PARA RABIA DE LA NARCOJUSTICIA
Nuestros héroes siguen ofrendando sus vidas para salvarnos de las garras de la tiranía narcosocialista, a pesar de que son abandonados por algunos de sus generales y por el alto gobierno
PARA RABIA DE LA NARCOJUSTICIA
Eso es idiota. Nadie estaría dispuesto a arriesgar su vida por desconocidos a cambio de un salario de cerca de un millón de pesos mensuales. Nadie –aclaro- que no sea un verdadero héroe, como lo son la mayoría de nuestros soldados
Por Ricardo Puentes Melo
Junio 13 de 2010
Solo una cosa empañó la inmensa alegría del guarapazo que le dieron hoy nuestras Fuerzas Militares a los sicarios de las FARC. Y ese lunar estuvo a cargo –¡quién lo creyera..!- nada más y nadie menos que del ministro de Defensa Nacional, Gabriel Silva, un hombre simpático y bonachón, pero distante y no gustador de las emociones fuertes.
Dijo nuestro ministro Silva en su alocución de hoy que los secuestrados en poder de las FARC eran “retenidos”, haciéndole juego a la propaganda terrorista de las FARC y las ONG afines que nunca han reconocido que tienen secuestrados en su poder, porque eso los calificaría como los delincuentes que son, sino “retenidos”, “prisioneros” y otras palabrejas que componen el léxico meticulosamente diseñado para que sus amigos de los medios de comunicación lo difundan a la masa borreguil, tal y como lo han hecho hasta ahora con relativo éxito.
“Retenidos”… Lindo nombre para disfrazar el vil e infame secuestro y tortura de que son objeto nuestros compatriotas por parte de esta banda de narcotraficantes y bandoleros que se autodenominan eufemísticamente “guerrilla”, o “grupo rebelde” como describe a estos forajidos la juez Jara, que ofició como verdugo en el caso del coronel Plazas Vega.
Si el ministro Silva usó este término por cobardía o ignorancia, es otro asunto. Pero, ministro, hay que tener cuidado con esto… no le haga el jueguito a la narcoizquierda.
Ese fue el lunar. La noticia buena, excelente, es que nuestro glorioso Ejército Nacional, para rabia de la narcojusticia y todos sus auxiliadores, rescató en combate a tres secuestrados (no retenidos, ministro): al sargento Arbey Delgado, al valiente coronel Enrique Murillo y al general Luis Mendieta. Se está buscando al coronel William Donato quien, al igual que los otros, se refugió en medio del tiroteo entre la guerrilla y nuestro Ejército.
Para rabia de la narcoizquierda, este rescate fue –creo yo en mi humilde opinión- mucho mejor que la Operación Jaque. Aunque en “Jaque” hubo más liberados, en esta operación, por la complejidad del terreno y los anillos de seguridad de la guerrilla en torno a los secuestrados (no retenidos, ministro), se necesitó hacer gala de sofisticada estrategia militar. Arrastrándose como camaleones, mimetizándose con el entorno, nuestros valerosos soldados se acercaron poco a poco a los guerrilleros, hasta tenerlos a distancia de tiro, pero siempre vigilando la seguridad de los secuestrados (no retenidos, ministro).
Para quienes no lo sepan, acercarse en estas condiciones de terreno y seguridad a la guerrilla, requiere de una capacidad única de concentración, valor y pericia. No se trata de ubicarlos y entrar dando bala… NO. En esta clase de operaciones, como se mencionó antes, los guerreros se acercan a su objetivo poco a poco, centímetro a centímetro con un sigilo digno de un jaguar antes de saltar sobre la alimaña. Es posible que los soldados hayan tenido a distancia de tiro a los guerrilleros durante días; es seguro que estuvieron muy cerca durante mucho tiempo sin que los narcoguerrilleros se percataran de su presencia. Pero no se dejaron vencer por los nervios ni la tensión ansiosa de entrar a combatir, rescatar y largarse. ¡Qué orgullo contar con un ejército como el nuestro..!
