LAS FARC EXIGEN LA CABEZA DEL GENERAL RITO ALEJO DEL RIO

Gloria Cuartas, Carlos Alfonso Velásquez, Petro, Cepeda y el cura Giraldo (todos señalados por sus nexos con la narcoguerrilla) son quienes acusan al general del Rito. Ninguno tiene pruebas de la vinculación del general con el asesinato de Marino López, ni de los supuestos nexos con los paras

LAS FARC EXIGEN LA CABEZA DEL GENERAL RITO ALEJO DEL RIO

Cuando el general Rito Alejo del Río llega a comandar la Brigada XVII, ya se encontraba allí, desde mitad del 95 a finales de ese mismo año, el golpista coronel Velásquez,  un dato supremamente importante ya que fue precisamente en ese lapso de tiempo en que Velásquez estuvo encargado, que se cometieron las masacres más espantosas en UrabáPor Ricardo Puentes Melo

Por Ricardo Puentes Melo

Enero 16 de 2011

Al general Rito Alejo del Río lo acusan del asesinato del campesino negro, Marino López, un hombre dedicado a las labores del campo que, además, sufría un leve retardo mental. Nadie en sus cabales pensaría que Marino López era un líder paramilitar o guerrillero; y nadie en sus cabales creería que el general Rito Alejo del Río, un firme defensor de la comunidad negra en Antioquia y Chocó, pensaría siquiera en asesinar a alguien.

General Rito Alejo del Rio, amado por las comunidades de Urabá, odiado por la narcoguerrilla

Acusan el general del Río de ordenar el degollamiento y descuartizamiento de ese humilde hombre, Marino López, como parte de una serie de acciones enmarcadas en la célebre Operación Génesis (con la cual dio de baja a varios bandidos de grupos armados al margen de la ley); pero no tienen en cuenta que la Operación Génesis jamás llegó hasta Cacarica, lugar donde fue asesinado Marino. Para que los lectores se den una idea, el día del asesinato, el general Rito Alejo del Río estaba a dos días de camino, a marcha forzada, del lugar de los hechos. Pero a la Fiscalía poco le importan este y otros detalles. Ellos aseguran que el general seguramente tenía el don de la ubicuidad, o que envió un contingente de hombres solamente para matar a este sencillo personaje que, como ya lo dijimos, sufría retardo mental. Es más, la Fiscalía insiste en que el general Rito tenía que, por obligación, haberse dado cuenta de lo que estaba sucediendo a Marino López, sin importar que esto pasara a dos días de camino del área donde se desarrollaba la Operación Génesis.

Carlos Alfonso Velásquez Romero

Los dos principales “testigos” y acusadores contra Del Río son Gloria Cuartas y el coronel del ejército (retirado) Carlos Alfonso Velásquez Romero. Gloria, como todos saben, acusada por Karina y otros desmovilizados de pertenecer a las FARC, y el coronel Velásquez, un controvertido militar señalado por sus vínculos con este grupo guerrillero, por permitir las peores masacres jamás ocurridas en Urabá, por expedir salvoconductos de armas a guerrilleros y por reunirse con estos bandidos y con Gloria Cuartas para quién sabe qué cosas. Además, el coronel Velásquez es hermano de la peligrosísima terrorista del M-19 Adriana Velásquez Romero, cerebro de muchos secuestros y actos terroristas como el robo de armas al Cantón Norte.

Detrás de estos dos, se encuentra –claro que sí- el tenebroso curita Javier Giraldo, temido porque cuando él señala a alguien como contradictor, ese “alguien” termina siendo masacrado por las FARC, como los fueron los dos líderes negros Moya y Blandón, amigos del general Rito, y denunciantes de los atropellos y las relaciones de la ONG del cura con las FARC.

Y completan el grupo, Gustavo Petro, el terrorista indultado del M-19, coautor intelectual de la masacre del Palacio de Justicia; e Iván Cepeda, hijo de Manuel Cepeda, un miembro de la terrorista UP, el brazo político de las FARC. Iván Cepeda y Gustavo Petro, taimados a cual más, juran que el general Rito Alejo del Rio organizó un partido de fútbol en Cacarica, solamente con el propósito de asesinar al pobre de Marino López. Ambos mienten ya que el ejército jamás había estado allí, y solamente fueron varios años después de la muerte de López. Petro, miembro del M-19, en contubernio con Velásquez, cuya hermana también es del M-19, acusando a Del Rio… y a nadie se le hace extraño…

Así que Gloria Cuartas, Carlos Alfonso Velásquez, Petro, Cepeda y el cura Giraldo (todos señalados por sus nexos con la narcoguerrilla) son quienes acusan al general del Rito. A Gloria Cuartas y a Velásquez los vi personalmente en la audiencia contra el general. Ninguno de los dos tiene pruebas de la vinculación del general con el asesinato de Marino López, y ninguno tiene pruebas de los supuestos nexos de Del Rio con los paras. Cuando se les preguntó por las pruebas concretas, tanto Velásquez como Gloria Cuartas aceptaron que no las tenían, pero que “era lo que se decía por ahí… de oídas…”; cuando se les preguntó quién exactamente aseguraba eso, ambos respondieron con las mismas evasivas: “Exactamente no sé.. la gente hablaba.. eso decían..” Y sobre estas  “pruebas” es que le tienen montado el proceso al valiente general Rito Alejo del Rio.

