POR UN PUÑADO DE DÓLARES

¿Por qué quiere usted, presidente Santos, obligarnos a ignorar las pruebas monumentalmente monstruosas que entregó su antecesor ante la ONU, relacionadas con el tenebroso espectáculo de un gobierno vecino apoyando a los terroristas más sanguinarios del planeta…?

POR UN PUÑADO DE DÓLARES

El camarada Santos puede tener –así lo hemos dicho- las amistades estrechas que bien le plazca, pero jamás puede olvidar que es el presidente de los colombianos y está en la obligación constitucional de respetar la voluntad del pueblo que lo eligióPor Ricardo Puentes Melo

Noviembre 17 de 2010

La volví a ver hace poco, después de cerca de 20 años en que por primera vez la alquilé en formato Beta para comprobar si la admiración de mi padre por Clint Eastwood y Lee Van Cleef, era justificada o no.

La película, “Por un puñado de dólares” que es su título en español, me dejó un saber acre, para ser totalmente sincero. Si lo que allí se muestra constituyó la base moral y ética de esa gran nación que es Estados Unidos, no tengo más remedio que aceptar que en Colombia hemos reiniciado muy bien y con PhD, y que si seguimos así seremos una superpotencia mundial en menos de cuatro años.

El presidente Santos ha puesto en peligro las relaciones con nuestro mejor aliado: Estados Unidos

Los protagonistas de la película son unos bandidos que se camuflan bajo la apariencia de cazarrecompensas y que no dudan en dispararles a los amigos y traicionarlos si esto les representa un puñado de dólares más. Eastwood es movido por el amor al dinero mientras que Lee Van Cleef tiene, además, el deseo de la venganza. Matan a mucha gente por $10,000 dólares y por las ambiciones personales. No hay héroes allí, todos son villanos… ganadores o perdedores, pero todos malhechores.

Y el tema aplica perfectamente para la reciente decisión del camarada Santos de sacrificar las relaciones bilaterales entre Colombia y Estados Unidos, para darle una mano a su viejo nuevo mejor amigo, Hugo Chávez.

Walid Mackled García, alias “El Turco”, capo protegido por Chávez (hasta ahora)

Con la decisión del camarada Santos, de negar la extradición de Walid Mackled a Estados Unidos, y enviarlo a Venezuela donde, con toda seguridad, sufrirá torturas horrendas y tal vez la muerte, el presidente colombiano se ha constituido en cómplice de las canalladas de Hugo Chávez.

Olvida el presidente colombiano que Hugo Chávez ha suministrado dólares y armas sumamente letales a la guerrilla para que ésta asesine cientos y cientos de compatriotas; olvida el presidente colombiano que a cambio de las armas, la guerrilla y otros “independientes” usan el territorio venezolano para enviar droga hacia Estados Unidos y Europa causando la muerte de miles de seres humanos más, sin mencionar nuestros millares de mártires que han derramado su sangre para acabar con ese flagelo del que hoy ya se ha hecho cómplice en la inmoralidad.

Eso, sin mencionar que el presidente colombiano ha puesto en muy serio riesgo las relaciones de Colombia con Estados Unidos, el mejor aliado que tenemos en el mundo entero; el país que siempre ha estado al lado de Colombia en sus luchas a pesar de episodios vergonzosos como el haber tenido a Samper como dirigente, elegido con dineros de la mafia y hoy socio principal del gobierno de Santos.

Los contradictores de esta verdad mencionan que el gobierno norteamericano ha negado y torpedeado la aprobación del TLC entre USA y Colombia, y esgrimen ese pobre argumento para tratar de demostrar la “deslealtad” de los estadounidenses hacia Colombia. A ellos les recordamos que quienes han entorpecido la aprobación del TLC fueron y son los representantes del Partido Demócrata (hasta hoy–para fortuna nuestra- con mayoría). Son los congresistas Demócratas quienes, blandiendo, la mentirosa bandera de la Defensa de los Derechos Humanos, han auxiliado a las FARC directa e indirectamente, gracias a los buenos oficios de congresistas colombianos, como la senadora Piedad Córdoba, copartidaria de Santos y otra de sus mejores amistades, como bien lo manifestó recientemente.

El camarada Santos puede tener –así lo hemos dicho- las amistades estrechas que bien le plazca, pero jamás puede olvidar que es el presidente de los colombianos y está en la obligación constitucional de respetar la voluntad del pueblo que lo eligió, y de sobreponer el interés de Colombia a sus preferencias personales.

Es que, al ceder ante los requerimientos de Chávez, Santos quiere ignorar que Walid Mackled no es pelafustán de menor orden, sino un peligrosísimo capo que conspiró con el gobierno venezolano entre 2006 y 2010 para enviar toneladas de cocaína hacia nuestro mejor aliado, con pistas de despeje cuidadas y patrocinadas por altísimas autoridades del gobierno bolivariano de Venezuela. Olvida también Santos que durante esos mismos años este mismo personaje entregó armas a la guerrilla; armas que asesinaron compatriotas. Pero, al parecer, eso es asunto nimio para el camarada Santos.

