“YO ERA SACRISTÁN, NO HAMPÓN”: PETRO

Petro se lanza a la clandestinidad muy asustado porque siempre fue cobarde y jamás se imaginó en combate contra el ejército. Su temor lo llevó, no al monte, sino a esconderse en una casa de Zipaquirá llena de armas en donde fue capturado en una de sus reuniones pervertidas, vestido de mujer, con peluca, pintorrejeado como vagabunda, y hasta con pistolita en sus ligueros de mujer. Un cuadro realmente surrealista

Gustavo Petro y Antonio Navarro, cabecillas del M19

Ricardo Puentes Melo

Por Ricardo Puentes Melo
Mayo 26 de 2021
@ricardopuentesm
ricardopuentes@periodismosinfronteras.com

Este es un EXTRACTO DEL LIBRO, PRÓXIMO A SER PUBLICADO, SOBRE LA BIOGRAFÍA NO AUTORIZADA DE GUSTAVO PETRO URREGO.

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Petro y Angelino Garzón

Cuando investigué y publiqué el artículo sobre la mafia judicial, a la que le puse el nombre de “El Cartel de la Toga”, un magistrado que entrevisté y que leyó la publicación me dijo: “Usted no mencionó ni la décima parte de la corrupción y podredumbre que hay en el sistema judicial”. Y tenía razón.

Si existen bandidos como Petro, que abusando de su indulto no se retiran a disfrutar de su botín y su libertad, sino que siguen incendiando el país, es por una razón: Porque Colombia está hundida en el fango de la corrupción hasta la coronilla.

La corrupción hizo posible que Pablo Escobar pudiera pagar el indulto del M19 en el congreso colombiano, e hizo posible también que su dinero pagara toda la asamblea nacional constituyente de 1991 para que fuera hecha a medida del narcoterrorismo de Pablo y del M19.

Comprobadamente, fue un hecho que el narcotraficante Pablo Escobar financió el asalto al Palacio de Justicia

La corrupción no se puede atacar políticamente por la sencilla razón de que la clase política es, toda, corrupta.  Solo podría atacarse con justicia, pero ésta no tiene independencia y, además, está llena de corruptos que son fichas y comodines de los políticos.

La corrupción hizo posible también que Pablo y sus pupilos en el M19, así como sus prospectos políticos, pudieran destruir sus archivos judiciales

La mafia del M19 (especialmente del M19) y sus cuadros políticos han sido particularmente eficaces en destruir las pruebas y expedientes que los evidencian, y en asesinar a quienes podrían incriminarlos. Pero, como lo mencionamos en el artículo pasado, no hay crimen perfecto.

Hablemos de Gustavo Petro.

Gustavo Petro e Iván Duque. El actual presidente Duque siempre dijo que él admiraba políticamente solo a dos personas: Alan García y Gustavo Petro

¿Por qué de Petro? Porque, a pesar de que, en mi personal opinión, es un sujeto sin mucho mérito (aparte de su evidente verborragia) al que el uribismo maoísta decidió inflar hasta convertirlo en el coco que pudiera lograr que el vulgo, espantado, votara por Iván Duque, tan maoísta como inepto, no puede negarse que el bandido del M19 es hoy una opción firme para ser presidente de Colombia. No por sus méritos, sino porque así lo acordaron en contubernio Uribe, FARC, Santos y Cuba.

Petro siempre quiso sobresalir en todo. Y lo logró, gracias a su maldad y falta de escrúpulos. Muy joven llegó a ser parte importante de la estructura criminal del M19. Y, al igual que Uribe, Petro tenía muy claro que debía borrar cualquier rastro de su accionar delictivo para poder llegar sin muchos problemas a dirigir los destinos de Colombia.

Gustavo Petro ha mentido en todo su pasado. En unas hojas de vida publica que nació en Córdoba, en otras que lo hizo en Zipaquirá; miente sobre su edad, miente sobre todo, ocultando su pasado delictivo y asegurando a veces que no perteneció al M19 sino en fechas inciertas y que jamás tuvo que ver ni con el asesinato de José Raquel Mercado ni con el asalto del Palacio de Justicia, entre otras acciones terroristas de la banda.

