ABUSADORES CON SOTANA MARXISTA
Esta clase de curas son felices con el subdesarrollo porque en la zupia de la ignorancia ellos encuentran en caldo de cultivo para erigirse como reyezuelos que abusan de su poder embarazando niñas que no llegan ni a los 14 años, o –como es el caso del voraz Gallego- seduciendo negros mozalbetes bien dotados
Abusadores con sotana marxista
Se trata de dos curitas salaces: Ubaldo Manuel Díaz y Rafael Gallego. Ambos de la Teología de la Liberación, ambos desvergonzados y libidinosos, ambos abusadores de su poder, ambos amigos de las cosas ajenas, ambos cercanos al combo de las guerrillas, y ambos de la camarilla del ministro Juan Camilo Restrepo
Por Ricardo Puentes Melo
Octubre 03 de 2012
Crónicas de curas sinvergüenzas pululan en la triste historia de esta patria sembrada de ignorancia, terror y minas antipersonas. Por eso, cuando empecé a escuchar acerca de dos sacerdotes y sus diabluras en el sur de Bolívar, no me sorprendí ni un ápice.
La historiografía escandalosa de Colombia está repleta de veleidades sacerdotales que rayan en lo criminal, y que dan cuenta de curas que se reúnen a hurtadillas, en las sombras, con narcotraficantes paramilitares y guerrilleros. Sin ir muy lejos, hemos de traer a nuestra flaca memoria a los “padres” Nel Beltrán. José Luis Serna, Francisco Sarasti, Isaías Duarte Cancino, Luis Madrid Merlano, García Herreros, Luis Augusto Castro, Francisco de Roux, Darío Castrillón, Javier Giraldo, y muchísimos más que, bajo el escudo de la inmunidad que les otorgan sus sotanas, han hecho ochas y panochas con la humildad de nuestros apaleados campesinos.
Lo de “ochas y panochas” se torna literal y carnalmente abusivo con dos ejemplos que investigamos en el sur del departamento de Bolívar.
Se trata de dos curitas salaces: Ubaldo Manuel Díaz y Rafael Gallego. Ambos de la Teología de la Liberación, ambos desvergonzados y libidinosos, ambos abusadores de su poder, ambos amigos de las cosas ajenas, ambos cercanos al combo de las guerrillas, y ambos de la camarilla del ministro Juan Camilo Restrepo, el candidato presidencial de las FARC, y su corte de expropiadores del INCODER.
Empecemos por el que menos pecados tiene por ser el más joven, el consentido de los periodistas mamertos: el cura Ubaldo Manuel Díaz, un sacerdote con pinta de javeriano que llegó a la zona por allá en 2008, y que aprovecha su posición para abusar de muchachitas, embarazándolas y luego obligándolas a abortar. Al menos eso fue lo que nos contaron algunos familiares de las desdichadas criaturas, temblando de pavor porque este curita del diablo amenazó con ordenar asesinar a las niñas y sus padres si llegasen a contar la verdad.
Y es cosa de creerle a este profanador de chiquillas, porque su proximidad con los terroristas del ELN y las FARC es conocida por todos los habitantes de Regidor, La Gloria, Buenos Aires y Rio Viejo, sedes de sus operaciones y víctimas de sus fechorías.
El cura Ubaldo es quien, junto a Gallego, ha estado detrás del robo de tierras a los propietarios de Las Pavas. Ubaldo era quien les llevaba a los cambucheros invasores la comida que le sacaban a “Acción Social”; pero cuando la valiente Fiscal Myriam Martínez Palomino encontró que esto era un timo, y que los invasores no eran desplazados sino ladrones, Acción Social tuvo que cancelar el envío regular de toneladas y toneladas de comida para los parásitos azuzados por los curas. Sin embargo, Ubaldo siguió transportando comida a más de 200 personas. Es un misterio cuasi religioso saber de dónde sacaba esta enorme cantidad de víveres.
Varias veces se vio al cura Ubaldo en compañía de guerrilleros uniformados que amenazaban de muerte a los
administradores de la finca Las Pavas. Hay quienes afirman que fue él quien indujo a los guerrilleros y a los campesinos a invadir esta hacienda, pero nadie entiende las razones de fondo para eso. Es más, un falso profesor, auxiliador de guerrillas y del INCODER en este empeño de asaltar las tierras a sus legítimos dueños, Eliú o Eliud Alvear, líder de ASOCAB con orden de captura vigente, está siendo protegido por este cura malévolo. La Fiscal Myriam Martínez Palomino ha estado investigando a Eliu o “Eliud” Alvear Cumplido por sus vínculos con las guerrillas. Algunas autoridades que nos pidieron reserva de su nombre, sospechan que Ubaldo tiene escondido a este prófugo de la justicia que varias veces ha sido fotografiado junto a Jhenifer Mojica, subgerente de Tierras del INCODER, en cuyo contubernio ha vapuleado y amenazado a los campesinos de Buenos Aires que han declarado bajo la gravedad de juramento, y con pruebas en las manos, que Las Pavas nunca han estado habitadas por esos cambucheros que buscan el pillaje, ni por nadie más que sus dueños, los empresarios palmeros. Eliud y Ubaldo son cómplices en este fraude de Las Pavas.
