CAMARADAS: BIENVENIDOS A LA TERCERA VÍA
Si la cosa va por donde yo creo que va, no hay de otra: Doctor Uribe, a pagar escondederos a peso porque lo van a joder. El resto del país, a ajustarse sus cinturones, camaradas, que empezó el gobierno de la Tercera Vía.
CAMARADAS, BIENVENIDOS A LA TERCERA VÍA
Si la cosa va por donde yo creo que va, no hay de otra: Doctor Uribe, a pagar escondederos a peso porque lo van a joder. El resto del país, a ajustarse sus cinturones, camaradas, que empezó el gobierno de la Tercera Vía.
Por Ricardo Puentes Melo
Julio 9 de 2010
Yo no me explico, para ser sinceros con ustedes, cómo es posible que bajo la excusa de “Un gobierno de Unidad Nacional”, se esté haciendo esta amalgama espantosa de ministros y funcionarios del gabinete entrante, que más parece la lavaza para las marraneras que un llamado a la unidad. Es como juntar zorras con gallinas, o como acostar vírgenes con desbocados adolescentes. Finalmente alguien terminará devorando al otro.
Pero otra cosa piensa el doctor Juan Manuel Santos quien debe saber más que yo de esas cosas porque estudió en Kansas y Harvard.. y tomó clases de lavado cerebral con el curita Francis, rector del Colegio San Carlos, quien daba cursos acelerados de comunismo elitista para nuestros muchachos de clase alta, destinados a conducir los destinos de este triste país.
El doctor Santos, tal vez sin quererlo, o acaso malaconsejado por su hermanito marxista-elitista, Quique Santos, está haciendo muchas barbaridades. Ya dijo, por ejemplo, que se desmarcaba de Uribe y se iba a poner a marchar a “otro ritmo”.
Ese “otro ritmo” es –como ya es evidente- transitar por la tercera vía, la del socialismo europeo de Tony Blair. No voy a explicarles aquí lo que es exactamente esta “tercera vía”, pero puedo adelantarles que es el sueño socialista hecho realidad. Un sueño donde solamente una pequeñísima minoría de familias se hace a los recursos del país donde lleguen a operar. La tercera vía tiene como adeptos a comunistas de coctel, golf y vacaciones en Marbella o Mónaco. Luego les cuento más acerca de esto, pero que se vayan decepcionando los mamertos de la Nacional o la “Distri”, a menos que hayan estudiado en el San Carlos, como el Dr. Santos y el Dr. Pastrana.
Entre la mescolanza de funcionarios del gobierno entrante, tenemos a Mesa, quien fuera secretario privado de Samper, el narcopresidente elegido con dineros del cartel de Cali. Es decir, más untado que sábana en orgia. También nombra el Dr. Santos a Fernando Carrillo, un miembro de la selecta camarilla de jovencitos de César Gaviria, y quien como ministro de Justicia construyó una cárcel-mansión para Pablo Escobar y se hizo el de las gafas cuando el capo utilizó esa “cárcel” para asesinar allí a sus compinches traidores, organizar monumentales bacanales y otras cosas que por respeto a las señoras no puedo mencionar aquí. Carrillo también fue denunciado por haberse robado billete en el proceso de construcción de esa “cárcel”. Al menos eso fue lo que dijo el denunciante.
Ahora, recién conocemos que al lado de gente decente, también designada por el Dr. Santos para que compartan consejo de ministros con estos personajes, se ha nombrado al Dr. Juan Camilo Restrepo como nuevo ministro de agricultura.
El Dr. Restrepo, un hombre inteligente y capaz, no solamente ha sido un acusador constante de las políticas de Álvaro Uribe, sino que –oigan bien- fue mencionado por las FARC como su candidato presidencial, a quien apoyarían con armas e intimidaciones para que la gentecita votara por él.
Esto sucedió en 1999. En esa fecha, las FARC se reunieron en una especie de “pacto de Ralito” pero a lo fariano, y suscribieron un documento para refundar la patria. Por un papelucho como estos, firmado por jefes paramilitares, la Corte tiene envainados a varios congresistas. Pero como este documento es de autoría de la narcoguerrilla, los señores magistrados deben pensar que es como una carta firmada por Bolívar o Chávez. (¿Será que también estudiaron con el padrecito Francis..?).
En el documento de marras, las FARC dicen que van a movilizar a todas sus tropa para apoyar una eventual candidatura de Valencia Cossio o de Juan Camilo Restrepo.
