LA VERDAD DETRÁS DE LOS ESCÁNDALOS SEXUALES EN LA DEFENSORÍA DEL PUEBLO

Esto es apenas un grano de arena de toda la inmundicia que se esconde en la Defensoría del Pueblo, donde se usa lo público como mecanismo de presión para obtener favores sexuales, ascensos y para colocar alfiles claves del narcoterrorismo que cumplirán su papel para el sometimiento final de la patria ante los malditos marxistas cubanos

Una mujer, ¿la verdadera acosadora sexual en la Defensoría del Pueblo?

Esto es apenas un grano de arena de toda la inmundicia que se esconde en la Defensoría del Pueblo, donde se usa lo público como mecanismo de presión para obtener favores sexuales, ascensos y para colocar alfiles claves del narcoterrorismo que cumplirán su papel para el sometimiento final de la patria ante los malditos marxistas cubanos

Ricardo Puentes Melo
Ricardo Puentes Melo

Por Ricardo Puentes Melo

Enero 28 de 2016

Ni el acoso sexual, ni el abuso de poder, ni mucho menos las relaciones con los narcoterroristas son cosas nuevas en la Defensoría del Pueblo, entidad que tiene un larguísimo historial como fortín del hampa y refugio de depravados y avivatos que usan la institución para desahogar sus deseos, unos, y escalar posiciones, otros.

Todavía recordamos al tristemente célebre Miguel Ángel Afanador Ulloa, Defensor del Pueblo de Urabá, quien utilizaba su cargo para abusar de quinceañeras humildes, y conseguir amantes de otras edades que se entregaban al libidinoso Defensor del Pueblo a cambio de agilizarles gestiones y reclamos, o cambio de un talego lleno de víveres para que las desdichadas muchachas, obligadas a traficar con sus cuerpos, llevaran un mendrugo de pan a sus casas.

Afanador también fue acusado de transportar dinero mal habido. Aseguran los testigos que lo llevaba desde las Comunidades de Paz de San José de Apartadó, guarida de los asesinos de las FARC, protegidos por el cura Giraldo, hasta el banco donde lo depositaba en las cuentas de los malvivientes narcotraficantes. Estuvo mencionado como relacionado con la muerte de la primera esposa de Luis E Guerra, en las masacres de San José de Apartadó. Lo pillaron con un lanzagranadas y no pasó nada. Vainas de la justicia… y de la protección de Wolmar Pérez y el cura del diablo.

Astrid Helena Cristancho y Jorge Armando Otálora. Todos sabían que eran pareja

Lo de Astrid Helena Cristancho es muy claro. Todo el mundo en la Defensoría del Pueblo sabía que ellos tenían una relación sentimental. Ella, egresada de la Universidad Externado, igual que Jorge Armando Otálora, no duda en utilizar sus encantos femeninos para sacar provecho pecuniario y laboral. Lo del Defensor del Pueblo Jorge Armando Otálora también es evidente: usa su omnímodo poder en la Defensoría para tener sexo con la bellísima ex reina Astrid Helena y con varias más, según se ha ido filtrando a los medios otras denuncias.

Es fácil suponer que Astrid Helena siempre tuvo la idea fija de enredar a Otálora. Como abogada que es, se dedicó a guardar chats, a grabar conversaciones y fotografías durante todo el tiempo de la relación, para cuando llegara el momento esperado. Ese momento llegó cuando Astrid Helena le pidió a Otálora que la nombrara en un cargo de Comisión de la Defensoría en Ginebra, durante seis meses. Esto era manejado por David Luna -según una fuente en la Defensoría del Pueblo- y no fue posible que el viaje se diera, lo que motivaría que Astrid, cansada del poco agraciado Jorge Armando Otálora, se diera cuenta que ya poco o nada más podía obtener allí. Y renunció.

Las minucias de este desagradable episodio, desplegado con morbo por los medios de comunicación, no han dejado ver lo que realmente sucede en la entidad.

