“DESAGRADECIDOS HIJUEPUTAS”: MENSAJE A LOS COLOMBIANOS EN ORLANDO, FL.

Por Ricardo Puentes Melo
Mayo 31 de 2020
@ricardopuentesm
ricardopuentes@periodismosinfronteras.com

Hace menos de un día recibí un email que un colombiano me envió incluyendo un video en el cual se mostraba el contenido de un mercado entregado por el Consulado de Colombia en Orlando, Florida.

“El video lo hizo un amigo -dice el remitente- pero él no quiso publicarlo.”

Hicimos algunas pesquisas y logramos obtener un par de videos más (aunque de menor calidad), donde se mostraba el mismo contenido: una papa, una manzana un paquetico de maní y otro de arroz.

Varias personas nos escribieron contando su experiencia:

“Muchos se sintieron ofendidos porque eso es una miseria, pero no dicen nada porque son indocumentados y tienen miedo.”

Después de ver este lamentable espectáculo de la “ayuda”, que contenía una papa en mal estado, una manzana, un paquetico de maní y otro paquetito de arroz, decidí publicarlo en redes por una sencilla razón: He conocido la generosidad del pueblo americano, que ha repartido mercados, ayudas, dinero y apoyos de todo tipo sin preguntar por el estado migratorio del necesitado. Y no solo americanos, sino latinos residentes, iglesias evangélicas, asociaciones. En Estados Unidos nadie se muere de hambre.

Solo hace un par de días que unos amigos venezolanos que llegaron a Orlando huyendo de la tiranía de Maduro, me enseñaron los recurrentes mercados que varias organizaciones entregan a quienes los solicitan. Frutas, carnes, leche, enlatados, arroz, granos, dulces, cereal, elementos de aseo… etc., así que la comparación automática con las miserias repartidas por el Consulado de Colombia en Orlando, y anunciadas con bombos y platillos, me produjo bastante indignación.

Indignación que el autor del video sintió profundamente; indignación que sintieron varios colombianos que acudieron al restaurante Simón Parrilla para recibir lo que recibieron.

“Don Ricardo, es que ni peor que un mendigo, y no demerito a los mendigos- porque hasta ellos acá tienen mejor trato que nosotros, los que recurrimos a nuestra oficina diplomática en busca de apoyo. Nos trataron peor que basura con esa ‘ayuda’. Valía más la caja de cartón que lo que tenía adentro, si le digo.”

Tan pronto publicamos el video en las redes, de inmediato se activó lo que ya se conoce como “la bodeguita uribista” para atosigarnos con insultos, ataques y amenazas de todo tipo. Hasta una persona que, aparentemente, vive en Cali (y que es del círculo de Andrés Villamizar), así que no estuvo presente en esa convocatoria y entrega, escupió varios trinos como éste:

Varios mensajes llegaron por WhatsApp, Messenger, Twitter, Signal. Todos con insultos de grueso calibre que no nos atrevemos a plasmar acá.

Supimos que el cónsul escribió a algunas personas que publicaron sus videos. “Yo no quiero problemas con el consulado, señor Ricardo. Están creyendo que yo hice el video y eso me pone en peligro a mí y a mi familia”, comentó otro.

“Esto se volvió una cacería de brujas para ver quiénes se han quejado. En el consulado se pusieron a la tarea de descubrir a ‘los culpables’. Es horrible. Tienen monitoreados los grupos de Facebook, todo.. Tenemos miedo”, comentó una joven que, por supuesto, no desea revelar su identidad.

El consulado ha escrito a quienes son “sospechosos” de haberse quejado con nosotros. “No se dejen convencer de ese periodista, es un amarillista y los quiere perjudicar a uds”, les han dicho.

“No distorsionen, por favor”, dice la cónsul

La cónsul Claudia Bustamante tuvo la amabilidad de tratar de aclararnos el asunto, porque corrieron mensajes en las redes diciendo que eso no lo había organizado el Consulado, sino que había sido una actividad de particulares que Bustamante había decidido acompañar.

“Me están enviando una información que tú publicas en tus redes y me extraña un poco, porque hasta dónde se, tu (sic) siempre verificas.”, dijo Claudia.

Le hice varias preguntas que nunca respondió. Solo repitió una y otra vez que el Consulado no había organizado nada.

“Es una actividad de la comunidad, a la cual nos invitaron para difundir y ayudar a difundir. El consulado SOLO ayudó en la repartición de hoy y en la difusión. Repito: Acompañar. No organizamos. No distorsionen por favor.”

En ese sentido, se activó la red de twitteros uribistas que no ahorraron calificativos y explicaciones:

Pero la verdad es que el Consulado sí organizó. Tanto que el afiche invitando fue publicado por la oficina de Claudia Bustamante:

Además, la misma Cancillería colombiana, a través de uno de sus programas, anunció con bombos y platillos el espectáculo de la entrega:

Le preguntamos a la Cónsul por qué en un afiche oficial de la República de Colombia, se colocaban los logos de varias organizaciones que se juntaron para repartir una papa, una manzana, un paquetito de maní y otro de arroz, en una caja. Su respuesta fue siempre la misma:

“Una vez más te repito; Nosotros NO recibimos las donaciones, no las tramitamos, no las empacamos. No hay más que decir. Saludos.”

Nos quedan muchas preguntas:

¿Por qué el Consulado organiza la entrega de unos engañosos mercados cuyo contenido jamás fue aclarado en las páginas oficiales donde se publicó la convocatoria?

¿Será que se trató de justificar el gasto de dineros públicos o de donaciones internacionales recibidas con el objetivo de ayudar a los colombianos residentes en el exterior?

¿Por qué el Consulado en Orlando miente diciendo que ellos no organizaron esto, cuando las páginas oficiales de la Cancillería muestran todo lo contrario?

¿Por qué la Cónsul Claudia Bustamante insiste en mentir asegurando que su consulado no organizó nada, cuando la evidencia muestra que sí? ¿Qué ocultan?

Por ahora, esas preguntas quedan sin respuesta. Nos quedamos con la burlesca humillación infringida a los necesitados que acudieron al llamado de la Cancillería de la República de Colombia, solo para recibir una papa, una manzana, un paquetito de maní y otro de arroz.

Y nos quedamos también con el mensaje que nos envío un cercano del Consulado para que lo pasáramos a quienes se quejaron:

“Desagradecidos hijueputas”.