EL COLECTIVO ALVEAR RESTREPO SIGUE DELINQUIENDO
Evidentemente, el Colectivo Alvear Restrepo, enceguecido por el afán del dinero, prefirió condenar a un general inocente, y premiar con la libertad, dinero y prebendas, a un Teniente Coronel culpable
EL COLECTIVO ALVEAR RESTREPO SIGUE DELINQUIENDO
El corrupto Orozco le sigue hablando al Mayor Maldonado sin darse cuenta de que lo están grabando, y cuenta que Luis Guillermo Pérez Casas y sus compinches le prometieron sacarlo del país si declaraba contra el Mayor y contra el general Uscátegui
Por Ricardo Puentes Melo
Octubre 4 de 2010
Un caso donde podemos apreciar la sevicia de la tenebrosa ONG de izquierda que se hace llamar “Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo”, es el de la masacre de Mapiripán, Meta, ocurrida en 1997 por manos de paramilitares con ayuda –hay que decirlo- de algunos miembros del ejército.
La masacre ocurrió y eso es indiscutible. Y tuvo participación de militares, también es un hecho comprobado.
Lo aberrante del asunto es que el militar culpable, el Teniente Coronel (R ) Hernán Orozco, anda libre y dichoso paseándose por las playas de la Florida, mientras que un militar inocente purga una pena infame de 40 años de prisión impuesta por el Tribunal Superior de Bogotá.
Ya todos sabemos de las aberraciones de la narcojusticia colombiana. Sabemos de las alianzas macabras entre terroristas y jueces, apoyados por la demencial guerrilla narcotraficante de las FARC, y por otros guerrilleros amnistiados y desmovilizados que se mueven a sus anchas amparados por su condición de impunidad y protegidos por el mismo Estado que ellos pretenden destruir.
El militar inocente que los del Colectivo Alvear Restrepo tienen entre ceja y ceja, es el general Jaime H. Uscátegui, contra quien no hay ni una sola prueba que lo incrimine. Todo lo contrario, abundan los testimonios y documentos que lo habrían hecho absolver en cualquier país donde la justicia no estuviera en manos de quienes está en Colombia.
El testimonio del TC Hernán Orozco es el que tiene condenado al general Uscátegui. ¿Qué dice el testimonio…? Muchas barbaridades. Pero lo importante aquí no son las hojas y hojas llenas de mentiras que firmó el TC Orozco. Lo revelador es una conversación que sostuvo Orozco con el Mayor (R ) César Maldonado Vidales, que fue grabada sin que Orozco se enterara, y que fue certificada como auténtica por la Dirección Central de Policía Judicial, Área de Criminalística Gabinete de Acústica Forense.
En esta grabación, el TC Hernán Orozco le cuenta a Maldonado que el Colectivo de Abogados Alvear Restrepo prometió ayudarlo a refugiarse en el exterior si involucraba al general Uscátegui mediante un libreto que redactaron los abogados del Colectivo y que fue enriquecido por este hampón que en mala hora se integró al Ejército Nacional para deshonrarlo de la manera en que lo hizo.
Evidentemente, el Colectivo Alvear Restrepo, enceguecido por el afán del dinero, prefirió condenar a un general inocente, y premiar con la libertad, dinero y prebendas, a un Teniente Coronel culpable. Es que la condena a un general les produce algunos dólares más. Eso es todo.
En la conversación grabada y certificada, el TC Hernán Orozco le confiesa al Mayor Maldonado que se vio obligado a buscar a los enfermos sociales del Colectivo debido a su situación, a todas luces de culpabilidad, para hacer un trato. Acudió directamente al abogado Luis Guillermo Pérez Casas, presidente del CAJAR.
Pérez Casas, célebre por su odio a la institución militar que combate a sus defendidos de la guerrilla y el narcotráfico, no bien cometió esta atrocidad, salió del país para integrarse como secretario general a la FIDH, la madre del Colectivo de Abogados Alvear Restrepo. Hoy está de regreso a Colombia porque quiere ponerse al frente de los procesos que tienen contra militares y funcionarios del DAS y del gobierno de Álvaro Uribe. Todo un banquete para este granuja.
