A VECES LLEGAN CARTAS… CON OLOR A MAFIA
Entretanto, el juez Suárez Vaca puede repetir lo que dijo Ernesto Samper, el bojote que fue financiado por la mafia de los Rodríguez en su campaña presidencial: “Aquí estoy y aquí me quedo..”.
A VECES LLEGAN CARTAS, CON OLOR A MAFIA
Lo que me llegó era nada más y nada menos que un par de carticas enviadas por el juez Pedro Suárez Vaca a un criminal tenebroso que resultó, como en cualquier vaina de García Márquez, amigo del alma.
El asunto es el siguiente: El ilustre juez le otorga casa por cárcel a su amigo el hampón Lelio Nevardo Ávila, y éste le escribe una cartica para pedirle que también le conceda prisión domiciliaria a otro delincuente, amigo del combo.
Entonces, el juez le dice que hay que tener mucho cuidado y no dar papaya; el eminente jurista le pide que no lo llame más a sus celulares, ya que su esposa contestó una de las llamadas, y que espere las carticas que le enviará gracias a los buenos oficios de “John”, el conductor del juez y hombre de confianza, estafeta de ambos:
“Usted comprenderá las razones por las que me comunico de esta manera, pero ante los acontecimientos recientes, prefiero tener cuidado en extremo…
Agradezco de antemano por igual razón me sea devuelto este escrito con su portador a quien autorizo para toda comunicación a mi…
“Hace unos días usted llamó a mi celular y contestó mi esposa, usted dio su nombre y dijo que se quiere reunir conmigo. Agradezco que no se comunique a mis celulares pues definitivamente es mejor evitar sorpresas (No dar papaya)…Espero que todo esté bien para usted y su familia así como para sus hijos. Cuando yo vea que es posible busco la manera de que nos veamos, por ahora es mejor por esta vía y Jhon está autorizado para hablar con usted de mi parte.( Sólo él)…
Reciba un fuerte abrazo.
Saludos a sus padres…”
Luego, Suárez Vaca le cuenta a su amigote que gracias a que él le concedió la prisión domiciliaria, fue denunciado ante el Consejo Superior de la Judicatura. Todo parece indicar que el “pulcro” juez les dio casa por cárcel a dos amigos delincuentes, dejando a un tercero por fuera del arreglo. Y ese tercer delincuente es quien lo habría denunciado:
“En una sala de descongestión del Consejo Seccional de Cundinamarca, cursa la indagación preliminar No 2010-000125-00 con Magistrado Dr. Luis Alfredo Agudelo Flóres, por la Prisión Domiciliaria concedida por mi a usted. Yo ya presenté escrito con descargos, hice un análisis que muestra que todo es legal, pero prefiero tener la seguridad de que esto se archive….El Consejo Superior de la Judicatura es el ente superior de esta entidad y por eso creo que Pedro A. Sanabria puede ayudar eventualmente en algo. Sin embargo eso debe hacerse con mucho cuidado y en alto grado de confianza con él…”
Las cosas increíbles que solamente suceden en este país, es que Suárez Vaca era el juez encargado del caso de su amigo Lelio Nevardo Avila. Y éste le responde la misiva solicitándole, muy conchudamente me parece (ya que poco le importó que su amigo el juez estuviera siendo investigado y “dando papaya”), que ayude a otro preso otorgándole casa por cárcel.
Para quienes no lo recuerden, el juez Pedro Suárez Vaca –que no Vacca con doble “c”, fue conocido mundialmente por concederles libertad a los peligrosos capos de la droga, los hermanos Rodríguez Orejuela.
Poco tiempo después de que el samperista Julio César Vásquez Higuera, Superintendente de Vigilancia, les proporcionara a los Rodríguez Orejuela una autorización para andar con 40 escoltas con decenas de armas automáticas con salvoconducto y una flotilla de carros blindados, los mafiosos cayeron presos.
Pero su prisión no duraría mucho. En noviembre de 2002, el acreditado juez Suárez Vaca, de Tunja, dejó en libertad a los Rodríguez Orejuela imponiéndoles una multa ridícula de quince millones de pesos a cada uno, sin importarle que entre ambos le debieran a la nación cerca de 85mil millones de pesos por el delito de narcotráfico y lavado de activos.
Entonces, el coronel Plazas Vega, como Director de Estupefacientes, fue hasta Tunja confiscó los 30 millones, como parte de pago de lo que debían, luego fue hasta el despacho del juez Suárez Vaca, y allí descubrió –además- que quien había hecho las consignaciones en nombre de los capos, era nada menos que el mensajero del Juzgado. El juzgado estaba a órdenes de los capos.
