SIGIFREDO LÓPEZ Y LA MORAL
Está bien que intenten mostrarnos a Sigifredo como víctima. Pero lo que está mal es que no nos cuenten la historia completa. ¿Se han preguntado por qué razón casi nadie habla largo sobre Guillermo López, el padre de Sigifredo?
Sigifredo López y la moral
Nuestras fuentes en Pradera nos llegaron con algo que desconocíamos: Guillermo López fue miembro de las guerrillas comunistas que posteriormente se llamarían FARC.
Por Ricardo Puentes Melo
Junio 18 de 2012
Un asunto muy interesante que se está tratando dentro del proceso mediático para salvar a Sigifredo López Tobón de la cárcel, es el tema de la moral. Los diarios, revistas y telenoticieros nos han vendido la idea de un Sigifredo que sufre la injusticia de este sistema gracias a que –eso dicen los medios- el hombre es poco menos que un adalid de la moral, un defensor del humilde, un mártir de la democracia.
En todas las biografías cortas de Sigifredo López Tobón he visto el esfuerzo por presentarlo como un político desinteresado que amó con entrañable sentimiento a sus compañeros de la Asamblea del Valle, y que hubiera dado la vida por ellos de ser necesario. Hasta el mismo ex diputado lo ha dicho en todas la oportunidades, con la voz trémula y dolorida.
Nos dicen sus biógrafos –pagados o no- que Sigifredo era hijo de unos humildes colombianos que sufrieron la violencia en carne propia. Nos cuentan que quedó huérfano de padre cuando contaba apenas 9 meses de edad y que su señora madre, doña Nelly Tobón Zamora, pasó muchas penurias para sacar adelante al muchachito, allá en Pradera (Valle), donde los padres del futuro abogado y diputado liberal tenían una prendería; la misma donde asesinaron de varios tiros a Guillermo López, dejando viuda a doña Nelly y huérfano a Sigifredo.
Está bien que intenten mostrarnos a Sigifredo como víctima. Pero lo que está mal es que no nos cuenten la historia completa. ¿Se han preguntado por qué razón casi nadie habla largo sobre Guillermo López, el padre de Sigifredo..?
Yo les diré por qué.
Nuestras fuentes en Pradera nos llegaron con algo que desconocíamos: Guillermo López fue miembro de las guerrillas comunistas que posteriormente se llamarían FARC. Amnistiado luego de la creación del Frente Nacional, le dan un dinero con el cual monta la primera prendería en Pradera, Valle (región que desde entonces ha estado bajo influencia guerrillera), a donde se muda con su esposa y donde han vivido siempre varios tíos de Sigifredo, vinculados con las FARC.
El asunto es que estando allí en Pradera, unos sujetos entran a la prendería de la familia López Tobón y asesinan a balazos a Guillermo. Nunca nadie supo la razón del crimen. Pudo haber sido por robo; pudo haber sido venganza de sus compañeros de la guerrilla por haberse amnistiado.. Pero la verdad es que nadie puede asegurar nada al respecto. Era junio o julio de 1964 y Sigifredo contaba apenas nueve meses de nacido. Dicen que un par de balas quedaron incrustadas en su cuna, pero esto también pertenece al terreno de la mitología. Lo único claro es que los biógrafos de Sigifredo quieren dar a entender que los asesinos de Guillermo fueron los conservadores.
Luego de esto, según algunos biógrafos del ex diputado, la viuda se muda con su hijo a Florida, Valle (también con clara influencia guerrillera), donde Sigifredo –ya adolescente- se dedica a trabajar como repartidor de un periódico comunista. Pronto se destaca como líder en Pradera, pueblo con notable influencia de las FARC –como ya se dijo-, y uno tiene el legítimo derecho a preguntarse cómo fue posible que Sigifredo, si no era amigo de la guerrilla, se convirtiera en ese notable líder, en concejal del pueblo, alcalde y diputado con los votos de una región –lo repito- de influencia guerrillera.
Todos sabemos lo que las FARC les hacen a los políticos que quieran surgir en sus regiones sin contar con su simpatía o complicidad. No es secreto de Estado que antes del gobierno de Álvaro Uribe, las FARC ponían y quitaban políticos en muchas regiones del país, como Pradera, Valle, cuna de Sigifredo, el hijo del Guillermo, el guerrillero comunista.
