A PEDRO JUAN MORENO VILLA LO ASESINARON
“Casualmente”, poco después el cuñado de Naranjo, el capo Wilber Varela, es asesinado en Venezuela. Varela le tenía varios secretos guardados a Naranjo.
¿QUIÉN MATÓ A PEDRO JUAN MORENO…?
“Casualmente”, poco después el cuñado de Naranjo, el capo Wilber Varela, es asesinado en Venezuela. Varela le tenía varios secretos guardados a Naranjo.
Por Ricardo Puentes Melo
Agosto 9 de 2010
No sé cuál será la palabra exacta para esto. Tal vez ‘horror’ sería la más apropiada.
Un documento firmado por un grupo de oficiales de la Policía Nacional, que se hacen llamar “El grupo de los 20”, viene advirtiendo desde hace un tiempo que el narcotráfico se apropió de este organismo. Y, lo más terrible, que la Policía Nacional, con participación del mismísimo general Oscar Naranjo, ha sido autora de grandes crímenes contra el país, incluyendo el asesinato de Pedro Juan Moreno Villa, un valiente empresario y periodista que fue víctima de una gran campaña de desprestigio por parte del coronel Leonardo Gallego y el general Rosso José Serrano –ambos de la Policía Nacional- quienes acusaron infamemente a Moreno Villa de usar su empresa para importar insumos con destino al narcotráfico. El montaje de estos turbios personajes incluyó falsificación de firmas, adulteración de cédulas y compra de testigos, un modus operandi ya común en nuestra narcojusticia moderna. En este complot contra Moreno Villa participaron con sus columnas periodísticas Daniel Coronel, Mauricio Vargas y Roberto Posada García-Peña. Finalmente, el montaje se descubrió y Leonardo Gallego, ya general de la Policía, fue destituido. Aunque Gallego le pidió perdón a Moreno Villa, esto no fue suficiente para mantenerse en el cargo.
Pedro Juan fue amigo personal de Álvaro Uribe, pero se desencantó de él cuando empezó a ver cómo el presidente fue llamando a su gabinete a hombres corruptos y tenebrosos como Fabio Valencia Cossio y otros que se sabe que han tenido nexos estrechos con narcotraficantes y mafiosos.
Inició muchas investigaciones, entre las cuales estuvo la vinculación de generales y coroneles de la Policía con el narcotráfico. No alcanzó a publicar nada de lo que “el grupo de los 20”, oficiales honestos de la Policía Nacional, le revelaron, porque la muerte lo sorprendió cuando viajaba a Urabá en un helicóptero de propiedad de la empresa Helicargo, cuyo dueño, Guillermo Ángel Restrepo, era un conocido narcotraficante exonerado por la Fiscalía General de la Nación.
Antes de continuar, es bueno ponerse al día en el tema de los vínculos de generales y coroneles de la Policía con los poderosos carteles de la droga.
El asunto toma importancia con el general José Guillermo Medina Sánchez, director de la institución durante el gobierno de Virgilio Barco, en cuyo mandato los grandes carteles de la droga se apoderaron, entre otras instituciones, de la Policía Nacional. Fue a partir de esta época en que los oficiales de la policía recibían jugosísimos sobornos por parte de los narcotraficantes de Medellín y Cali, tanto que se decía que general de la Policía que no fuera multimillonario, era que no había sabido para qué era el poder paraestatal de esa institución.
El director antinarcóticos para esa época era Rosso José Serrano, un aberrante caso de la más flamante época de corrupción que haya vivido la Policía Nacional.
El coronel Víctor Hugo Ferreira descubrió los nexos de la policía con el Cartel de Cali, y denunció penalmente a los generales Medina Sánchez, Gómez Padilla (primo de Fredy Padilla de León), Vargas Silva y Rosso José Serrano, quien personalmente lo hizo echar de la institución.
