“YO ERA SACRISTÁN, NO HAMPÓN”: PETRO
Petro se lanza a la clandestinidad muy asustado porque siempre fue cobarde y jamás se imaginó en combate contra el ejército. Su temor lo llevó, no al monte, sino a esconderse en una casa de Zipaquirá llena de armas en donde fue capturado en una de sus reuniones pervertidas, vestido de mujer, con peluca, pintorrejeado como vagabunda, y hasta con pistolita en sus ligueros de mujer. Un cuadro realmente surrealista
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