¿DEMOCRACIA SOCIAL, DICE USTED?
La gente tiene derecho a saber que el Centro Democrático promueve la “socialdemocracia”, o Tercera Vía, esa presunta combinación fatua y engañosa de socialismo y “libre mercado”, tal y como lo pregona su candidato presidencial, Iván Duque
¿Democracia social, dice usted?
La gente tiene derecho a saber que el Centro Democrático promueve la “socialdemocracia”, o Tercera Vía, esa presunta combinación fatua y engañosa de socialismo y “libre mercado”, tal y como lo pregona su candidato presidencial, Iván Duque
Por Ricardo Puentes Melo
Enero 17 de 2018
@ricardopuentesm
ricardopuentes@periodismosinfronteras.com
Sorprendieron algunas declaraciones del ex presidente Álvaro Uribe Vélez quien, a guisa de respuesta a una carta del ex procurador -y hoy candidato presidencial en Colombia- Alejandro Ordóñez declaró contundentemente que el Partido Centro Democrático era de ideología Social Demócrata, y que los conceptos de “derecha” e “izquierda”, eran anquilosados.
La carta que remitió Ordóñez solicitaba que, para claridad de una posible coalición hacia las elecciones, las partes debían dejar claros cinco inamovibles: No a la impunidad para los terroristas autores de crímenes de lesa humanidad, no elegibilidad política para los terroristas, no a la legalización del lavado de activos de las FARC, mano firme en la lucha contra el narcotráfico (no considerarlo delito político), desmonte de la ideología de género, que busca exterminar la institución de la familia.
Iván Duque, el destinatario principal de la misiva, respondió en Twitter que “Yo no soy candidato de derecha”, y el ex presidente Uribe salió a respaldarlo con los trinos que ya mencionamos y, acto seguido, llamó telefónicamente a Ordóñez para decirle que la carta había sido respondida con esos trinos.
Muchos uribistas de las bases quedaron estupefactos con las declaraciones de Uribe. Y es que, a pesar de que el ex presidente siempre se ha considerado a sí mismo como un progresista, social demócrata, y que reiteradamente ha negado ser de derecha, el hecho fáctico de que él ha sido el presidente de los últimos tiempos que más fuertemente ha combatido a los terroristas marxistas, lo colocó en el imaginario popular como un hombre de derecha.
En lo personal, yo consideraba esas declaraciones de Álvaro Uribe como producto de sus malos asesores izquierdistas, esos que siempre han revoloteado a su alrededor, pero -les decía yo a Fernando Vargas, Carlos Romero y Alberto Acosta- “Uribe no es un izquierdista sino una víctima del círculo de izquierda del que se rodea.” Pero los últimos acontecimientos y declaraciones de Uribe, así como su apoyo irrestricto al izquierdista Iván Duque, están demostrando que el ex presidente Uribe no tiene ninguna duda respecto a sus inclinaciones ideológicas. Y eso no tiene nada de malo; pero la gente debe saber qué es esa “democracia social” que el CD tiene como fundamento ideológico. La gente tiene derecho a saber que el Centro Democrático promueve la “socialdemocracia” o Tercera Vía, esa presunta combinación fatua y engañosa de socialismo y “libre mercado”, tal y como lo pregona su candidato presidencial, Iván Duque.
¿Qué es la Democracia Social? Con tantísimos males que ha traído el socialismo a nuestras naciones, es de esperar que tuviéramos ya la vacuna contra esa ideología. Pero no, acá prima la ignorancia y el desprecio por la discusión práctica, sobresale el desdén con el que se acusa a quienes advertimos sobre la importancia de diferenciar la izquierda de la derecha ideológicas, señalando como arcaico cualquier intento por ilustrar a nuestros paisanos.
Quienes se lucran con la ignorancia del pueblo, insisten en inventarse un espectro imaginario donde colocan en un extremo izquierdo al comunismo (dictatorial), y al otro extremo derecho al fascismo y el nazismo (también dictatorial). Se les dice a las masas que lo ideal es quedarse en la mitad del camino, en lo que ellos llaman “social democracia”, “centro”, “progresismo”, “Tercera Vía”.
Pero la verdad rasa es que este espectro es, de punta a punta, absolutamente socialista. El comunismo es el mismo “socialismo internacional”, y el nazismo es el “nacional Socialismo”, mientras que en el centro está el camino hacia cualquier lado: El socialismo democrático. El socialismo es la zanahoria para establecer la dictadura, el totalitarismo, y el nombrecito de “democrático” se lo endilga la izquierda para que los embrutecidos borregos crean que el sufragio es el aceite que unge las democracias reales.
Cuando la izquierda llega al poder, da igual si a ese totalitarismo se le llama comunismo, fascismo, socialismo democrático (como en la Alemania comunista), o lo que sea. El resultado siempre es el mismo: pérdida las libertades individuales, control estatal de la vida de las personas, de su cultura (economía naranja, la llaman ahora), de sus creencias, abolición de la propiedad privada, anulación de la libre empresa, destrucción de la familia.