No es secreto tampoco que Sigifredo López sea defensor de vieja data de un eventual despeje de Pradera y Florida para que las FARC se muevan a sus anchas.
Y tampoco es oculto que Sigifredo y su familia han tenido extensas propiedades en Bolo Azul, un corregimiento de Pradera lleno de guerrilleros que, en 2005, Ernesto Samper propuso para ser escenario de diálogos con la guerrilla. Allí en Bolo Azul han sido célebres los campamentos de las FARC bajo la mirada cómplice de los mandatarios de Pradera, incluyendo a Sigifredo, quien siendo alcalde pasaba la mayoría de fines de semana allí y en la vereda Las Ferias, en el punto de La Mirla. Mi pregunta es: si Sigifredo no era amigo de la guerrilla, ¿cómo hizo para no ser secuestrado o violentado por las FARC mientras pasaba sus descansos en ese santuario de las FARC?
¿Qué tiene de especial Bolo Azul para ser tan protegido y atesorado por las FARC? Pues que es un corredor estratégico de y hacia Herrera y Chaparral (Tolima), y Corinto y Santo Domingo en el Cauca, donde las narcoguerrillas se mueven a sus anchas llevando y trayendo armas, droga y secuestrados.
Hay quienes aseguran que, durante el “secuestro” de Sigifredo, él iba frecuentemente a sus tierras en Bolo Azul. Y con las
acusaciones que le hace la Fiscalía, nada de extraño sería esto.
De público conocimiento es también, según nuestras fuentes en Pradera, que varios familiares cercanos de Sigifredo son guerrilleros. Todos lo saben por allá pero nadie lo aseguraría públicamente, por obvias razones.
Muchos habitantes de Pradera están aburridos con el tema de Sigifredo López y la guerrilla. La mayoría de paisanos de Sigifredo quisieran contar lo que saben pero tienen temor de las represalias de López y sus amigos. Varios aseguran que Manuel Marulanda, alias “Tirofijo”, fue padrino de matrimonio de los padres de Sigifredo, y que Guillermo López era compañero de banda del mismo Tirofijo, del “Capitán Peligro”, y del “General Mariachi” (Jesús María Oviedo) antes de que éste se diera cuenta de la agenda comunista del futuro comandante supremo de las FARC, y decidiera retirarse para morir luego asesinado en su tienda de Santiago Pérez, Tolima.
Y hay que entenderlos. Con la revitalización de las FARC en este gobierno, sus temores son bien fundados.
Así que, ésta la historia no contada sobre Sigifredo López. Por ello, producen risa sus afirmaciones de que “Yo vine a conocer guerrilleros en el secuestro” (Declaración ante la Fiscalía Especializada 38, en mayo 18 de 2012. Página 15). Como sospechas producen, además, las fuentes de financiación de su campaña a la Alcaldía de Cali, poco después de ser liberado unilateralmente por las FARC. ¿De dónde sacó los multimillonarios fondos para pagar su campaña política si supuestamente salió empobrecido del secuestro..? Tal vez nunca lo sabremos.
Y, hablando de misterios, Sigifredo López dice también, para defenderse, que las acusaciones en contra suya, que lo señalan como guerrillero, proceden de Gustavo Muñoz Roa y asegura que no son más que un burdo montaje del director de la Fundación Nueva Esperanza.
Pero los hechos son los hechos. Y cuando se observa quiénes son los defensores de Sigifredo (Piedad Córdoba, Iván Cepeda, Colombianos por la paz, Samper, Revista Semana, El Espectador y demás) algunos analistas inclinan sus opiniones a favor de la tesis de la Fiscalía respecto a que Sigifredo ayudó a las FARC a secuestrar a sus once compañeros diputados, y que posteriormente fue cómplice de esa masacre infame para que no contaran al mundo la verdad sobre la participación suya en ese horrendo plagio.
Se sienten escalofríos de solo pensar en que Sigifredo López haya sido capaz de semejante acto de maldad. Pero, conociendo como conozco las verdades y morales de muchos políticos, no me extraña para nada que un liberal comunista tuviera estos alcances. Ellos no tienen reparos éticos ni respeto por la vida humana.
Pero sólo el tiempo nos lo dirá.
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