, siento que te conozco desde hace siglos)
Sin embargo, aunque nos pueda sorprender que a Sammy no se le mueva un solo músculo de su cara o que no sienta ni una pizca de arrepentimiento, más sorprendente es que no haya sido destituido de la alcaldía. Algo parecido sucedió con Albertico Santofimio cuando el país se enteró de que había mandado matar a Luis Carlos Galán por mano de Pablo Escobar quien también hacía de mecenas del M-19, uno de los procreadores del Polo Democrático… subió en las encuestas.
Yo creo que la razón de este apoyo a una persona que asegura que compraría votos, que los dictadores son buenos y que los secuestros y las masacres son buenas si se hacen por una buena causa, se debe –es mi personal opinión- a los misterios dolorosos del sacrísimo Rosario y a nuestra historia que nos ha mostrado que la corrupción y la inmoralidad hay que soportarlas con una sonrisa en los labios porque –dicen- nos llega como un escupitajo desde las altas esferas del club al que pertenecen los señores Samperes y ahora los Moreno Díaz Rojas Pinillas, todo, es obvio, con la bendición de los monseñores y del Nuncio Apostólico que cumplió su labor y lo mandaron a otras tierras por conquistar.
La inmoralidad la llevamos en la sangre. Y la pendejada también. Vemos cómo nos pisotean, cómo se roban el presupuesto de la nación para sus carnavales gays y para pasear rico por Europa, mientras que la gente se muere de hambre en las calles o haciendo fila para que la atiendan en un hospital del Distrito. Y no solamente soportamos esto sino que levantamos las manos al cielo agradeciendo por estos líderes tan poderosos; tanto, que pueden decir y hacer lo que se les venga en gana, y esto no hace más que elevarlos aún más en el santoral del imaginario popular.
Cuando los europeos llegaron a la hoy Colombia, los mismos indígenas los ensalzaron considerándolos semidioses y traicionando a sus propios hermanos indicándoles las rutas para las emboscadas y los saqueos. Millones de indios no pudieron contra unos cuantos cientos de españoles. Soportaban que los esclavizaran, que los humillaran, que se enriquecieran a costa de ellos y que se engordaran mientras los indios morían de hambre. Muy pendejos.
Si en la época de la Conquista hubiera existido el Polo Democrático, los ladrones europeos harían parte de su cúpula, y los indios engrosarían las bases analfabetas. Igual que ahora, en esa época los padrecitos católicos obviamente estaban allí para bendecir las masacres y echarles el cuento a los familiares sobrevivientes de que los secuestrados y los descuartizados ya se tienen ganado el cielo.
Si en la época de la Conquista hubiera existido el Polo Democrático, García Zorro (el asesino hermano de Quesada) sería el Sammy Moreno de la época, un hombre insípido, tontín y torpe con la lengua a quien se le concedió –por la estupidez colectiva- morir en medio de riquezas y gloria, sin más mérito que haber torturado indígenas con las más atroces técnicas de dolor aprendidas de los expertos dominicos, encargados del negocio de la Inquisición.
Hoy, el Polo Democrático tiene asesores mucho más peligrosos que los dominicos: Los jesuitas, la orden militar de asesinos que la mente del más sanguinario papa haya podido jamás imaginar. Estos son expertos en la injuria, el asesinato silencioso y la intriga. Por algo los cabecillas del Polo fueron educados por ellos, igual que lo fueron Fidel, Mussolini, Hitler, Stalin, Lenin…
En cualquier otro país, en uno decente, estas frases dichas por un candidato a la alcaldía, le habrían costado su elección. Pero aquí no. Aquí, al contrario, casi un millón de personas vieron esas palabras como muestra de verraquera y votaron por el bobito de la familia. Igualito sucedió cuando se descubrió que Ernesto Samper había recibido dineros del narcotráfico. En las calles se decía que el bojote sí que tenía pantalones para seguir como si nada, atornillado a la presidencia porque tenía todavía mucho que robar. Serpa, su escudero fiel, fue admirado como una especie de Pancho Villa colombiano, todo machote y francote y el país entero le dio su respaldo a este par de bellacos. Serpa hoy es gobernador de Santander.
Esa salvajada solamente fue superada por la estupidez de los bogotanos que eligieron a Sammy el pinocho Moreno, a sabiendas de que estaba apoyado por las FARC y por Hugo Chávez.