El asunto es que cuando llegó a nosotros la historia de un hijo de este cura vergajo en Regidor, viajamos hasta allá para buscarlo. Pero nos encontramos con algo muchísimo peor: el abuso de menores de edad, embarazo de niñas y aborto obligado de las mismas con el “voto de silencio” por parte de ellas y de sus padres, so pena de morir asesinados en manos de las guerrillas. Toda la región le tiene profundo miedo a este redomado ladino.
El otro cura, además amigo de Ubaldo, es Rafael Gallego. Él llega a la región hace más de 15 años, en la época en que no había Fuerza Pública y el ELN tenía allí su santuario. Tanto, que el cura Pérez, comandante general del ELN, seguidor de la Teología de la Liberación (al igual que Ubaldo y Gallego) oficiaba sus misas sacrílegas en la parroquia de Rio Viejo, cuartel general del cura Gallego, y en Puerto Rico, a hora y media de allí. Esta zona es “finca” de descanso de las guerrillas y corredor estratégico desde y hacia Venezuela.
En los años 90s el ejército encontró en la casa cural –donde vive aún Gallego, abundante material bélico y de comunicaciones, de propiedad del ELN. Pero, inexplicablemente, no pasó nada.
Nadie sabe con exactitud qué hace Gallego por esa zona, ya que hay un cura nuevo que, al parecer, es el titular de la parroquia. Gallego agarra su moto y se pierde horas de las horas por los lugares donde solamente entrarían los guerrilleros, regresa a Rio Viejo no sin antes inspeccionar a los valientes empresarios de la palma que aún se atreven a ir por allá, y se mete a su parroquia después de sostener charlas extrañas con muchachitos del lugar.
Porque todo el mundo sabe que el cura Rafael Gallego es aficionado a los jóvenes negros bien dotados, ante quienes se rinde para gozar de esos “placeres” por los cuales Dios desató su ira sobre Sodoma y Gomorra. Pero a este cura poco le importa el fuego procedente del cielo. Prefiere el fuego juvenil de sus amiguitos adolescentes. Es histórico el escándalo que hizo uno de sus amantes, Ernesto, de unos 23 años, quien le llegó borracho a la casa cural encontrándolo con dos o tres negros bajo las sábanas santas. Obviamente, Gallego no quiso abrirle la puerta a su enamorado y el muchacho, en profana venganza, se metió a la capilla, se comió las hostias, se bebió el vino y se orinó en el altar.
El cura Gallego estuvo a punto de excomulgar a su sodomita enamorado, pero prefirió enviarlo fuera de la zona. Pero ello no frenó la lujuria rectal del sacerdote.
Un empleado del municipio, extrañado por el taponamiento de las cañerías que proceden de la casa cural, se tomó el
trabajo de destaparlas. Lo que encontró lo trastornó hasta el día de hoy.
Este empleado halló que la causa del taponamiento de la casa cural, era un número apocalíptico de condones usados. Setenta y siete contó este humilde hombre. ¡Qué barbaridad..!
Siempre he sostenido que cada cual puede hacer de su intestino grueso lo que mejor le parezca, incluso donarlo. Pero me parece impúdico que estos hombres hipócritas no solamente practiquen lo que condenan desde el púlpito, sino que además se alíen con bandidos para aterrorizar a quienes deberían proteger y enseñar.
Esta clase de curas son felices con el subdesarrollo porque en la zupia de la ignorancia ellos encuentran en caldo de cultivo para erigirse como reyezuelos que abusan de su poder embarazando niñas que no llegan ni a los 14 años, o –como es el caso del voraz Gallego- seduciendo mozalbetes. En la casa cural, el cura Gallego instaló una salita a donde acuden jovencitos para conectarse a los modernos videojuegos que el cura puso–creo yo- para atraer como moscas hacia la miel, a niños que difícilmente superan los doce años. ¡No saben el peligro que les acecha…!
Desde el púlpito, Gallego se desata en maldiciones contra los palmeros. Su escaso auditorio, que conoce su maldad pero que espera justicia en Dios, cada vez es menor.
Estos curas luciferinos han derrotado la fe de los campesinos. Hasta la esperanza les robó la Teología de la Liberación
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