CARLOS PIZARRO, “CARROLOCO”, DE ASESINO A HÉROE NACIONAL

Carlos Pizarro, “Carro-loco”, de asesino a héroe nacional

La banda de delincuentes que dirigió el matarife Carlos Pizarro está en el poder y no olvida su propósito máximo, aquél para el cual fue creada: La toma definitiva del poder mediante la combinación de todas las formas de lucha, tal y como ordena el progenitor del adefesio: El Partido Comunista

Por Ricardo Puentes Melo

Abril 26 de 2015

Con este artículo damos inicio a una serie de escritos sobre los bandidos del M-19 que se amnistiaron, indultaron o, simplemente, salieron de la escena pública para seguir delinquiendo en la clandestinidad.

Hoy 26 de abril de 2015, se conmemoran los 25 años del asesinato del bandido Carlos Pizarro Leongómez, cabecilla del grupo terrorista del M-19, banda a la cual también perteneció su hermano Hernando.

Endiosado por sus seguidores, usando la propaganda estatal de estos gobiernos que han sido cómplices de sus fechorías, a Carlos Pizarro se le ha elevado a la categoría de estadista, pensador, visionario, altruista, y hasta colegios fueron bautizados en su honor por los gobiernos izquierdistas de turno (o ignorantes) en Bogotá y otras ciudades.

Pero la verdad es que Carlos Pizarro Leongómez era un criminal, nada más. Un asesino marxista alrededor del cual crearon una leyenda valiéndose de los enormes recursos financieros procedentes del narcotráfico, que permiten comprar medios, monumentos, alcaldías y hasta homenajes.

En sus inicios, Carlos Pizarro delinquía desde la JUCO (Juventudes Comunistas) y en las FARC. El 11 de septiembre, el mismo día que derrocaron a Salvador Allende, el Partido Comunista le ordena a Pizarro que deje las FARC y se vaya para el M-19. (1)

En la banda del M-19, Pizarro operaba en la regional del M-19 Bucaramanga. Allí se le conocería con los alias de Carroloco, Javier, Mauricio, Federico y Aureliano (éste último mote se lo donó al bandido, compañero de crímenes, Gustavo Petro Urrego). Dependía directamente de la dirección nacional y se dedicaba -en el área de inteligencia- a falsificar documentos, hacer seguimientos tomando fotografías a secuestrables, etc. Sus compañeros eran Carlos Duplat Sanjuán (que dirigía la regional de Boyacá) quien hoy posa de director de televisión, con programa en Canal Capital, Raúl Carvajalino (de los asesinos de Guillermo Cano), René Peñalosa, Alfonso Castro, Augusto Lara D, Jorge Díaz Russi, Carlos Sánchez, Isidro Merchán, Olga López J., Sergio Betarte, Jaime Bermeo, Luis Eduardo Morón, Iván Marino Ospina, Rafael Arteaga, entre otros.

En Bucaramanga dependía de Jesús Artunduaga Rodríguez (alias Gordo, Iván, Luis Carlos Sanclemente), y compartía órdenes con Jorge Enrique Basto Prada, y Andrés Almarales Manga.

Fue capturado el 14 de septiembre de 1979, durante el gobierno de Julio César Turbay, por los delitos de secuestro y homicidio, pero el presidente Belisario Betancur, que hacía pactos con los terroristas, lo deja libre –junto a 150 delincuentes más del M-19, en 1982.

En 1983, luego de ser amnistiado por los delitos de secuestro, rebelión, homicidio, sale hacia Cuba,

a recibir instrucciones de Fidel Castro, quien le ordena burlarse de la amnistía y le entrega nuevas órdenes, luego de las cuales Pizarro regresa a Colombia para seguir su carrera delictiva.

Por esos días el M-19 hizo alianza con el sanguinario frente Ricardo Franco, de las FARC, dirigido por José Fedor Rey (o Javier Delgado) y Hernando Pizarro Leongómez, hermano de Carlos Pizarro, dirigente del M-19, para ajusticiar a 164 guerrilleros y atentar contra algunos miembros del Partido Comunista y de la Unión Patriótica.

