EL ESCÁNDALO ODEBRECHT: TODOS SALPICADOS
Esa es apenas una pequeña parte de esa clase política corrupta cuyos clanes familiares han penetrado todos los partidos. La misma que sigue engañando al pueblo colombiano que hoy sigue siendo víctima de esa maldita plaga
El escándalo Odebrecht: Todos salpicados
Esa es apenas una pequeña parte de esa clase política corrupta cuyos clanes familiares han penetrado todos los partidos. La misma que sigue engañando al pueblo colombiano que hoy sigue siendo víctima de esa maldita plaga
Por Ricardo Puentes Melo
Noviembre 17 de 2017
@ricardopuentesm
ricardopuentes@periodismosinfronteras.com
El ventilador que prendió el “ñoño Elías” ha salpicado a mucha más gente de la que se pensaba originalmente. La Fiscalía General de la Nación ha revelado que, en el gobierno de Juan Manuel Santos, congresistas de la coalición y miembros del gabinete ministerial cobraron coimas multimillonarias a cambio de intervenir en beneficio de los intereses de la multinacional brasilera.
Según documentos entregados en Panamá por esa firma, al grupo de congresistas a sueldo de Odebrecht, se le bautizó con el nombre de “Los Buldozer”, para designar a los pícaros que, usando su poder de gestión para aprobar, al costo que fuera, lo necesario para beneficiar a Odebrecht. “Se les llamó LOS BULDOZER”,un poco describiendo la característica que esta máquina tiene, lo que aparezca lo tumba.” Dice uno de los testimonios del proceso.
Se repartieron cerca de 2 millones de dólares para que los congresistas, a través de la reforma tributaria, validara jurídicamente y se aprobara, antes de diciembre de 2012 (esa era una condición) la aprobación del contrato del gobierno de Santos con Odebrecht. “Todo debía hacerse de una manera exprés, rápida.” Asegura el testigo.
Para lograr ese apoyo de los congresistas, se contrató a Otto Bula y Federico Gaviria, encargados del pago de sobornos para que los senadores aprobaran todo lo que la sociedad Concesionaria Ruta del Sol, tuviera esos contratos aprobados antes de diciembre de 2012.
El nuevo testigo, Federico Gaviria Velásquez, amplió lo dicho por Bula y mencionó los nombres de varios de los congresistas a quienes se les pagaron los sobornos. Federico Gaviria es el mismo “empresario” que estuvo involucrado en el “escándalo de las ambulancias”, en la alcaldía de Bogotá, bajo la administración de Samuel Moreno, del Polo Democrático. En esa ocasión, Gaviria repartía millones de dólares que llevaba en cajas al Concejo de Bogotá para que el cabildo aprobara -como sucedió- la adjudicación de un contrato por 67.000 millones de pesos a la Unión Temporal Transporte Ambulatorio de Bogotá, una entidad fachada que no tenía nada que ver con el tema de la salud. Entre los implicados en ese caso estuvieron: Samuel Moreno, Iván Moreno, Hipólito Moreno, Andrés Camacho Casado, Emilio Tapia, Héctor Zambrano, Francisco Rojas Birry y otros.
Federico Gaviria fue vicepresidente en Colombia Móvil OLA (Luego TIGO), bajo la dirección de Mauricio Mesa Londoño, y fue contratista y asesor en la Empresa de Teléfonos de Bogotá, donde también se vio implicado en un escándalo de compraventa de más de 50.000 equipos celulares usados (y robados) que hicieron pasar como nuevos.; es muy cercano al ex vice ministro de Transporte del gobierno de Uribe, Gabriel García Morales, también implicado en el escándalo.
Este Federico Gaviria Velásquez es quien ahora, por el asunto Odebrecht, terminó mencionando que se le pagaron sobornos a varios congresistas. Entre ellos están:
Armando Benedetti Villaneda
Mussa Besaile Fayad
Bernardo Miguel Elías Vidal
Antonio Guerra de La Espriella
De Benedetti no extraña nada, ya que su fama de corrupto lo antecede. “De ese tipo uno debe esperar cualquier cosa. Y nada de raro que también se libre de esta”, dijo un congresista a Periodismo Sin Fronteras. Igual los “ñoños” que trabajaron para las elecciones fraudulentas que ganó Juan Manuel Santos en 2014, y también apoyaron al Centro Democrático mediante Lyon. Pero lo que no deja de causar cierto escozor es que Antonio Guerra de La Espriella sea hermano de Joselito Guerra de La Espriella, condenado por el proceso 8.000, y de María del Rosario Guerra, precandidata actual del Centro Democrático. Antonio Guerra de La Espriella es un samperista que hoy es senador por Cambio Radical, el partido de Vargas Lleras. Se dice en los círculos políticos que, precisamente, es Antonio Guerra de La Espriella uno de quienes ha estado interesado en que haya una fusión electoral entre Vargas Llegas -su jefe político- y Álvaro Uribe Vélez, donde milita su hermana.
Otro de los nombres que aparecen, es el Miguel Peñaloza Barrientos, quien fue coordinador logístico en las dos campañas de Álvaro Uribe, y coordinador general en la campaña de Juan Manuel Santos del 2010. A las toldas uribistas lo llevó el recientemente millonario fallecido, Fabio Echeverri Correa, quien, además, fue el principal patrocinador político de Iván Duque, a quien también Echeverri llevó al uribismo.
Miguel Peñaloza fue vinculado a la campaña de Juan Manuel Santos por José Roberto Arango, hombre cercano a Uribe y a Alicia Arango, jefe de debate de Iván Duque. Informaciones de prensa señalan que Peñaloza también fue muy cercano a Alicia Arango.
Los testimonios aportados incluyen evidencias contables, copias de los giros bancarios hechos por Odebrecht, copias de los mismos cheques con los que se pagaron a los congresistas.
La misma denuncia incluye además a los congresistas Sandra Elena Villadiego Villadiego, costeña del Partido de la U; a Martín Emilio Morales Diz, senador del Partido de la U, acusado también de narcotráfico y homicidio; Ape Cuello Baute, otro costeño cercano a Santos y a Vargas Lleras; Plinio Olano, liberal de Cambio Radical, que fue parte de la Fundación Buen Gobierno (de Juan Manuel Santos) igual que lo fueron Juan Fernando Cristo e Iván Duque, entre varios más.
Saltan más nombres. Por ejemplo, Juan Carlos Granados Barrera, liberal ex gobernador de Boyacá, amigo personal de Plinio Olano y de Germán Vargas Lleras.
También quedó vinculado Luis Bernardo Villegas, quien fuera enlace de los estafadores de DMG, ex secretario de movilidad de Samuel Moreno, y que estuvo vinculado a varios escándalos, entre ellos el del manejo fraudulento en la contratación de Ferrovías. Bernardo Villegas trabajó con el gobierno de César Gaviria y pudo colocar a su hija, Carolina Villegas, como candidata al Concejo de Bogotá por el Centro Democrático. Carolina también trabajó en la alcaldía de Samuel Moreno y fue directiva del CD en Bogotá. Hoy, ella trabaja en la alcaldía de Enrique Peñalosa, como cuota del CD, en la secretaría de Integración Social.
Esa es apenas una pequeña parte de esa clase política corrupta cuyos clanes familiares han penetrado todos los partidos. La misma que sigue engañando al pueblo colombiano con promesas de transparencia y rectitud, pero cuyo propósito único es el enriquecimiento fraudulento de sus familias abusando y robando al sufrido trabajador de a pie que hoy sigue siendo víctima de esa maldita plaga.
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