Pero, ¿cómo terminó acusado el general del Rito, aplaudido en su momento por ser el pacificador del Urabá, destacándose por el ser más firme luchador anti-guerrilla..?

Cuando el general Rito Alejo del Río llega a comandar la Brigada XVII, ya se encontraba allí, desde mitad del 95 a finales de ese mismo año, el golpista coronel Velásquez,  un dato supremamente importante ya que fue precisamente en ese lapso de tiempo en que Velásquez estuvo encargado, que se cometieron las masacres más espantosas en Urabá. Para mencionar una, saquemos a colación la masacre del Aracatazo, un genocidio que pudo ser evitado por Velásquez porque ya habían acudido a prevenirlo, y porque los autores de esta masacre estaban detenidos en la Brigada a mando del coronel.

Sí. Quienes cometieron la masacre del Aracatazo, tres miembros supuestamente “desmovilizados” del EPL estaban detenidos en la Brigada pero se escaparon inexplicablemente para hacer el infame exterminio de estas 18 personas que, el 12 de agosto de 1995, se encontraban en el interior de esa discoteca de Chigorodó. Y esa fue una sola de las masacres cometidas en los cortos meses que estuvo Velásquez encargado.

El cura jesuita Javier Giraldo y Gloria Cuartas, tal para cual

Cuando llega Del Rio a la región de Urabá, ya Gloria Cuartas, Velásquez, el cura Giraldo, Petro y, por supuesto, las FARC, sabían que la fama de antiguerrillero de este general había sido bien ganada, así que no les gustó para nada su designación como comandante de la Brigada XVII, y movieron cielo y tierra para impedir que Del Rio entrara a la región a acabarles la fiesta; pero todo fue en vano… el general Rito Alejo llega a poner orden.

Conociendo los antecedentes del coronel Velásquez y sus amistades con guerrilleros y bandidos, el general del Rio lo aísla de la toma de decisiones e impide que este hombre conozca cierta información privilegiada para impedir –eso es de suponerse- que la misma llegue a oídos de las FARC y demás grupos armados al margen de la ley.

Gloria Cuartas, por las razones que mencionamos, se encarniza contra el general y lo acusa ante diferentes medios e instancias de nexos con el paramilitarismo. Aseguraba la entonces alcaldesa de Apartadó, que Del Río fue quien llevó a grupos paramilitares a la región, cosa absolutamente falsa ya que a la llegada del general los hermanos Castaño tenían allí una finca de 3.000 hectáreas con miles de cabezas de ganado; finca que terminó en manos de la Iglesia Católica (asunto que después trataremos). Los grupos mal llamados “paramilitares” llegaron a la zona en 1984, más de 10 años antes de que llegara Del Rio. .

El asunto es que cuando llega del Rio, la guerrilla siente pasos de animal grande y se vale de muchas cosas para sacarlo de la región. El coronel Velásquez escribe un informe interno denunciando al general Del Rio de llevar los grupos paramilitares a la región, mientras que Gloria Cuartas y el cura Giraldo hacen lo propio por su lado. Petro ayuda también a difamar.

Valiéndose de elementos al margen de la ley, integrantes de las milicias bolivarianas, Gloria Cuartas es feroz en su ataque contra el general. Para esa época, la alcaldesa de Apartadó es la voz cantante de varias ONG de izquierda que tienen la misión específica de auspiciar grupos al margen de la ley. Si alguien se toma el trabajo de revisar los recortes de prensa, podrán darse cuenta de que Gloria Cuartas se empeñó al fondo en atacar al ejército denunciando supuestos vínculos de la institución con los paras; y también podrán encontrar que innumerables veces el general Del Rio le solicita pruebas concretas. Pero ella no las tenía.

El aliado de Gloria Cuartas en esas denuncias es, como ya lo dijimos, el coronel Carlos Alfonso Velásquez Romero, un hombre con antecedentes de izquierda y con su hermana terrorista y secuestradora del M-19. Velásquez se quejó del aislamiento a que lo sometió Del Río, pero ¿cómo no iba a aislarlo de las decisiones si el general Rito conocía ya los nexos de Velásquez con la guerrilla..?