Cuando Jaime Bateman desaparece misteriosamente, con millones de dólares que transportaba en el avión, Pizarro asume la dirigencia de la banda terrorista como segundo al mando después de Álvaro Fayad.

En 1984 vuelve a firmar tregua con el gobierno de Belisario, y así tiene un respiro para rearmarse y reorganizar a los bandidos. Ese aire le permite traer armas desde Nicaragua y El Salvador, a través de Ecuador y el Urabá antioqueño para el gran golpe que tiene preparado el M-19: La toma del poder luego de asaltar el Palacio de Justicia en Bogotá. En ese trámite participó Gustavo Petro, no como dirigente sino como transportador, y Everth Bustamante, quien en esa época era el canciller del M-19 en el exterior, el encargado de las finanzas y las relaciones internacionales del grupo terrorista.

Así que llega 1985 y Pizarro, como segundo comandante, anuncia que la tregua con el gobierno de Belisario está rota. Con dineros del narcotraficante Pablo Escobar, activista de la izquierda, el M-19 había dado inicio al entrenamiento de los criminales para el asalto del Palacio de Justicia y la compra de armas en el exterior.

Los bandidos del M-19 que sobreviven hoy aseguran que nada sabían de este plan, o que si se enteraron, mostraron su desacuerdo. Una gran falsedad, porque las investigaciones revelaron que los cabecillas, como Everth Bustamente, Pizarro Leongómez y Antonio Navarro, sí estaban enterado. Y fueron condenados por ello, aunque luego fueron indultados y amnistados.

Luego llega el gobierno de Virgilio Barco, y los terroristas –como acostumbran desde hace mucho- inician otro proceso de diálogos de paz. Para ello se asocian con otros grupos terroristas y fundan la Coordinadora Guerrillera Nacional, Simón Bolívar. Pizarro delega a Jaime Perea y a Carlos Alonso Lucio (alias “niño-lindo”) para que hagan puente con el gobierno de Barco y, al mismo tiempo, se entrevisten con el periodista Alberto Giraldo, con quien tramitarían millones de dólares para la campaña política de Pizarro y para la Constituyente.

Para presionar los acuerdos, Pizarro ordena el secuestro de Álvaro Gómez, a quien liberan para canjearlo por un criminal del M-19 que había sido capturado. Gracias a esta movida, los diálogos se desarrollan rápidamente a pesar de que los comandantes de las Fuerzas Militares anunciaban sobre la hipocresía de los bandidos, quienes solo buscaban la toma del poder, no la paz.

Entonces, en 1988, Virgilio Barco anuncia el llamado a los criminales para que se “incorporen” a la vida civil. Pablo Escobar estaba dichoso. En 1990, el M-19 dice finalmente que se acoge al proceso, pero secretamente se reunían para burlarse de la ingenuidad del presidente Barco y de la impotencia del Ejército, asegurando, en palabras de Navarro Wolf: “las armas del ejército serán del M-19”, como en efecto estamos viendo que para allá se dirige toda la farsa montada por los movimientos marxistas. (2)

Así, pues, en 1990, el criminal Carlos Pizarro Leongómez se lanza como candidato a la presidencia

de Colombia, gracias al indulto y amnistía regaladas por sus fichas y/o los crédulos en las Cortes y el legislativo.

La financiación de su campaña, amén de los dineros recibidos por secuestros y extorsiones, provino del cartel de Cali y el de Medellín, quienes donaron millones a las campañas políticas de los bandidos, tal y como lo hizo para la constituyente.

Pero las pugnas internas entre los criminales, así como la injusticia cometida con las víctimas de este asesino, pronto dieron su fruto. El 26 de abril de 1990, mientras tomaba un avión hacia Barranquilla, Carlos Pizarro Leongómez fue acribillado a balazos.

Murió en su ley. Víctima de los mismos métodos sicariales que él usó contra cientos de colombianos. Su asesinato fue atribuido a Carlos Castaño, líder de las autodefensas, pero hasta el día de hoy no hay nada claro al respecto.