El socialismo es la filosofía con la cual la izquierda explotadora engaña ingenuos que permiten su perenne explotación haciéndoles creer que el socialismo democrático es un “capitalismo con sentido social”, un programa de “estado comunitario” que busca una mejor redistribución de la riqueza, cuando la verdad es que el “socialismo democrático” o “democracia social” es la vía de la transición para establecer y consolidar el poder de una pequeña élite que busca comprimir aún más la concentración de la riqueza. Por eso, ellos miran con recelo a quienes defendemos la libertad de empresa, de expresión, al mismo tiempo que protegen y publicitan a quienes buscan destruir la institución familiar o el sistema de valores de una nación.
Tan importante es la discusión ideológica, que los socialistas siempre han querido evitarla, torpedearla e impedirla a toda costa usando, incluso, llamados a una “gran coalición
que salve la patria”; las FARC han usado ese argumento en todos los procesos de paz que han ideado para llegar al poder. Lo usó también el Partido ‘Corriente de Renovación Socialista’ (FARC-ELN-EPL-M19-PC) en su IV Congreso Nacional, en el año 2000, en su reforma de estatutos, cuando cambiaron su nombre a “Partido del Socialismo Democrático”, que les permitiría seguir engañando incautos haciéndoles creer que la “democracia social” es eso: una democracia.
Ese onanismo mental de unir los conceptos de “democracia” y “socialismo” toma fuerza en América Latina luego de la caída del muro de Berlín como estrategia política para el mismo fin: La toma del poder, solo que ahora, ante el rechazo popular hacia todo lo que sonara a comunismo, se usaba la palabra “socialismo”, más suave, junto a “democracia”, para darle el toque perfecto al timo.
“Socialismo Democrático” aullaban los bolcheviques en 1917; “Democracia Social”, empezaron a gritar los maoístas en 1948, los castristas en 1959 y los terroristas de FARC, ELN y M19 en los 90 en Colombia. Ahora, en pleno siglo XXI, a ese grito se le une el Centro Democrático en Colombia, un partido que muchos creen de derecha.
Para Lenin (y todos los comunistas) la democracia occidental es una “democracia burguesa” y, por tanto hay que destruirla mediante una “democracia social” para llegar a constituir su “dictadura del proletariado” que, en principios suena romántico pero, en la práctica, vemos sus consecuencias en Rusia, Cuba, Venezuela y todos los países donde esa “democracia social” se impuso. Lo repito: ese concepto de “Democracia Social”, en un supuesto centro donde los extremos aparentemente se distancian, no son otra cosa que un solo espectro donde todo es igual (Una dictadura) y el supuesto Centro solo es un camino de transición hacia el objetivo: La dictadura totalitaria, llámese comunismo, fascismo, nazismo, castrismo, chavismo o centrismo.
Eso que llaman “Estado Comunitario” (lean a Engels) busca lo mismo: “la demolición del Estado como excrecencia parasitaria”, diría Lenin hace casi un siglo. Marx decretó que, para esa meta, habría que aceptar temporalmente “ciertas formas burguesas del Estado democrático parlamentario”, de manera que fuera un estado transicional para poder establecer finalmente su Estado Comunitario (1), el “proletariado organizado en clase dominante”.
Esa transición donde se aceptaba temporalmente ciertas formas de democracia, debía acompañarse de entrega de viviendas gratis (así, literalmente, lo pregonaron). Esta señal, lo dijo Marx, indicaría que la extinción total del Estado burgués se ha colocado a la orden del día, sin negar la posibilidad de una “violencia coercitiva organizada” si fuese necesaria. Se trata -como siempre- y lo dice Lenin, de “la toma del poder para conducir al pueblo al socialismo.”
Eso significa que la perorata de “Democracia social” es un ardid para llegar a lo mismo. En su etapa más avanzada, esa democracia social, que pregona un “Estado libre y popular” (según los alemanes) eliminará la democracia y se establecerá definitivamente como la “dictadura del proletariado”. La “república democrática social” -dice Lenin- es el camino más corto para conducir hacia esa dictadura del proletariado. Y esto se debe, dicen los socialistas ‘democráticos’, a que, en una sociedad capitalista, la democracia seguiría siendo una democracia para los ricos, en tanto que el ideal socialista es establecer una “democracia para el pueblo”, es decir, una dictadura de izquierda.
Juan Manuel Santos es social demócrata, al igual que Iván Duque, al igual que la orientación ideológica del Centro Democrático, estampada en sus Estatutos. Yo me reafirmo en lo que dije en mi carta de renuncia al Centro Democrático, y que me costó que algunos amigos invirtieran algunos editoriales en mi contra aduciendo que, por el mero hecho de no haber nunca militado en la izquierda, no tengo la autoridad intelectual para desenmascararla. (Ver Carta de renuncia al CD)
Lo lamento… Sí que la tengo. Porque no es necesario haber sido mafioso para entender cómo funciona la mafia.
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Notas:
1.El “Estado Comunitario” no es otra cosa que una propuesta socialista trabajada por el sociólogo Amitai Etzioni y otros, basada en la premisa de que los derechos del individuo deben ser limitados en aras del interés comunitario. Seguidor de esta doctrina del Estado Comunitario -con algunas variaciones- es Tony Blair y, por supuesto, su más fiel discípulo y propagandista, Juan Manuel Santos. Ver artículo acá
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