La Fiscalía de Estados Unidos ha calificado a Walid Mackled como  “el capo de capos”. De hecho, el Departamento de Justicia lo ha catalogado como un “objetivo prioritario” por ser uno de los más peligrosos y prolíficos narcotraficantes. Un verdadero enemigo de la humanidad y poseedor de importantes pruebas que demostrarían que Hugo Chávez ha facilitado y protegido el envío de droga hacia Europa y Estados Unidos y, además, que es financiador y apoyador de las FARC, como bien lo demostró Álvaro Uribe, y como lo desmintieron este par de “mejores amigos”.

Santos quiere pasar por alto que Hugo Chávez necesita a Mackled en Venezuela para silenciarlo.

Mackled será torturado en Venezuela, y tal vez asesinado, si se cumple la promesa de Santos de enviarlo allá

Santos quiere olvidar que, como signatario de la Convención contra la Tortura de las Naciones Unidas, el gobierno colombiano está en la total obligación de cumplir con la exigencia de asegurarse que Walid Makled-García no vaya a ser torturado en Venezuela, cosa que seguramente sucederá ya que conocemos muy bien las técnicas y los procedimientos de Chávez.

Santos quiere hacernos ignorar que, al enviar a Mackled a Venezuela, le hace un inmenso favor personal y a la alianza entre comunismo y terrorismo ya que, si hubiera sido enviado a Estados Unidos, ellos podrían llevar a Chávez ante una Corte Criminal Internacional. Con Mackled en Estados Unidos, Venezuela sería inmediatamente incluida en la lista de países que apoyan al terrorismo y el narcotráfico. La revolución Bolivariana caería como un castillo de naipes.

¿Por qué quiere usted, presidente Santos, obligarnos a ignorar las pruebas monumentalmente monstruosas que entregó su antecesor ante la ONU, relacionadas con el tenebroso espectáculo de un gobierno vecino apoyando a los terroristas más sanguinarios del planeta…? ¿Por qué insiste en que Venezuela envió primero la solicitud de extradición cuando el mundo entero sabe que eso no es cierto, y que fue la DEA, en agosto de este año, quien ubicó al terrorista y pidió la ayuda del gobierno colombiano para capturarlo…?

No sabemos. Pero, mientras develamos ese secreto, es bueno que la opinión conozca quién es Walid Mackled García, la papa caliente que evidenció a plenitud a favor de quién están los afectos de Santos.

El padre de Walid Mackled es de nacionalidad siria, aunque él y sus hermanos nacieron en Carabobo, Venezuela. Otro dato interesante es que Walid convivió con una ciudadana colombiano con quien tuvo dos hijos, hombre y mujer.

La historia criminal de Walid Makled se empezó a conocer por allá en los años 90, cuando era un pirata terrestre que operaba en las vías de Carabobo y Lara, robando camiones y vendiendo la mercancía, el botín, a la mafia árabe que opera en todo el país gracias a la protección de Hugo Chávez quien, además de Santos, tiene entre sus mejores amigos a terroristas del mundo árabe. Al momento de su captura, -Walid Makled era la cabeza de esta enorme y poderosísima mafia árabe, dueña de una enorme flota de camiones legitimizados por su protector –y tal vez socio- Hugo Chávez, el mejor amigo del presidente colombiano.

Además de asolar a Venezuela, este Walid Makled García, a quien los medios de comunicación santistas muestran como un “empresario venezolano” coordina hasta el día de hoy una organización internacional, extraordinariamente vigorosa, de tráfico de armas y drogas con las cuales ha inundado a Colombia y Estados Unidos, respectivamente. No es un “empresario venezolano”; es un capo de capos sumamente peligroso con una alerta roja de la Interpol. Es un socio de José María Corredor Ibagué, alias El Boyaco, considerado por Estados Unidos como el principal intercambiador de armas por drogas, al servicio de las FARC. Es más, Walid Mackled acumuló su inmensa fortuna gracias a la alianza que hizo con la guerrilla colombiana, por intermedio de los comandantes que hoy acoge y protege Hugo Chávez, el mejor amigo de Juan Manuel Santos.

Llama la atención que mientras el gobierno Santos asegura que la cooperación con Estados Unidos en la lucha antidrogas está en su mejor momento, otra cosa digan sus lamentables acciones.

Al impedir que Estados Unidos interrogue y juzgue las pruebas que dice tener Walid Mackled, el camarada Santos, pues, ha puesto en gravísimo riesgo la seguridad nacional de Colombia; nos ha entregado de lleno y en bandeja de plata a Hugo Chávez y sus socios de las FARC y el narcotráfico.

Ese mejor amigo de Santos, traerá sobre el país muchísimos episodios más de desolación y muerte. Todo, por la causa de la Revolución Bolivariana, o de la Tercera vía, que para el caso es lo mismo. Nos han vendido por un puñado de dólares. 

Noviembre 17 de 2010

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