FARC Y CÓDIGO CIVIL

El 2 de octubre quienes firmen Sí, consumarán la estafa de la falsa paz, convencidos o constreñidos con la amenaza de guerra

Por Mario Javier Pacheco
Septiembre 8 de 2016

Le recuerdo al senador Robledo que con las diez curules y las 16 por Circunscripción especial, las FARC tendrán mucho más poder político en el Congreso que Cambio Radical, Mira, Opción ciudadana y el mismo Polo y que para la campaña presidencial de 2018 contarán no solo con las alianzas de la izquierda, sino con la plata y apoyo de los presidentes de once países latinoamericanos miembros del Foro de Sao paulo y lo que es más efectivo, con la fabulosa fortuna del narcotráfico que los clasifica como el tercer grupo terrorista más rico del mundo. Quienes voten Sí en el plebiscito les entregarán en bandeja el país, para la cubanización

Recomiendo leer El traje del emperador, no el cuento de Hans Christian Andersen sino el artículo de Ricardo Puentes con su analogía. Santos se vistió de paz y algunos le adulan el traje y tratan de tontos a quienes lo vemos empeloto (1)

Me pregunto cómo pueden pasar Contratos los alumnos de derecho del Rosario, cuando su decano, el ex fiscal Forero pretende que aprueben el contrato titulado artificiosamente Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, sin los requisitos del código civil para los contratos.

El documento llama la atención de entrada porque no tiene firmas sino falsas antefirmas: Iván Márquez, Victoria Sandino, Jesús Santrich, Pastor Alape, Ricardo Téllez, Lucas Carvajal, Joaquín Gómez y Pablo Catatumbo, falsas en cuanto a que todas son alias, sobrenombres, motes que ningún abogado del mundo avalaría, mucho menos un notario, pero Santos quiere que lo hagamos nosotros

El Acuerdo es un contrato que el artículo 1495 del código civil define como un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa.

El artículo 1502 exige para su validez, que tenga causa lícita, que en este caso es la paz y la terminación del conflicto en general, de lo cual no son propietarias las FARC, que únicamente pueden negociar lo que les pertenece, su propia violencia, no la violencia de los otros grupos, ni la paz con significado mucho más profundo.

Tampoco hay causa lícita en la representación de Colombia. A Santos se le confirió mandato para administrar el Estado, no para que lo destruyera, y obviamente no puede delegar en sus comisionados un mandato que no se le ha dado, grave error que el pueblo enmendaría firmando Sí en el plebiscito.

El artículo 1510 establece que hay error cuando se confunde la identidad de la cosa específica del acuerdo, y en este caso el pueblo solo va a recibir de palabra lo que de hecho no se le va a dar, la paz.

El artículo 1519 también advierte que hay objeto ilícito en todo lo que contraviene al derecho público de la nación, como la promesa de someterse a una jurisdicción no reconocida por las leyes.

Finalmente, lo que prometen dar las FARC en el acuerdo es muy inferior a lo que dan, por lo tanto el valor que les pagamos difiere desproporcionadamente del valor real, así que también cabría la lesión enorme.

El 2 de octubre quienes firmen Sí, consumarán la estafa de la falsa paz, convencidos o constreñidos con la amenaza de guerra. El objeto, la paz, fue maquillado para vendérnoslo, como un carro recién pintado y con forros nuevos, ocultando que tiene podrida la cojinería y el motor envenenado.

@mariojpachecog
www.mariojavierpacheco.com

(1) EL TRAJE DEL EMPERADOR Y EL ORTO DEL CAMARADA https://www.periodismosinfronteras.org/el-traje-del-emperador-y-el-orto-del-camarada.html