Se sabe que al Dr. Fabio Valencia Cossio le encantó la idea. Tanto, que se llevó el documento para mostrárselo a unas ONG en Washington. Al Dr. Camilo Restrepo también le debió gustar, y eso es entendible. Ser presidente debe ser algo muy chévere.
El Pacto de las FARC, consistía en apoyar a Valencia o a Camilo Restrepo para la presidencia, en hacer una nueva Asamblea Constituyente cuya composición sería de la mitad nombrada por el gobierno de Valencia o Restrepo, y la otra mitad por la guerrilla de las FARC. Igual que lo sucedido con el M-19 en la constituyente del 91, las FARC exigían varios ministerios, embajadas, medios de comunicación, etc.
Para que los militares no dijeran nada, el nuevo gobierno se comprometía a llamar a calificar servicios a los oficiales no socialistas ni pronarcos, o a inventarles procesos jurídicos. Paulatinamente, el ejército tendría que ser desmontado hasta un 60% en menos de un año (2002) y los cargos de alto rango militar serían ocupados por miembros del comando central de las FARC. Es decir, si esta vaina se hubiera puesto en marcha, tendríamos de generales de la República a Jojoy, Patesopa, Jeta e chumbe, Cano, Morris, etc. Se tuvieron que conformar con machacas.. En fin.
También quedó consignado en el documento que Valencia Cossio o Juan Camilo Restrepo –próximo ministro de agricultura- se comprometerían a amnistiar el capital de las FARC que ya forma parte de la estructura económica nacional.
El documento proponía esta especie de gobierno de Unidad nacional, con la condición de que la mitad del aparato burocrático estuviera en manos de las FARC-EP.
Igualmente, las FARC se comprometían a reducir el narcotráfico
Como punto final, las FARC prometieron respetar los Derechos Humanos y no seguir infiltrándose en las organizaciones de otros países del área.
Por allá por esa misma época, estaba de candidato Álvaro Uribe, quien fue el único que no firmó para detener la ruptura de la mesa de negociación con las FARC. Mientras que Lucho Garzón, Ingrid Betancourt, Horacio Serpa y nuestro godo de la Tercera Via, Juan Camilo Restrepo, firmaron suplicando a las FARC que siguieran con la charla tan buena y con la caguanización del país, Uribe tuvo las bolas bien puestas para no hacerlo.
Juan Camilo Restrepo, quien sirvió de alcahueta y traductor en las reuniones entre las FARC y los inversionistas de Wall Street, se puso furioso. De hecho, jamás le perdonó a Uribe su verticalidad frente a la narcoguerrilla, y se la trepó durante los dos periodos. Pero ya le llegó la hora al Dr. Restrepo. Parece que también llegó la hora de la alianza con Petro y de traer a Baltasar Garzón para que se encargue de “depurar” a nuestro ejército y logre ese ansiado 60% que exige la narcoguerrilla, Las FARC deben estar dichosas.
Es que, aunque aparentemente no se dio este Pacto de refundación de la Patria al estilo comunista, no deja de sorprender que igual se están alcanzando muchos de esos objetivos. Hoy tenemos a militares que han combatido la narcoguerrilla presos o destituidos con falsos señalamientos, mientras que se van encumbrando generales adictos a la izquierda y a los narcos. Igual, el nuevo gobierno está colocando algo así como un “miti-miti” de gente decente y de personas como las otras. Esperemos que no llegue al colmo de nombrar en el gabinete a Alfonso Gómez Méndez, amigo de francachelas y comilonas del mamerto Quique Santos. ¡Que susto tan verraco…!
A los que jamás hemos pisado una universidad gringa, ni recibimos clases con el curita Francis, nos toca hacernos los pendejos, empezar a dejarnos crecer la barba y dejarnos el olor a chucha, al estilo Jojoy. Porque ni sueñen que seremos parte de ese Pacto de la Tercera Vía. Allá solamente se encaraman los verdaderos socialistas, esos que estudiaron en Harvard y que son dueños de poderosos capitales transnacionales, como don Julio Mario Santodomingo y los Santos.
A menos que logremos lagartearnos una bequita en Harvard. Con una maestría por allá, hasta de pronto podemos colarnos en ese 50% que forma la parte decente del gabinete. Aunque sea de sacamicas de alguien.
Si la cosa va por donde yo creo que va, no hay de otra: Doctor Uribe, a pagar escondederos a peso porque lo van a joder.
El resto del país, a ajustarse sus cinturones, camaradas, que empezó el gobierno de la Tercera Vía.
Julio 09 de 2010
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