Lastimosamente un sargento del ejército que estaba infiltrado en la guerrilla fue asesinado por los bandoleros.
Quisiera verle la cara a Iván Cepeda, quisiera ver si seguía con su sonrisita de sarasa, esa que no abandonó durante la sentencia contra el coronel Plazas.
También quisiera verles las caras a Piedad Córdoba, a Gómez Méndez, la juez Jara, la fiscal Buitrago, a Mockus y su séquito de verdes. Por supuesto, no me perdería por nada del mundo ver en PPP la cara de amargura de Gustavo Petro.
Y ni qué decir de la cara de Navarro Wolf, Vera Grabe, Lucho Garzón, Hugo Chávez, Carlos Franco, la Machaca, Daniel Coronel, Antonio Caballero, León Valencia, Jimena Duzán, los señores Samperes, Néstor Morales, todo el combo de Colombianos por la FARC (upss! Perdón.. por la PAZ), José Fernando Isaza, Kalmanovitz, Alan Fara, la mamá de la Betancourt, Darío Arizmendi, Julio Sánchez Cristo, Félix de Bedout, Antonio Morales, César Gaviria, Carlos Gaviria, Pardo, los narcoamigos de la Corte Suprema, los del Consejo Superior de la Judicatura, los de Caracol –que dieron la noticia de la liberación de mala gana y siguieron rápido con las “noticias del entretenimiento”… en fin.. hubiera pagado por verles la cara a todos estos mamertos y otros más para disfrutar con sus muecas de amargura.
Los héroes en Colombia sí existen. Eso queda demostrado por una vez más.
Un mamerto comentó en una red social que lo que hicieron nuestros soldados no era un acto de heroísmo. Ni que el hecho de que el sargento ofrendara su vida para salvar a los secuestrados fuera valentía y amor a la patria. Para este mamerto, dar la vida por los colombianos, no era nada de eso sino un trabajo que era pago por nuestros bolsillos.
Eso es idiota. Nadie estaría dispuesto a arriesgar su vida por desconocidos a cambio de un salario de cerca de un millón de pesos mensuales. Nadie –aclaro- que no sea un verdadero héroe, como lo son la mayoría de nuestros soldados.
Nuestros héroes siguen ofrendando sus vidas para salvarnos de las garras de la tiranía narcosocialista. Siguen haciéndolo a pesar de que en numerosas ocasiones son abandonados por algunos de sus generales y por el alto gobierno. Siguen haciéndolo a pesar de que la narcojusticia seguramente les cobrará caro su acto de heroísmo sentenciándolos a 30 años o más por haber herido o matado en combate a los siniestros guerrilleros que –para los narcoamigos- sólo son dulces angelitos, agricultores o rebeldes, como lo aseguran la juez Jara, la Corte Suprema de Justicia, la Fiscal Buitrago, todos los Fiscales generales hasta hoy y varios más del séquito de dolientes de la izquierda.
Por un acto como el de hoy, o como el de la Operación Jaque, es que el coronel Plazas está condenado a pagar 30 años de prisión y sufrir que hasta el general Fredy Padilla de León –que debería defender al coronel- se puso en contra suya y al lado de los guerrilleros amnistiados del siniestro M-19. Por un acto como hoy, los generales Arias Cabrales y Uzcátegui están a punto de ser condenados también. Por un acto como hoy, el oficial de la FAC César Romero está condenado a 31 años de prisión por el caso Santo Domingo.
Detrás de las cabezas de nuestros héroes está el narcotráfico. Detrás de sus condenas está el M-19, que sigue aliado con el narcotráfico tal y como lo estuvo en la Toma del Palacio de Justicia. El M-19, hoy disfrazado de Polo Democrático, Partido Verde y ONG de Derechos Humanos, ha logrado asesinar a nuestros jueces para montar los suyos, esos que pagan con el perico que se meten los mamertos y aquellos de este lado que no han logrado entender que su vicio financia esas atrocidades.
Que todos lo sepan.
Junio 13 de 2010
Comentarios