Con el fin de tapar todas sus porquerías, Gloria Cuartas y Velásquez dijeron que ellos tenían la credibilidad y el cariño de la población; pero eso no es cierto y las comunidades negras pueden testificarlo. Antes de que llegara Del Rio, los únicos que se reunían con Gloria Cuartas y el coronel Velásquez, eran las milicias bolivarianas.. los bandidos. Y de eso hay muchas pruebas y testimonios.

Una de las calles principales de San José de Apartadó. En la época del general Rito Alejo del Rio, el ejército fue muy querido por la comunidad

Testimonios como los de los once milicianos capturados por asesinar a un soldado que estaba ayudando a pavimentar las calles de Apartadó. Los milicianos capturados señalan a Gloria Cuartas como gestora de esas y muchas otras muertes, y aseguran que es guerrillera.  Inmediatamente Gloria Cuartas es sindicada; están a punto de dictarle orden de aseguramiento pero la investigación pasa a Medellín y allí se inhiben. El Fiscal General era Alfonso Gómez Méndez. Tanto él, como Gloria Cuartas, admirados por el hoy presidente Juan Manuel Santos… todos amigos de la familia.

Así pues, Gloria Cuartas es denunciada como guerrillera y, además, por desviar fondos públicos hacia las FARC; también de coordinar junto a dirigentes del Partido Comunista, el asesinato selectivo de personas y algunas masacres.

Atérrense… Estos once milicianos, más otros que también se atrevieron a denunciarla a ella y al cura Giraldo, murieron asesinados, descuartizados y degollados, exactamente como fue asesinado Marino López. Y nuestra Fiscalía no dice nada, ni investiga ni pregunta cuando se trata de estos temibles personajes.

Para volver sobre las razones para acusar al general Del Rio, no era cierto -como afirmaba Gloria Cuartas- que la comunidad confiaba en ella y en el coronel Velásquez. Lo primero que hace el general Del Rio es reunirse con los sindicatos. Fueron tres reuniones, las primeras que hizo, muy duras, en las cuales solamente escuchó insultos y quejas. Pero en la tercera reunión lo dejaron hablar.

Y desde allí la cercanía del ejército con la población civil se hizo realmente estrecha. Si antes iban los milicianos a visitar a Velásquez, ahora solamente tenían entrada las personas de bien, los habitantes de la región fuera cual fuese su estrato socioeconómico.

A partir de ese momento, las masacres, los carrosbomba y el acoso de la narcoguerrilla cesaron. Estaba de gobernador Álvaro Uribe Vélez, y entre ambos libraron una batalla memorable contra los terroristas de todos los calibres que asolaban Antioquia y el Urabá. Evidentemente, las acciones de Gloria Cuartas, Velásquez, Petro, Cepeda y el cura Giraldo se encaminaron contra Uribe Vélez, a quien intentaron frenarle su carrera hacia la presidencia. Pero esa es otra historia.

Álvaro Uribe Vélez y el general Rito Alejo del Rio lograron ponerle coto al terrorismo, bajó el secuestro, bajaron las muertes de civiles y se reactivó la economía. Esto, al tiempo que las bajas de bandidos y las detenciones subieron. Detenciones como la de los once milicianos a los que la guerrilla descuartizó por atreverse a denunciar a Gloria Cuartas y a su compinche, el cura Giraldo. Hasta la fecha, la ONG del curita no se ha manifestado por estas muertes.. ¡Qué se van a manifestar…!

Desesperada, Gloria Cuartas llegó al colmo de asegurar que los hijos del general Del Rio, en ese entonces menores de edad que vivían en Bogotá, eran unos peligrosísimos asesinos y delincuentes.

Entonces, el general Rito denunció penalmente a Gloria Cuartas. La Fiscalía llamó a conciliar pero el general dijo: “!Yo no concilio con bandidos..!”. Entonces, extrañamente, la Fiscalía también ordenó archivar esta investigación contra Gloria Cuartas.

Mientras tanto, Velásquez fue hasta la embajada de los Estados Unidos y acusó al general del Rio de nexos con grupos paramilitares. Velásquez había pertenecido a un grupo especial del ejército que combatió a los narcotraficantes del Valle y esto le mereció credibilidad del embajador norteamericano. Además, el coronel Velásquez había urdido un plan para darle golpe de Estado a Ernesto Samper y la simpatía del embajador Frechette por este hecho fue inmediata. Algo parecido a lo que hicieron La Machaca y Sergio Jaramillo, enviados por el entonces ministro Juan Manuel Santos para desacreditar el gobierno de Uribe Vélez asegurando que el presidente exigía muertes mientras que los generales Montoya y González patrocinaban “Falsos Positivos” contando con la ayuda de Fernando Londoño y el general Rito para complotar en este sentido (en este ocasión, Jaramillo y La Machaca, bien instruidos, dijeron al embajador que Santos era el único interesado en respetar los derechos humanos). Algo también parecido a lo que hizo el coronel –luego general- Leonardo Gallego con la complicidad del periodista Mauricio Vargas para enlodar el buen nombre de Pedro Juan Moreno Villa acusándolo a él y a su fallecido padre de ser narcotraficantes. Pedro Juan tenía el dinero para viajar a Estados Unidos a defenderse. Mauricio Vargas y Gallego terminaron desenmascarados e iban a enfrentar una demanda de Pedro Juan, pero éste murió asesinado.

