MÁS PUÑALADAS TRAPERAS CONTRA EL EJÉRCITO
El Coronel Bonza, director del centro de reclusión de Tolemaida, permite los abusos del INPEC, compuesto en su mayoría por sindicalistas de izquierda que aprovechan cualquier cosa para descargar su odio contra los defensores de la Patria
Más puñaladas traperas contra el ejército
El Coronel Bonza, director del centro de reclusión de Tolemaida, permite los abusos del INPEC, compuesto en su mayoría por sindicalistas de izquierda que aprovechan cualquier cosa para descargar su odio contra los defensores de la Patria
Por Ricardo Puentes Melo
Febrero 01 de 2012
Hoy, los enemigos del ejército hicieron de las suyas. Aprovechando el escándalo que desató la ignominiosa ratificación de la condena contra el coronel Plazas Vega, con la que se “lucieron” los magistrados Fernando Pareja, de la camarilla de Mario Iguarán, y Alberto Poveda Perdomo, huilense consentido del jet set opita y pupilo del tenebroso ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, Yesid Ramírez, receptor de favores y agasajos de la mafia –y vaya uno a saber si también aceptante de millones de dólares para hacerle vueltas a la cosa nostra colombiana.
Así que, beneficiándose de este escándalo de la infame condena, y ocultándose en el hipócrita discurso de apoyo del camarada Santos al ejército (¡Si él fue quien empezó a destruirlo siendo ministro de Defensa..!), un numeroso grupo de miembros del INPEC allanó violentamente hoy el centro de reclusión militar de Tolemaida con el fin –eso suponemos- de buscar cualquier excusa para seguir atropellando y humillando a nuestros soldados recluidos allí, víctimas en su mayoría de montajes de fiscales y jueces, tal y como ha sucedido con el coronel Plazas.
Los miembros del INPEC entraron a las celdas de los militares, les hurgaron sus pertenencias destrozándoles algunas cosas, intentaron provocarlos arrojándoles sus cosas al suelo, rasgando colchones y almohadas, exponiéndoles su ropa, requisándolos íntimamente y cometiendo toda clase de atropellos obscenos para hacerlos reaccionar y tener una excusa para golpearlos o enviarlos a una cárcel civil para que los guerrilleros recluidos allá los asesinen, tal y como ya han intentado hacer con el Mayor César Maldonado en la Picota.
El trabajo de destruir y humillar al ejército, que comenzó con bastante éxito Juan Manuel Santos, ha sido continuado por el entonces ministro Rodrigo Rivera y su equipo, y por uno que otro coronel y general a quienes pareciera que les han dado las medallas e insignias junto con un pote de vaselina tamaño familiar.
En este propósito de desgarrar a nuestra institución más querida, el ministro Vargas Lleras contó con la ayuda del sobrino de Juan Manuel Santos, Alejandro Santos –director de la Revista Semana- desde cuyo frente de ataque lanzaron calumniosas aseveraciones acusando a los militares recluidos en Tolemaida de tener un emporio del crimen donde las pruebas reinas del mismo eran el negocio de empanadas que tenía algún familiar, y la venta de huevos para el desayuno de otro pariente de los soldados. Fue con base en este escandaloso montaje de la Revista Semana, que Vargas Lleras envió a decenas de militares a cárceles comunes, a patios donde pululan los guerrilleros, dejándolos indefensos antes estos bandidos que ya han acuchillado a los desamparados militares a quienes se les despoja del fuero militar pasando por encima de la Constitución.
El Coronel Bonza, director del centro de reclusión de Tolemaida, permite los abusos del INPEC, compuesto en su mayoría por sindicalistas de izquierda que aprovechan cualquier cosa para descargar su odio contra los defensores de la Patria.
Este gobierno ya le dio la baja a más de 100 soldados, dejándolos sin sueldo y sin trabajo. Sus familias se mueren de hambre porque el coronel Bonza tampoco permite que los militares presos trabajen ni estudien.
Quienes entregaron sus vidas por la patria, sacrificando incluso el tiempo con sus familias, están siendo hoy tratados peor que a los delincuentes. Mientras los guerrilleros que ellos combatieron están en cargos públicos o con jugosísimos contratos que Santos les ha entregado, como el caso de León Valencia, nuestros militares son atropellados y humillados, tratados como basura.
¿Hasta dónde va a llegar este gobierno del oprobio? ¿Hasta cuándo los altos mandos militares seguirán permitiendo esto?
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