LA INCUBADORA
La democracia “representativa” con Gobiernos en su papel de suministrar seguridad, justicia e infraestructura nada más; y no metidos en las esferas privadas de la familia, economía, educación, salud y cuidado de ancianos y pobres, procede de la Biblia y la tradición judeocristiana
La incubadora
La democracia “representativa” con Gobiernos en su papel de suministrar seguridad, justicia e infraestructura nada más; y no metidos en las esferas privadas de la familia, economía, educación, salud y cuidado de ancianos y pobres, procede de la Biblia y la tradición judeocristiana
Alberto Mansueti
Junio 12 de 2016
¿Qué es una gallina? Un pollito que se ha desarrollado. ¿Y un pollito? Es un huevo que se ha desarrollado, lo más probable hoy día, en alguna incubadora.
La fobia anti-partidos es hoy dominante, lamentablemente. Un obstáculo a vencer, porque para transformar una nación, te guste o no, se requiere al menos un partido político, capaz de cambiar el sistema estatista. ¿Y qué es un partido político? Una corriente de opinión que se ha desarrollado, se ha estructurado y organizado como “movimiento” a partir de un pequeño grupo, y después ha logrado reconocimiento legal, y puede postular candidatos al Parlamento. Porque para derogar las leyes malas, las que generan pobreza, crimen, corrupción, injusticia, ignorancia y demás calamidades, se requiere del Congreso; ¡no hay otra vía!
¿Y qué es un movimiento? Un grupo político que se ha desarrollado, como un huevo, desde el estado embrionario. Estas son tres etapas, y toman su tiempo; no es para gente apurada. Y es en equipo; no es para los “llaneros solitarios”.
El Foro Liberal de América Latina (puedes buscar en Internet) es una incubadora de líderes y grupos políticos, para transformarse primero en movimientos, y luego en partidos. Sólo un número crítico de congresistas pueden derogar los varios cientos de leyes malas, que nos impiden contar con Gobiernos Limitados, mercados libres y propiedad privada, los tres pilares de la justicia, la paz, la seguridad y la prosperidad. Nuestra doctrina es el Liberalismo Clásico; no el “Neo” liberalismo, que es el “Consenso de Washington” en versión criolla.
En nuestra línea doctrinaria hay muchos “tanques de pensamiento”; pero ninguno ha concretado ese pensamiento en una propuesta u oferta política concreta, viable, práctica, creíble y seductora. Y es por esa carencia que el pensamiento hegemónico es el socialismo; no por sus méritos, que no tiene.
El Proyecto es “La Gran Devolución”, y el Programa de las Cinco Reformas, en los que trabajamos desde hace mucho, no es algo improvisado. Nos inspiraron varias experiencias: la Revolución de 1776 y el sistema institucional y de partidos en EE.UU.; en el siglo XIX la “Liga de Manchester” con Cobden y Bright en Inglaterra, y la labor de Frederic Bastiat en Francia; los tres “milagros económicos” en las naciones derrotadas en la II Guerra Mundial, en los ’50 y ’60; los “Cuatro Dragones” asiáticos en los años ’70; y “las Cuatro Modernizaciones” en la China actual.
La democracia “representativa” con Gobiernos en su papel de suministrar seguridad, justicia e infraestructura nada más; y no metidos en las esferas privadas de la familia, economía, educación, salud y cuidado de ancianos y pobres, procede de la Biblia y la tradición judeocristiana, enriquecida con aportes que remontan a la Antigüedad Clásica, como el realismo aristotélico, que los árabes nos legaron a Occidente. Así se hicieron ricos los países que se hicieron ricos; pero después tomaron la senda del socialismo, y les llegó el desorden y la barbarie.
Somos incurablemente realistas, por eso nos oponemos a cualquier forma de socialismo, y en general a toda utopía, como el “anarco-capitalismo”, que atrae a jóvenes “libertarios” con buenas intenciones pero sin experiencia y con muy poco estudio, y a otros personajes que pintan canas, y se supone muy sabios, pero que por eso deberían ser más responsables. Para formular las Cinco Reformas en detalle, hemos pasado tiempo investigando con…
(1) Encuestas de opinión que revelan las “demandas reales” de la gente, para cubrir sus necesidades, más allá de sus “exigencias ideopolíticas”, inculcadas por el sistema, que les hace creer en el mito del Estado como benefactor, satisfactor y proveedor universal; (2) leyes malas, que impiden satisfacer las necesidades reales con la libre iniciativa y la empresa privada en competencia; que empeoran los problemas existentes; y que además crean otros problemas nuevos adicionales; (3) las “reformas de segunda y tercera generación”, que entidades como el Banco Mundial, la OCDE y el FMI les encargan elaborar a institutos e investigadores honestos, que dicen la verdad, pero que luego los burócratas esconden en sus gavetas, para que nadie las conozca, y ellos sigan dictando leyes malas a los países; (4) las “reformitas” aisladas de los “Neo” liberales, tipo mercantilista o social-demócrata, que no resuelven nada, y cuyo fracaso sirve de pretexto a las izquierdas para regresar al poder.
Así como de la doctrina bajamos a la política, de la política bajamos al plano operacional. De momento estamos en fase de “reclutamiento”. Los
líderes de cada grupo identifican “prospectos”, candidatos a ingresar a nuestras filas. Y siguen con ellos cuatro pasos: primero (1) les explican las Cinco Reformas; luego (2) les responden a todas sus preguntas, que no son pocas, si hay interés; (3) después se ve si la actitud es favorable; caso contrario no se insiste, ¡el tiempo es un recurso no renovable! (4) Al fin, si es el caso, la pregunta clave: (4) “¿En qué forma puedes tú colaborar?”
Hay diversas formas: (1) con dinero, para producir y editar material informativo; (2) con apoyo en redes sociales, mostrando la propuesta y el proyecto; (3) organizando pequeñas reuniones en hogares, oficinas y centros educativos, para pasar a los invitados videos y audios, y brindarles respuestas convincentes a sus inquietudes, objeciones y críticas; (4) con incidencia desde los medios de prensa, en las universidades, lugares de trabajo, y en las calles, si es posible.
Cuando se logra esta meta en grado suficiente, nos hacemos “visibles”; implica que el “grupo” ya es “movimiento”, estamos en la segunda etapa: la incubadora funcionó, ¡y el huevo se hizo pollito!
Por último, lo que a muchos les inquieta: para hacerse gallina, el pollito ha de presionar por todos los medios hasta lograr su reconocimiento legal como partido. Pero eso será en la tercera etapa. Es un proceso; desde su concepción, un niño toma nueve meses para nacer, y no se puede abreviar el trámite. Y para correr, ese niño primero va a caminar, pero antes va a gatear, y a tropezar mucho.
Alternativa: seguir perdiendo el tiempo con los chismes, escandaletes ruidosos y demás incidentes coyunturales de ese circo que es la politiquería criolla, que al estatismo mucho le sirve para distraer la atención en puntos anecdóticos, evitando que veamos lo importante, y trabajemos en consecuencia con eficacia, sin prisa pero sin pausa. Así el sistema se va a perpetuar, no a cambiar.
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