Así que, después de que Velásquez va a la embajada a acusar al general Del Rio, las ONG amigas del cura Giraldo y de Gloria Cuartas, se empeñan en la tarea de enviar cientos de correos electrónicos y cartas acusándolo de paramilitar. El desprestigio es total. A diferencia de su gran amigo Pedro Juan Moreno, Rito Alejo del Rio no cuenta con recursos para defenderse ante la justicia norteamericana.

Iván Cepeda, feliz de la vida mientras condenan a los militares que combatieron a sus amigos de las FARC

La bitácora de la procesión contra el general es la siguiente: A pesar de los esfuerzos de Gómez Méndez y sus amigos Gloria Cuartas, el cura Giraldo y demás, las medidas para encarcelar a Del Rio, caen porque el juez 31 Penal del Circuito de Bogotá encuentran que se le han violado todos los derechos al debido proceso. Luego, se ordena nuevamente que, debido al fuero militar del general, esta investigación sea personalmente llevada por el Fiscal General; pero allí ya no está Gómez Méndez sino Luis Camilo Osorio quien en octubre de 2001 resuelve precluir la investigación contra el general Del Rio.

Pero en el 2009, la Corte Suprema, la misma que es receptora de los favores de narcos, y que visita con frecuencia negocios del paramilitar Mancuso, ordena reabrir el caso contra el general Del Rio. La misma Corte que tiene interés en judicializar a Álvaro Uribe Vélez quiere cobrarle al general el haber trabajado con él en Antioquia, luchando contra quienes llenan de regalos a los magistrados.

Esa es la consigna: Exterminar la institución militar y encarcelar a sus más preclaros servidores.

Hoy, al Urabá regresó la guerrilla. El narcotráfico volvió a imponerse. Todos los delincuentes que se nutren del narcotráfico se han reunido en un poderoso y macabro pulpo que quiere acabar con la democracia en Colombia, que buscan volver a arrodillar al país. Eso lo saben los políticos pero mientras unos callan por miedo, otros lo hacen por complicidad.

El general del Rio también sabe eso. Y mientras él sigue humillado, Gloria Cuartas, Iván Cepeda, Gustavo Petro y el cura Giraldo sacan pecho y dan entrevistas a los grandes medios de comunicación (que son manejados por los Santos casi en su totalidad). Mientras el presidente Santos acude a los actos organizados por guerrilleros amnistiados y desprecia las misas dedicadas a las víctimas de aquellos; mientras Del Rio, Arias Cabrales, Ramírez, Plazas Vega, Uscátegui y decenas de oficiales más injustamente acusados y condenados, no merecen siquiera una mención del presidente Santos; Gloria Cuartas, acusada por sus mismos compañeros de las FARC como homicida y terrorista, se hace merecedora de palabras elogiosas de Juan Manuel Santos quien hace la invitación a los colombianos para que la imiten.

Muchos dicen que la suerte de los militares honestos que combatieron a narcotraficantes, guerrilleros y paracos, está echada. Y desde hace mucho. No por nada siendo ministro de Defensa Juan Manuel Santos destituyó fulminantemente a 27 valientes militares, entre los cuales había generales y coroneles, acusándolos falsamente de asesinos, de cometer “Falsos Positivos”. Lo mismo que hizo contra el almirante Arango Bacci acusándolo de narcotraficante. La “agenda de izquierda” que Juan Manuel Santos reconoció seguir en una reciente entrevista concedida a Patricia Lara en El Espectador, tiene como uno de sus puntos ese: Destrozar las fuerzas militares desde adentro, al mismo tiempo que ensalza a militares podridos, proclives a narcos y guerrilleros. Contamos con la esperanza de que nuestro glorioso ejército todavía dista mucho de convertirse en un ejército bolivariano, al estilo que le gusta al nuevo mejor amigo del camarada Santos.

Ya se fue Iguarán, y se fue Mendoza Diago, testigos de que el general Del Rio es inocente. Llega Vivián Morales de Lucio. Las expectativas no son buenas. La nueva Fiscal General de la Nación es, nada menos, que la esposa de un terrorista narcotraficante del M-19, el mismo grupo que intenta desde hace muchos años someter a Colombia bajo las garras del comunismo. Vivián Morales, la gran absolvedora de Samper cuando éste fue elegido con dineros de los narcos.

Estamos jodidos.

Enero 16 de 2011

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