Destituido Medina Sánchez, pasa a ocupar la dirección Miguel Antonio Gómez Padilla, amigo cercano y asesor del general destituido. Gómez siguió con la tradición de corrupción y alianzas con los capos de la droga. Bajo sus órdenes estaba otro sicario con placa policial: El general Oscar Peláez Carmona quien, como comandante de la policía en Cali les dio credenciales de policía cívica, radios privativos de la entidad y permisos para armas y autos a reconocidos mafiosos narcotraficantes de esa ciudad. Durante la gestión de Gómez Padilla éste se convirtió en amigo cercano del entonces fiscal Alfonso Gómez Méndez, otro personaje nefasto, amigo de narcos y guerrilleros –y sus auxiliadores- y, también, estrecho amigo de Enrique Santos Calderón, hermano del hoy presidente de la República, Juan Manuel Santos.
Después de Gómez Padilla, llega a la dirección de la institución otro general al servicio del Cartel de Cali: Octavio Vargas Silva. Fue él quien instruyó a su protegido, Rosso José Serrano sobre todos los vericuetos para ponerse a ordenes de la mafia.
Fue así como el ya presidente Ernesto Samper, elegido con dineros de –precisamente- el Cartel de Cali, que también había recibido dineros del Cartel de Medellín para la campaña de López Michelsen, nombra la cúpula que le sugiere Vargas Silva, ya a punto de retirarse. Esta fue: Rosso José Serrano como Director de la Policía, Luis Enrique Montenegro como subdirector, y el coronel Hugo Martínez para la Dijín. Esto se logró destituyendo a los oficiales a quienes, por antigüedad les corresponderían esos cargos: Fabio Campo Silva y Jairo Antonio Rodríguez.
Durante la gestión de Samper y Rosso José Serrano, se llegó a un acuerdo con el Cartel de Cali para que sus capos, los Rodríguez Orejuela, se entregaran con el acuerdo secreto de no extraditarlos y construirles un centro de reclusión más parecido a una mansión de multimillonarios que a una cárcel, tal y como el entonces presidente César Gaviria y su ministro de Justicia Fernando Carrillo (hoy en el gabinete de Juan Manuel Santos), hicieron para Pablo Escobar. Samper y Rosso buscaban lavar un poco su imagen ante los gringos.
Guillermo Palomari, contador del Cartel de Cali, capturado y llevado a una Corte en Miami, declaró cómo los Rodríguez Orejuela financiaron la campaña Samper, y se reunieron con Humberto de la Calle, con el fiscal de entonces Gustavo de Greiff; cómo financiaron la campaña de Samuel Moreno Rojas, de Antonio Navarro Wolff, de Horacio Serpa; de sus relaciones con Augusto Ramírez Ocampo, Mario Ramírez Arbeláez. Contó cómo fue financiada la Asamblea Nacional Constituyente con los dineros de la mafia. Es decir, la Constitución de 1991, fue producto de la alianza entre narcotraficantes, guerrilleros y oligarcas, para mal del país.
Leonardo Gallego fue nombrado poco después como director de antinarcóticos.
Lo que hacía esta mafia –aún lo hacen algunos oficiales- es llegar a acuerdos con los narcos. Les dicen que los dejan pasar cargamentos grandes, pero que deben sacrificar otros envíos que la Policía agarra para engañar a los de la DEA y hacerlos creer que están dando golpes contundentes contra el narcotráfico. Todo está calculado.
Para resumir la cosa, y dejando para después más detalles de las relaciones de la Policía con los carteles de la droga, este “grupo de los 20” asegura que el general serpo-samperista, Oscar Naranjo, fue aliado y familiar del conocido capo Wilber Varela, alias Jabón. Una medio hermana de Naranjo era, según los oficiales, la esposa de Varela. Pero lo grave no es eso, lo espeluznante es que ellos aseguran que Naranjo, siguiendo la tradición de los directores de la Policía, es hoy el gran socio de los más poderosos narcos del Valle.
Narran también la manera en que Naranjo fue nombrado Director de la Policía. Por encima de él había 13 generales que fueron despedidos por Uribe sin muchas explicaciones. ¿Cómo se saltó Naranjo estos 13 generales…?