María Fernanda Guevara Vargas, acá con unas amigas, una de las cuales fue nombrada en la Defensoría en un cargo fantasma (Foto tomada de Internet)

María Fernanda Guevara Vargas, ¿la verdadera acosadora?  Cuando Astrid Helena renuncia y hace su denuncia en la Fiscalía, no acusa a Otálora. Es muy claro que a quién verdaderamente denuncia es a María Fernanda Guevara Vargas, una persona con enorme poder en la Defensoría, tanto que allá la llaman “La Defensora del Pueblo”.

María Fernanda Guevara es protegida de David Luna y, un poco antes de que se desatara el escándalo, Luna la sacó de la Defensoría y la llevó con él al Ministerio de las TIC para cuidarla de todo lo que se venía.

María Fernanda Guevara también cuenta con la protección de Juan Manuel Galán y Horacio Serpa.

A través de María Fernanda Guevara el Partido Liberal, en especial Simón Gaviria, Juan Manuel Galán y Horacio Serpa, habrían manejado todos los nombramientos clientelistas de la Defensoría, según nos afirma nuestra fuente.

“Esta señora María Fernanda Guevara ha hecho nombrar a casi 500 personas -que me conste- en cargos fantasmas. Antes de irse dejó listo el nombramiento de más de 100 personas. No se sabe si el Dr Otálora alcanzó a firmarlos o si eso le quedó a Cajiao, que es ficha de esos políticos”, asegura la fuente, que prefiere mantenerse en el anonimato.

Otras personas se preguntan cómo es posible que María Fernanda Guevara haya escalado tan precipitadamente y, en contraste, otros funcionarios de carrera lleven años solicitando los mismos ascensos y con mejores hojas de vida que la abogada Guevara. “Al doctor Vesga, uno de los defensores delegados, lo bajaron de cargo, mientras que esa señora trepó como mico en palmera. Con decirle que hay un funcionario que hace 10 años lleva pidiendo ascenso y nada.”

Maria Fernanda Guevara tiene fama en la Defensoría del Pueblo, de ser una verdadera acosadora sexual. “Esa señora acosaba sexualmente a los hombres. Si uno le gustaba, bien. Pero si no, no se le podía ni mirar. Ella era un monstruo, atemorizaba a todo el mundo acá. Ella era la que mandaba en la Defensoría”, puntualiza nuestra fuente.

Eso parece ser la verdad. En la denuncia que colocó en diciembre pasado Astrid Helena Cristancho, asegura que desde el momento en que se posesionó le advirtieron que debía tener cuidado con María Fernanda Guevara cosa que ella hizo tratando de caerle bien.

María Fernanda le contó a Astrid Helena que tenía una relación adúltera con Julián Fernández, director de recursos y

María Fernanda Guevara Vargas ¿la verdadera acosadora de la Defensoría? (Foto tomada de Internet)

acciones judiciales, y que usaban la oficina para sus relaciones sexuales, por el disfrute del miedo a ser encontrados. Todo esto lo supo Otálora pero tampoco hizo nada.

La mujer de Julián Fernández se enteró y fue hasta la Defensoría a armarle un escándalo a María Fernanda Guevara.

María Fernanda culpa a Astrid de haber contado sobre esa relación y la acosa laboralmente hasta que la lleva a renunciar. Astrid, al no contar con el apoyo de Otálora, se va de la institución.

Pero para Julián Fernández, el amante de la Guevara, el asunto no termina ahí. Él sufre del permanente acoso de ella, al igual que la esposa de Fernández, quien recibe llamadas telefónicas, emails, etc. El asunto llega a tanto que, según Astrid Helena, María Fernanda Guevara llega a atentar contra la integridad física de los hijos de Julián Fernández y su esposa Ana Cristina Bolaños.

Nadie ha contado que María Fernanda, hace unos pocos meses, llegó furiosa exigiendo los videos de seguridad. Al parecer, en uno de esos videos quedó registrado un encuentro sexual suyo en las oficinas de la Defensoría y ella, buscando destruir la evidencia, intentó infructuosamente obtener esos videos.

¿Por qué David Luna, Juan Manuel Galán y Serpa siguen protegiendo a esa señora Guevara? ¿Por qué David Luna la lleva a MinTIC precisamente al área de Talento Humano, donde ella podría acosar sexualmente a otros hombres? ¿Será para que siga haciendo nombramientos extraños?