Luis Guillermo Pérez Casas, entonces, tramó la bellaquería con el TC Orozco, le ayudó a aprenderse el guión y luego le solicitó al fiscal Leonardo Cabana que precluyera la investigación a favor de Orozco, ya que se había comprobado “que no es responsable de los hechos que rodearon la masacre ocurrida en Mapiripán”.
Ante esta orden, el fiscal obedeció como gatito amaestrado al que pagan por sus maromas.
¿Por qué un fiscal precluye una investigación basándose solamente en la petición del Colectivo Alvear Restrepo y sin inmutarse por las evidencias arrolladoras de la culpabilidad de Orozco..? No sabemos..y la verdad, nos da miedo preguntarles a la Fiscalía General de la nación y a los del Colectivo Alvear Restrepo. Sin exagerar, esta gente es peligrosísima.
El corrupto Orozco le sigue hablando al Mayor Maldonado sin darse cuenta de que lo están grabando, y cuenta que Luis Guillermo Pérez Casas y sus compinches le prometieron sacarlo del país si declaraba contra el Mayor y contra el general Uscátegui. Le narra que quien lo puso en contacto con los del Colectivo fue un periodista (de prostitutas de la información está lleno este país), y con un cinismo desbordante, como el de una hiena con su víctima, Orozco le dice al Mayor Maldonado que no le guarde rencor, añadiendo que “yo a ese man (a Guillermo Pérez Casas) que es acérrimo enemigo suyo.. yo a ese man lo aprecio mucho..”
El aprecio de este Orozco tiene sus grandes razones. Luis Guillermo Pérez Casas, moviendo sus poderosas influencias en el Ministerio del Interior, la Fiscalía y unas entidades internacionales, por medio de la FIDH, consiguió que lo sacaran del país junto con su familia rumbo a Estados Unidos, en un programa de Protección a Testigos.
Gracias a esta movida chueca, el Colectivo Alvear Restrepo pudo burlar lo que se le venía a su protegido-compinche: Una orden de captura y una condena de 40 años por la masacre de Mapiripán. Un juez bueno –que los hay, claro que sí- encontró méritos suficientes para condenarlo. Pero el Colectivo Alvear Restrepo sigue protegiéndolo.
La situación es tan aberrante que hasta el terrorista amnistiado, Gustavo Petro, no tuvo más remedio que admitir que aquí se había cometido una gran injusticia condenando al general Uscátegui. Que lo diga Petro ya es mucho…
En resumen, no hay nada que involucre al general Uscátegui con la masacre de Mapiripán. Solamente los testimonios comprados por sus acusadores. La sevicia de Luis Guillermo Pérez Casas fue continuada por su sucesor en el CAJAR, Eduardo Carreño Wilches, quien mutiló documentos importantes para engañar a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia quienes deberán revisar la legalidad de esta perversa condena.
Al contrario, existe voluminosa prueba documental (aparte de las grabaciones donde Orozco confiesa su montaje en unión con el CAJAR) que exonera de cualquier responsabilidad a Uscátegui.
Así pues, la situación del general Jaime Uscátegui, es realmente trágica. Su vida entera, su futuro y el de su familia está en manos de una justicia que ha demostrado a todas luces que no les importa obrar en derecho, y que cualquier colombiano de bien puede caer en la desgracia de convertirse en objetivo de guerra de estos siniestros personajes que prevarican con la garantía de impunidad que les otorga un gobierno débil que tiene rabo de paja y que sabe que no soportaría que los jueces corruptos sacaran a la luz todas las evidencias que tienen y que demuestran que este país está totalmente en manos de la poderosa y omnipotente mafia narcoguerrillera.
¿Y qué dice Juan Manuel Santos…? Parece que solo tiene oídos para los del Colectivo Alvear Restrepo. De resto, le valemos menos que una mala mano de póker.
Octubre 04 de 2010
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