Fernando Londoño, a la postre Ministro del Interior, criticó duramente la decisión del juez Suárez Vaca. Y por ello sería castigado con la muerte política. Tiempo después, cuando sale el Dr. Londoño del ministerio y asume nada más ni nada menos que Sabas Pretel de la Vega quien era viejo conocido de los mafiosos y habían hecho algunos negocios. Tiempo después, Sabas e Iguarán le regresan a los capos las tiendas “Drogas La Rebaja”, incautadas por el coronel Alfonso Plazas Vega cuando era Director Nacional de Estupefacientes, y empiezan a ver cómo llaman a sus amigos para que trabajen con ellos. Entretanto empiezan a cambiar las condiciones para la extradición, con el obvio interés de entorpecer esta herramienta de castigo.
Rafael Nieto Loaiza era viceministro. Nieto Loaiza, un hombre íntegro y capaz, se entera por la prensa de que en el
Ministerio de Justicia estaban tratando de cambiar las reglas del juego para la extradición de colombianos al exterior. Para Nieto Loaiza era inconcebible que, siendo el viceministro, no se le hubiera informado. Para colmo, también se entera de que el ministro Sabas informaba al gobierno que se iba a Cómbita a hablar con Simón Trinidad sobre su caso de extradición a los Estados Unidos. En realidad, Sabas iba a hablar con Miguel Rodríguez Orejuela, quien seguía preso.
Nieto Loaiza informa de inmediato al Gobierno y a la embajada americana. Pero no destituyeron a Sabas Pretelt, sino a él mismo. Fue entonces cuando Sabas se trajo de Cali a Mario Iguarán, otro que ha estado al servicio de la mafia, y lo nombra viceministro.
Entonces, ya el partido liberal y el Polo Democrático le estaban haciendo el favor a la mafia. Fue ahí cuando a Plazas Vega le montan el andamiaje de las acusaciones por su gestión en Estupefacientes y por los hechos del Palacio de Justicia. Y lo retiran de la Dirección Nacional de Estupefacientes.
Luego, como ya lo dijimos, le reversan algunas decisiones, como la de Drogas la Rebaja, que se la regresan a la familia de los capos; Trancan la incautación que emprendió Plazas Vega del equipo América de Cali, cuyo 95% es de los Rodríguez Orejuela y el Deportes Quindío donde tienen el 15%. También el coronel estaba detrás de la Universidad Santiago de Cali, y muchas empresas más que pertenecen a estos mafiosos.
Así fue que la Fiscalía, en manos de Luis Camilo Osorio, absolvió a Pedro Suárez Vaca y dijo que había actuado conforme a la ley, en tanto que la Procuraduría General de la Nación, en cabeza de Edgardo José Maya Villazón, destituye e inhabilita al Dr. Londoño con la excusa de un muy bien montado tinglado para sacar de circulación al incómodo ministro anti- mafia.
Y, entonces, el juez Pedro Suárez Vaca salta al estrellato nacional. Entra a las listas del comunista Polo Democrático, dejando claro que el comunismo lo había apoyado en su decisión de liberar a los narcos.
Años después funcionarios de la Procuraduría, como Ligia Garcés Rentería, y otros de las Fiscalía son investigados por las extrañas rebajas de penas a los Rodríguez Orejuela. Se mencionó que el juez Pedro Suárez Vaca no hizo reparo sobre la acumulación de penas de la que beneficiado irregularmente Miguel Rodríguez. El tiempo le dio la razón al jurista Fernando Londoño quien dijo en su momento que la salida de los Rodríguez Orejuela de prisión había sido “una vuelta de la mafia”
Una vuelta a la que al parecer se acostumbró nuestro juez de marras.
Pero antes de acusar formalmente, esperemos a ver qué dice el peritaje grafológico. Entretanto, el juez Suárez Vaca puede repetir lo que dijo Ernesto Samper, el bojote que fue financiado por la mafia de los Rodríguez en su campaña presidencial: “Aquí estoy y aquí me quedo..”.
Y, a todas éstas, ¿quién será este “John” hombre de confianza del juez Suárez Vaca y del preso Lelio Nevardo Ávila…? Se lo quisimos preguntar al juez Pedro Suárez Vaca, pero no lo encontramos..
Aquí pueden ver las copias de las famosas cartas:
Febrero 23 de 2011
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