Los nombramientos fantasmas.  La nómina fantasma de la Defensoría del Pueblo, a cargo de María Fernanda Guevara (y autorizada por Otálora) llega a casi 1.200 funcionarios extras. De 750 funcionarios que había, Otálora y María Fernanda Guevara dejan nombrados a más de 1.900, la inmensa mayoría totalmente desconocidos que solamente van a firmar y reclamar su cheque. Se les llama “Funcionarios Pico y Placa” o “funcionarios VIP”. Todos conocen a una mujer que va de vez en cuando a la Defensoría, se está dos o tres horas y gana 6.000.000 de pesos. Así son la mayoría de los casos.

Las FARC meten la mano. Además de ser un fortín clientelista del Partido Liberal, especialmente de Juan Manuel Galán, Simón Gaviria, David Luna y Horacio Serpa, las FARC tienen intereses específicos en colocar su gente allí, como de hecho ya lo está haciendo. Desde esa institución direccionarán todos los procesos necesarios para acusar y levantar procesos falsos contra sus enemigos, ya sean militares, policías o quien quiera que se les atraviese por delante.

Otálora, crecido últimamente por creer que era un hombre poderoso, estaba pasando por encima de las directrices de Juan Manuel Santos respecto a los señalamientos hacia las FARC. En diversos escenarios Otálora reclamaba a las FARC por el reclutamiento de menores y por el desconocimiento de las víctimas. Posiblemente Jorge Armando Otálora creyó que tenía el sustento necesario para poder volar políticamente solo. Pero sus protectores y amigos, Horacio Serpa, Jorge Bernal Cuéllar, Simón Gaviria y David Luna le demostraron que no, que todos los roedores deben estar bajo las órdenes del dueño de la chequera, el jefe de la banda. Juan Manuel Galán, que siempre ha pedido mayor cuota burocrática en la Defensoría, aprovechó el rio revuelto y presionó para que Otálora dimitiera.

Jorge Armando Otálora, acá con David Luna, uno de sus amigos que, a la vez, protege a María Fernanda Guevara

De buena fuente sabemos que muchos de los nombramientos señalados son cuota de los narcoterroristas que han pactado esto con el gobierno de Juan Manuel Santos. El Partido Liberal lo sabe y lo acepta.

Con esto claro, se puede entender cómo han convertido este episodio en un espectáculo feminista donde se sabe que el mayor acosador sexual y laboral no es Otálora sino su amiga María Fernanda Guevara. Pero no entendemos como las desgañitadas lesbianas del Congreso piden a gritos que se nombre a una mujer, ignorando esta verdad de a puño. Tampoco entendemos cómo Viviane Aleyda Morales tiene la desfachatez de exigir decencia sexual en una entidad del Estado creyendo que los colombianos no tenemos memoria sobre sus devaneos con un guerrillero preso en la cárcel, siendo ella senadora de la República y casada. !Y ni qué decir del señor Daniel Coronell..!

Jorge Armando Otálora renunció bajo la promesa de Santos, Serpa y David Luna de prepararle algo mejor cuando “la marea baje”, María Fernanda Guevara se refugia en la MinTIC bajo la sombrilla de David Luna, Astrid Helena Cristancho posiblemente espera que haya retribución por desviar su denuncia contra María Fernanda Guevara hacía Otálora. Ya veremos en qué para todo esto.

Lo único cierto es que lo que se mostró a la opinión pública es apenas un grano de arena de toda la inmundicia que se esconde no solamente en la Defensoría del Pueblo sino en todas las instituciones del gobierno, donde se usa lo público como mecanismo de presión para obtener favores sexuales, ascensos y, por supuesto, para colocar alfiles claves del narcoterrorismo que, infiltrados en las instituciones, cumplirán su papel para el sometimiento final de la patria ante los malditos marxistas cubanos.

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Intentamos comunicarnos con el señor Jorge Armando Otálora y le enviamos un cuestionario con las preguntas sobre este caso, pero no nos contestó. A las abogadas Guevara y Cristancho tampoco fue posible contactarlas

@ricardopuentesm

ricardopuentes@periodismosinfronteras.com

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