EL SONAMBULISMO SOCIAL
Con el triunfo de Samuel hace dos años, ganaron los hermanos Samper, las FARC, El Tiempo, Semana, los narcos, los paracos, los riquillos, los corruptos, los secuestradores, los clientelistas, los contratistas amigos del Polo, los contratistas de siempre, las balas, las matanzas y la miseria
¿Es esa la explicación al triunfo pasado del Polo Democrático en Bogotá..?
Por Ricardo Puentes Melo
Octubre 21 de 2009
El “sonambulismo social” fue una frase que acuñó el profesor Rubén Jaramillo para describir un estado mental proclive a la ceguera y a la desesperación frente a los enormes conflictos que los colombianos debemos asimilar cada día de nuestras vidas.
Gracias a este “sonambulismo social”, es imposible que los ciudadanos entiendan la democracia como la lucha desarmada y no violenta entre intereses opuestos. El “sonambulismo social” nos lleva al desespero de creer que solamente existen en el país la ultraderecha y el totalitarismo socialista que combina la lucha armada guerrillera con el ejercicio de la política.
Este “sonambulismo social” es abonado muy tempranamente desde las escuelas y continúa a lo largo de la educación secundaria y –aún- universitaria. Quien piense diferente a nosotros –se enseña allí- debe irse o desaparecer.
Este “sonambulismo social” hizo posible que el llamado de las FARC a votar por Samuel Moreno tuviera el mismo éxito que cuando esta guerrilla llamó a votar por Andrés Pastrana. Este “sonambulismo social” también hizo posible que la compra de votos fuera el triunfo del trueque en el que los hambrientos recibían un mercado a cambio de éste. El “sonambulismo social” hizo posible que miles de bogotanos le creyeran el cuento al Polo Democrático, acerca de que si no ganaba de nuevo la alcaldía se terminarían los programas sociales que –cosa curiosa- fuera Peñalosa quien iniciara siendo alcalde.
Así, Bogotá votó hace dos años y decidió obedecer a las FARC para que la ciudad quedara en las mismas manos tenebrosas. A cambio de unos almuercitos gratis, permitieron que la corrupción siguiera siendo posible con los contratos amarrados, los asesores fantasmas, el pago de favores privados con dineros públicos. A cambio de promesas que nunca cumplirían, los bogotanos avalaron al Polo Democrático para que lo público siguiera siendo, no de todos, sino de quien se lo robe, es decir, del socialismo bolivariano.
Con el triunfo de Samuel hace dos años, ganaron los hermanos Samper, las FARC, El Tiempo, Semana, los narcos, los paracos, los riquillos, los corruptos, los secuestradores, los clientelistas, los contratistas amigos del Polo, los contratistas de siempre, las balas, las matanzas y la miseria.
El resto, perdimos.
Durante la alcaldía de Samuel Moreno, lograda con el apoyo de las FARC, los pobres han seguido pariendo pobres que serán más pobres que sus padres para hacer posible que los hijos de los ricos sean cada vez más ricos que sus padres, y para que puedan estudiar donde ha estudiado toda la cúpula del Polo.
Los niños pobres han seguido aumentando las estadísticas infames de muerte y desnutrición en esta administración distrital. Aunque las estadísticas digan que los beneficiarios de los comedores comunitarios están más gordos –eso es apenas obvio-, las cifras amañadas no nos muestran la miseria que se extiende sobre la ciudad y que ha obligado a que las cifras de suicidios se disparen hasta el techo debido a la enorme desesperanza en que nos ha sumido los dos gobiernos socialistas de Lucho Garzón y Samuel Moreno.
Los cobardes de la guerrilla y el paramilitarismo han seguido violando y reclutando; han asesinado ediles, han aumentado el control de la droga y la prostitución gracias a las mercedes que les han otorgado las administraciones del Polo Democrático; los mafiosos de FECODE han seguido utilizando los niños para sus infamias mientras que los padres, al no tener opciones, han tenido que seguir dejando sus hijos al cuidado y entrenamiento de los empleados del régimen socialista, rogando a Dios que no les toque como tutor un guerrillero disfrazado de maestro o un pederasta premiado con presupuesto distrital. Durante las administraciones de los albaceas de la guerrilla, han aumentando los colegios con infiltración de guerrilleros, han pululado las chiquitecas o los bares de prostitución infantil de la Primero de Mayo, ayudados por la complicidad indolente de las administraciones de los mandaderos de Chávez.
Las niñas siguen siendo violadas por sacerdotes que les dicen que son enviados del cielo, y estos continúan siendo absueltos por la justicia humana mientras les llega la divina. Seguimos viendo niñas de doce años embarazadas, niños quemados o torturados, con cráneos y fémures fracturados por los golpes de sus desesperados y hambrientos padres.
En las administraciones de Lucho y Samuel, han ganado los gángsteres, la mafia, Piedad Córdoba, Chávez, Castro, Jojoy y alias “Cano”, quien tiene un hermano concejal que, oh casualidades..!- milita en el Polo Democrático. Ganan ellos y pierden los pobres. Gana El Chicó, pierden Jerusalén y Perdomo, ganan los ricos socios del club El Country, a quienes el “socialista” Samuel Moreno les regresó los terrenos que ya eran del Distrito, pierden los parques públicos y ganan así los extensos campos destinados solo para que los ricos se soslayen con la miseria del resto. Gana el socialismo bolivariano de Chávez y Castro, pierde la democracia.