Gabriel Jaimes, delegado de la Procuraduría, afirmó que el DAS tenía responsabilidad en ese hecho, y el Fiscal General de la Nación, Guillermo Mendoza Diago declaró –en abril 21 de 2010, que el asesinato de este bandido era un crimen de lesa humanidad.

En 1992, una valiente juez que hoy está obligada al ostracismo, dictó medida de aseguramiento a los bandidos cabecillas del M-19, recordando que entre los delitos indultados y amnistiados había algunos de lesa humanidad.

Recordemos los crímenes por los cuáles fue indultado este perverso bandido: SECUESTRO, HOMICIDIO, REBELIÓN, FALSEDAD, TERRORISMO, considerados por la valiente juez que profirió la sentencia, como actos de FEROCIDAD Y BARBARIE. La juez no dictó medida de aseguramiento a Carlos Pizarro porque éste ya estaba muerto, pero destacó en su sentencia la ferocidad del bandido.

Luego de la sentencia, el Congreso de la República se reunió de inmediato y echó por tierra el fallo, reafirmando el indulto y amnistía a los criminales.

Sobre la muerte de Pizarro, hasta los mismos izquierdistas afines creen que fue una purga interna de la banda. Dice ABP Colombia (Agencia Bolivariana de Prensa), el 4 de febrero de 2009:

“Después de estudiar la historia del Movimiento 19 de Abril uno no se sorprende de que a Navarro le guste tanto trabajar con el Banco Mundial o que Petro busque tan afanosamente una coalisión de Derecha para la presidencia. Tantos misterios que oscurecen más la vida de esta organización y que no dejó páginas de gloria sino de vergüenza, de traiciones para la historia de Colombia y de América latina. Nos queda en el tintero las muertes en extrañas circunstancias de Jaime Bateman, de Iván Marino, preguntar por los nombres de los que ordenaron la muerte de Carlos Pizarro, la cercanía cómplice del M-19 con el Ricardo Franco cuando este ya había iniciado a atentar contra miembros del Partido Comunista y de la Unión Patriotica. Nos queda la imagen tan tropical de Bateman posando junto a cinco costeños y cuatro pastusos ante Gadafi en Libia como comandantes de una guerrilla continental. Nos queda un análisis de los gobiernos corruptos que han hecho los Navarros, los Bustamantes, los Pabón, los Pedreros… en las gobernaciones y alcaldias que han sido titulares y ya es hora de conocer detalladamente estos hechos para que la historia no se repita y para que no tengamos que comer nuevamente su Sancocho Trágico”

Hoy, este sanguinario criminal es un héroe nacional. Personajes que apoyaron y apoyan a estos bandidos, como Angelino Garzón, son cubiertos con el manto del olvido para que reciban la bendición del apoyo del voto popular.

Mientras militares como el General Arias Cabrales y el Coronel Plazas Vega, que nos libraron de ese golpe de Estado dirigido por Pablo Escobar Gaviria, y ejecutado a medias por el M-19, están en la cárcel, los aberrados delincuentes, que terminaron millonarios gracias a los dineros de nuestros impuestos, que les dio Gaviria, ocupan cargos públicos y se pasean por el país diciendo que creen en la inocencia de Plazas Vega pero que alguien debe pagar por los “desaparecidos”. ¡Como si no supieran que no hay tales desaparecidos…!

La banda de delincuentes que dirigió el matarife Carlos Pizarro está en el poder y no olvida su propósito máximo, aquél para el cual fue creada: La toma definitiva del poder mediante la combinación de todas las formas de lucha, tal y como ordena el progenitor del adefesio: El Partido Comunista

_______________________________________________

1.EL M-19, UN PROYECTO CRIMINAL QUE SIGUE VIGENTE https://www.periodismosinfronteras.org/m19-proyecto-criminal-vigente.html

2.“LAS ARMAS DEL EJÉRCITO SERÁN DEL M-19″ https://www.periodismosinfronteras.org/las-armas-del-ejercito-seran-del-m.html

@ricardopuentesm

ricardopuentes@periodismosinfronteras.com