Hoja de vida en la ETB

Hoja de Vida publicada en el Congreso

Todos los medios de comunicación, incluida la Revista Semana le colaboran a Petro a cubrir en las sombras su prontuario. Y ya sabemos por qué.

Todos los medios de comunicación han ayudado a Petro a ocultar su pasado

Lo cierto es que Petro sí empezó su vida criminal cuando aún no cumplía sus 15 años, tal vez un poco menos. Estando en Zipaquirá, entró pronto en contacto con Everth Bustamante, otro sanguinario hampón que se encargó de adoctrinarlo y entrenarlo para ser un terrorista avezado con opciones de poder político.

De hecho, fue elegido concejal de Zipaquirá con los mismos narcodineros a los que se acostumbró desde entonces, aprovechándose de las necesidades de las personas que vivían en la miseria.

Petro entró a la guerrilla siendo menor de edad. Casi a los 15 años. Acá lo vemos armado, junto a Bateman. Pero él miente y jura que, a esa edad, "yo era un sencillo sacristán en la iglesia"

En una reciente entrevista de Vicky Dávila a Petro, en la Revista Semana, cuyo dueño es el mayor financista de Petro, Gilinski, con quien los une una estrechísima amistad, (lea acá sobre Gilinski y Petro) la periodista le pregunta por Mercado y por el Palacio de Justicia. Petro se exalta y gritando dice que cuando mataron a José Raquel Mercado, él era un niño de 14 años que era sacristán, y que cuando el asalto al Palacio de Justicia, él era el mejor estudiante de Economía en la Universidad Externado y que el Ejército, sin razón alguna, lo apresó y lo torturó, y que él no participó en nada referente a la sangrienta toma.

Vicky le dice que le duele mucho que lo hayan torturado y, casi suplicante, le pide que sigan la entrevista. Pero Petro, indignado, se levanta y se va. Al estilo Uribe, para generar el mismo efecto. Nada es improvisado.

Gustavo Petro miente en ambas cosas, como en casi todo en su trayectoria. Este bandido sí tuvo que ver con el asesinato de José Raquel Mercado, y también tuvo que ver con la planeación del asalto al Palacio de Justicia. Para 1985, Petro ya era un reconocido gatillero del M19 con una inteligencia y una frialdad que lo habían llevado a ascender en la organización.

Lo cierto es que Gustavo Petro ya era dirigente del bloque que funcionaba en el Tolima. Tan pronto como en 1978, gracias -como se dijo- a sus grandes capacidades para delinquir, el M19 le encarga guardar varias armas de las que se habían robado en el Cantón Norte de Bogotá. De esa salió ileso, ya que no lo descubrieron.

Como se explicó en el artículo Petro siempre fue cobarde para enfrentar en combate al Ejército, pero tuvo y tiene, según sus compinches, una frialdad extrema para disparar a gente desarmada. Así lo narramos en el artículo:

Cuando el 20 de junio de 1985 el M19 decide romper la tregua con el gobierno de Betancur, ya estaba suficientemente armado y creía que podía tomarse el poder “a la vuelta de la esquina” como decía entonces Pizarro, alias “carroloco”. Petro se lanza a la clandestinidad muy asustado porque siempre fue cobarde y jamás se imaginó en combate contra el ejército. Su temor lo llevó, no al monte, sino a esconderse en una casa de Zipaquirá llena de armas en donde fue capturado en una de sus reuniones pervertidas, vestido de mujer, con peluca, pintorrejeado como vagabunda, y hasta con pistolita en sus ligueros de mujer. Un cuadro realmente surrealista

Petro, con la bandera del CRIC, junto a Santos y Mockus

En su lugar de encierro, junto a otros hampones del M19, Petro era el encargado de organizar la revuelta en las cárceles cuando comenzara el asalto. Pero el Ejército les frustró los planes.

Tan cierto es que Petro fue de los autores intelectuales de la sangrienta toma, que él reconoce eso en esta entrevista. 

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