Con las administraciones de Lucho y Samuel, sigue ganando la guerrilla que sale huyendo del acoso del ejército en el monte, y encuentra refugio cómplice en los dominios de su protegido.
Los atentados terroristas de las FARC en Bogotá aumentan gracias a la indiferencia de los bogotanos ante los cadáveres mutilados de los soldados en la provincia. Ganan las trampas quiebrapatas de la guerrilla; gana el miedo ante las amenazas de las FARC y seguiremos con las barriadas deprimidas, con los peladeros de muerte, con los jóvenes asesinados, con los padres desesperados que se suicidan por falta de tener algo que llevarle a su familia mientras que Lucho Garzón, Samuel Moreno y sus secuaces del Polo Democrático se siguen gastando el dinero público en lujos privados, tal y como lo hacen todos esos socialistas de élite. Siguen los barrios enteros hechos de lata y cartón, habitados por desplazados de la violencia que crecerán como crece la ignorancia, caudal del Polo Democrático. Gana la guerra sucia.
Pierden las localidades de Ciudad Bolívar, Usme y Sumapaz, visitadas por guerrilleros encubiertos y descubiertos, porque seguirán pobres, olvidadas, saqueadas, aisladas, violadas, sin agua ni alcantarillado, con las bandas de droga fortalecidas por los alcaldes de un partido que ven con buenos ojos que se expenda droga a diestra y siniestra, en colegios y parques. Seguirán con transporte pirata, seguirán sin luz, sin calles y sin empleo. Seguirá el atraco, las bandas de paracos y guerrillos, la limpieza social, las desapariciones, los estupros y las masacres de muchachos en esta Ciudad Bolívar mientras los hijos de Sammy, Lucho, y demás se pasean en carros escoltados por cientos de policías hasta la zona Rosa de Bogotá; las niñas y niños seguirán siendo violados impunemente por párrocos sinvergüenzas mientras que los hijos de los mandatarios pasean por Europa o Miami; los niños de Ciudad Bolívar seguirán con las tripas pegadas al espinazo mientras los hijos de Sammy, Lucho y demás deciden si cenan en Wendy’s o piden a domicilio almuerzos de 80mil cada uno.
Con el triunfo de Samuel y la guerrilla, los niños de Usme, Sumapaz y Ciudad Bolívar seguirán vendiendo sus desgracias en las esquinas de Bogotá, aguantando ahí en la calle los insultos, el frío y la indolencia mientras los cabecillas del Polo esperan a que cumplan 18 años para reclutarlos a su partido o se los dejan a la guerrilla, que los recluta antes de que cumplan 9 años.
El resultado de la votación de hace dos años, nos muestra que Bogotá está turbada y que aún no ha aprendido que no hay que premiar la impunidad.
La desesperación, el hambre y el trastorno mental de los bogotanos se vieron reflejadas en esas elecciones. Somos subnormales, estamos desquiciados. El hambre y la desesperanza dieron sus frutos… y mostraron que esto beneficia a quienes se lucran con ello.
La democracia y la igualdad social siguen estando ausentes en Bogotá. El Polo Democrático fue, es y seguirá apoyado por guerrilla que apesta a narcotráfico, desapariciones, asesinatos, masacres y secuestro. Lucho Garzón, el beodo sicarial, ahora aspira a ser presidente, después de que pasó un par de años disfrutando su botín mientras preparaba su nuevo golpe: la Casa de Nariño.
Las FARC lograron el milagro con Pastrana y con Samuel Moreno… ¿será que piensan poner de presidente a Lucho..?
El Polo Democrático tuvo una oportunidad de oro desde la alcaldía para allanar el camino hacia la presidencia, pero la desperdició con los pésimos resultados en cuanto a empleo, eliminación de la pobreza, seguridad y la malversación de los dineros públicos.
Muchos dicen que los gobiernos de Lucho Garzón y Samuel Moreno no han sido gobiernos malos. Y yo les creo.. han sido gobiernos pésimos.
Mientras la guerrilla es acosada en los campos, en Bogotá se pasea como Pedro por su casa, colocando bombas, matando civiles, expandiendo su negocio de droga, colonizando universidades públicas, especialmente la Distrital, donde tienen el permiso de hablar directamente concedido por su rector –también del Polo, claro que sí.
Nos quedan dos años más de este tenebroso gobierno del Polo Democrático. Nos quedan dos años más de la promoción de la prostitución gay, de la entrega de más sectores para sus casas de lenocinio, para la entrega de calles enteras para la prostitución infantil patrocinado todo desde la Sede Nacional del Polo Democrático. Nos quedan dos años de lavado de cerebro a nuestros niños en las escuelas y colegios cuya educación se dicta desde Venezuela.
Nos quedan dos años más del gobierno de la guerrilla en Bogotá.
Dos años en los que seguiremos perseguidos, amenazados y, Dios no lo permita, eliminados.
¿Seguirá Bogotá engrupida en el sonambulismo social, votando una y otra vez por los candidatos que imponga la guerrilla…?
De nuevo: Dios no lo permita.
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