Resulta que Uribe quería a Naranjo fuera de la Policía. Ya estaba listo su retiro cuando el vicepresidente Francisco Santos, junto a otro funcionario, hablaron con Uribe y abogaron para que escuchara a Naranjo. Juan Manuel Santos también rogó por Naranjo. Uribe accedió a recibirlo y entonces Naranjo, el gran chuzador de este país, le mostró a Uribe varias grabaciones de algunos de los 12 generales, sus negocios y torcidos. Lo mismo respecto a algunos ministros de Uribe. Naranjo le enseñó todo eso a Uribe, y mucho más, y el milagro sucedió. Fueron destituidos los 12 generales y Naranjo fue nombrado director de la Policía Nacional. ¿Quién lo nombró..? En mayo de 2007, el entonces ministro de Defensa, Juan Manuel Santos. Santos, hoy presidente, ratifica a Naranjo como Director de la Policía Nacional. (¿Qué cosas no..?)
“Casualmente”, poco después el cuñado de Naranjo, el capo Wilber Varela, es asesinado en Venezuela. Varela le tenía
varios secretos guardados a Naranjo. Y, afortunadamente para la imagen del general Naranjo, muere asesinado y se lleva sus secretos a la tumba.
Otro dato curioso: Naranjo, siendo capitán de la Policía, fue el encargado de diseñar un estudio de seguridad para los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. El estudio fue presentado al magistrado Alfonso Reyes Echandía, en octubre de 1985. Obviamente el estudio falló porque menos de un mes después un comando del M-19, financiado por el narcotraficante Pablo Escobar, se toma el Palacio de Justicia y asesina a los magistrados y decenas de civiles, policías y militares. El encargado de conseguir la financiación fue Iván Marino Ospina, enlace entre la guerrilla y los narcotraficantes. Un hijo de este hampón es el alcalde de Cali, Iván Ospina; otro hijo, Mauricio Ernesto Ospina es actualmente senador de la República de Colombia. Sus votos fueron conseguidos en territorios de la mafia.
El asunto es que este “Grupo de los 20”, pone en conocimiento de Pedro Juan Moreno –a finales del 2005 y comienzos de 2006- unas grabaciones donde se pueden escuchar a varios generales de la Policía en conversaciones con capos de la droga, donde se planean atentados, homicidios, secuestros. Moreno Villa, que era un hombre valiente pero sabía de la peligrosidad de los miembros de la Policía, les dice que no se preocupen, que él destapará esa olla podrida cuando llegue al Congreso de la República.
Pero no llega. En febrero de 2006 el helicóptero donde viajaba se precipita a tierra y muere. Su muerte no fue accidental. Nancy Ester Zapata, empleada de un almacén que le vendía repuestos a Helicargo, le escribe a una amiga suya y denuncia que Pedro Juan Moreno fue asesinado por miembros corruptos de la Policía en asociación con poderosos capos del narcotráfico. Cuenta que escuchó varias conversaciones de los bandidos donde celebran la muerte de Moreno Villa y se entera de que la manera de asesinarlo fue quitándole una pieza al helicóptero, que era -como ya se mencionó- de una empresa de propiedad de Guillermo Ángel Restrepo, conocido narcotraficante exonerado por la Fiscalía General de la Nación.
Miembros del “Grupo de los 20”, también narran que varios generales celebraron con Whisky y risotadas la muerte de Pedro Juan Moreno.
Lo que no sabemos es qué sucedió con las grabaciones que tenía Pedro Juan Moreno. Él se las entregó a un colaborador suyo pero éste dice que ya no las tiene. ¿Las vendió..? ¿Las entregó a la Policía por dinero o por miedo…? Pronto lo sabremos.
Entretanto, la Policía Nacional, para dolor de muchos de sus hombres –honestos y comprometidos- seguirá en manos de la mafia criminal del narcotráfico. Y no solamente la Policía, sino el país entero.
Pedro Juan Moreno Villa…. ¿Tu muerte fue en vano…?
Agosto 08 de 2010
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