Si la majadería es permanente y contagiosa, dentro de unos pocos años tendremos que cambiarle el nombre a Bogotá. Sugiero, camaradas del Polo, uno bien sonoro como “Polotá, la Chavilandia bolivariana del interior”, en honor a los nuevos e ilustres dueños. Sugiero que la Secretaría de Cultura sea trasladada a Caracas, y que se empiece a trabajar inmediatamente en un nuevo sistema de educación, igualito al que decretó el camarada Hugo Chávez en Venezuela; hay que seguir haciendo el trabajo de FECODE, pero ya no desde la clandestinidad, homogenizando a todos los niños y cambiando los nombres de los colegios para honrar a prestigiosos guerrilleros: Para los rebautizos, sugiero humildemente los siguientes: Colegio Distrital Monoleche, Colegio El negro Acacio, Instituto Distrital de Señoritas, Uña e’ mugre; Colegio de varones, Carlitos Gaviria; Jardín infantil Mi Primer Secuestrado.
La cátedra debe estar dirigida hacia enseñar el debido respeto de los niños por las ideas fascistas de ilustres dictadores como Hitler, Rojas Pinilla y Pinochet; se debe incluir en la clase de química la cátedra “como armar una quiebrapatas en cinco minutos”. Para las clases de biología deben traerse opositores al régimen del Polo y descuartizarlos vivos en clase para que los aprendices puedan ver en directo como late el corazón de un anciano moribundo. Hay que enseñarles sobre las bondades del secuestro pero dejando en claro que solamente se pueden secuestrar al resto de la humanidad, exceptuando a los líderes guerrilleros porque esto sí sería violación de los Derechos Humanos. Sobra decir que el entrenamiento en armas es indispensable para defender el régimen y la dictadura. De igual manera, en la cátedra de Derecho debe enseñarse que un militar que combata al ejército bolivariano (guerrilla) la pagará muy caro: será puesto preso por la Fiscalía y juzgado por todo el aparataje que ya estará con la bata arriba mostrando sus vergüenzas socializadas.
El fin de todo esto es lograr, como lo han logrado hasta ahora, adormecer la conciencia y sembrar en las pueriles mentes la idea de que el fin justifica los medios; cuando el fin sea el mismo del dictador socialista, hay que decirlo.
Bogotá, pues, bajo el Polo Democrático seguiría su camino hacia la consecución del máximo logro de la izquierda: ganar la presidencia de Colombia, ya sea comprando votos o estableciendo “dictadores buenos”, da igual. Las FARC han demostrado que si bien no han podido conseguir el poder por la vía armada, han tenido bastante éxito gracias a la estupidez colectiva y a la amnesia nacional. Don Ernesto y don Daniel Samper, estarían dichosos. Como dijo don Daniel en su columna de El Tiempo: “Resulta muy importante para la democracia colombiana premiar a un partido de izquierda que lo ha hecho bien..” Oigan con claridad, el hermano del presidente que puso el narcotráfico nos está diciendo que el Polo Democrático lo “ha hecho bien..”!!!! ¡Qué desvergüenza, por Dios…!
¿Que si lo ha hecho bien..?!!! Claro que lo ha hecho bien, don Daniel; si susmercedes los dueños del país (o miembros del club, como sumercé dijo refiriéndose a lo mismo), dice que el Polo lo ha hecho bien, debe ser cierto.
Cuando Sammy Moreno ganó la alcaldía de Bogotá, no solamente brindaron con champagne en el Hotel Bacatá los
cabecillas del Polo; también alzaron su copa Fidel Castro, Hugo Chávez y los hijos de Pablo Escobar, financiador del M19 (hoy Polo Democrático).
Y, desde las selvas colombo-venezolanas y colombo-ecuatorianas, los cabecillas de las FARC se enteraron de que estaban cada vez más cerca de controlar totalmente este país.
¡Claro que la izquierda lo ha hecho bien…! como dijo Daniel Samper. Pero no terminó la frase: Lo ha hecho bien para los intereses de los mismos, aquellos que pertenecen al club de los señores Samperes, que han empobrecido con el robo perpetuo la dignidad nacional.
Nosotros, los que votamos por un candidato decente, sufrimos a diario la imbecilidad de quienes se atrevieron a obedecer a las FARC votando por el candidato de ellos: Samuel Moreno.
Pero quienes votaron por éste, aún a sabiendas de que era el candidato de la guerrilla, y habiendo escuchado que Sammy dijo que “los dictadores son buenos”, merecen estar bajo su dictadura.
La historia debe cambiar desde ya, eligiendo a Representantes a la Cámara que no compartan el propósito bolivariano del Polo Democrático que es entregar a Colombia a Hugo Chávez.
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