VENEZUELA: GIANNI, EL JOVEN AUTISTA MASACRADO POR MADURO
Gianni duró casi 24 horas con las costillas rotas, un ojo terriblemente destrozado y los huesos del cráneo y la cara fracturados. Un joven de 17 años, que cayó preso ese mismo día, y que estuvo detenido con Gianni, asegura que a éste le quemaron los testículos en la sesión de torturas
Gianni, el joven autista masacrado por Maduro
Gianni duró casi 24 horas con las costillas rotas, un ojo terriblemente destrozado y los huesos del cráneo y la cara fracturados. Un joven de 17 años, que cayó preso ese mismo día, y que estuvo detenido con Gianni, asegura que a éste le quemaron los testículos en la sesión de torturas
Por Ricardo Puentes Melo
Julio 19 de 2017
@ricardopuentesm
ricardopuentes@periodismosinfronteras.com
La opinión pública se horrorizó ante un video que mostraba la brutal golpiza que la Guardia Nacional Bolivariana propinó un joven que caminaba desprevenido por una calle de Venezuela.
Pero, con lo que se supo después, el horror que se siente no puede ser descrito. El joven se llama Gianni Scovino, cuenta 31 años y sufre de síndrome de asperger, un trastorno que se ubica dentro del espectro autista, que genera graves problemas de contacto social. Quienes sufren de eso, no son dados al contacto con otras personas.
Gianni es un joven muy inteligente, que ama la electrónica y que, como millones de venezolanos, quiere ver a su país libre de la dictadura socialista de Maduro y los Castro.
El 13 de julio pasado, jueves, Gianni salía de su trabajo reparando computadoras y teléfonos, y se dirigía a hacer su rutina de ejercicio; por eso llevaba unos guantes especiales que usan los que practican ese tipo de cosas en las barras paralelas.
De repente, un puñado de hombres de la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana lo asaltaron y lo molieron a golpes. No hubo razón, ni provocación por parte de este joven autista. Los salvajes sicarios de Maduro le cayeron encima pateándolo, golpeándolo con puños, con sus armas, cascos y escudos de dotación, de una manera tan inmisericorde que demuestra algo de lo que a diario sucede en Venezuela. La reacción de Gianni, con su cuerpo ya fracturado, fue hacer lo que hacen quienes sufren este trastorno autista: salir corriendo de allí para evitar el contacto físico con las otras personas. No era un delincuente tratando de huir de la ley, sino un joven autista que lo único que buscaba era eludir la angustia que le producía estar en medio de esos hombres.
Ver el video acá:
La golpiza duró casi tres minutos, en los que podemos ver cómo lo dejan semi inconsciente. Luego de eso, los uniformados se lo llevan, no a una clínica, sino a un centro de detención para presentarlo ante un Tribunal Militar y judicializarlo de esa manera. Luego lo tiran por ahí, en un calabozo maloliente, donde castigan a los capturados en las protestas.
Gianni duró casi 24 horas con las costillas rotas, un ojo terriblemente destrozado y los huesos del cráneo y la cara fracturados. Un joven de 17 años, que cayó preso ese mismo día, y que estuvo detenido con Gianni, asegura que a éste le quemaron los testículos en la sesión de torturas. Sus compañeros de infortunio tenían que mascar la comida y dársela en papilla a Gianni para ver si lograba recuperar algo de sus fuerzas.
Ante la gravedad de las heridas, y viendo que Gianni se les iba a morir frente a muchos testigos, la GNB y la PNB lo trasladan al hospital de Las Garzas, donde el concejal Oscar Navas, quien también es médico, activa las alarmas de la comunidad para denunciar este hecho. Navas estuvo pendiente de la intervención quirúrgica del Gianni, a cuya familia conoce personalmente, hasta que salió de la sala de operaciones a eso de las 3 de la mañana del día sábado 15 de julio.
Desde entonces, Gianni ha estado en terapia intensiva, con los enormes problemas adicionales que enfrenta el sistema de salud venezolano, que funciona pobremente. “Hasta los analgésicos hemos tenido que recogerlos en campañas, pidiendo a los amigos que los donen. -asegura Navas- El estado de Gianni le impide aceptar los antiinflamatorios más comunes, él solo puede recibir Paracetamol vía endovenosa, y ese medicamento no existe en Venezuela. Las personas que lo han donado, ha sido gracias a que los tienen, de milagro, en sus casas, por alguna circunstancia. Con ese medicamento lo hemos podido ayudar a controlar el dolor.”
Gianni estuvo a punto de fallecer. Con hemorragia interna y graves lesiones en huesos, hígado y riñones, los médicos estaban temiendo lo peor. “Gracias a Dios, eso no ocurrió, pero Gianni quedó anémico y en muy malas condiciones”.
La familia de Gianni está muy atemorizada. El evento político donde terminó involucrado el muchacho los pone en grave riesgo, como objetivo militar del régimen de Maduro y su GNB-PNB.
El defensor del pueblo, Tarek William Saab, chavista furibundo y seguidor de Maduro, acudió a visitar a Gianni, pero solo -dice Navas- para tomarse las fotos pertinentes. No ha habido más ayuda para el joven ni su familia. Tarek prometió que encarcelaría a quienes propinaron esa golpiza al joven autista, pero nada de eso ha sido cierto. No hay, hasta el momento, ni un solo detenido por este inhumano atentado.
“Para justificar las malvadas acciones de estos cuerpos de represión, Tarek dice que es verdad que Gianni está gravemente herido, pero que también hay unosguardias de la GNB heridos. ¿Eso justifica esta acción criminal? ¡Si todos vimos que Gianni no hirió a nadie!”, dice Navas.
Y tiene razón la familia Scovino en sentirse angustiada y amedrentada por el régimen de Maduro. No solamente casi asesinan al joven Gianni, sino que hasta el Defensor del Pueblo les lanzó una amenaza velada haciendo responsable al muchacho de unos guardias “gravemente heridos” que nadie conoce ni nadie sabe cómo y en qué forma los pudo haber herido un joven autista que nada sabe de eso.
En su lecho de enfermo en cuidados intensivos, Gianni continuó bajo vigilancia de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana. Profesionales de la Federación Interamericana de abogados de interpusieron recursos y lograron medidas de protección para él y su familia. Y aunque, aparentemente, Gianni fue dejado en libertad plena, los de la GNB y la PNB siguen estando ahí, tomando fotos a los visitantes, ejerciendo una presión sólo comparable a la que han ejercido las policías asesinas de los regímenes totalitarios.
¿Qué si Gianni ha protestado contra el régimen de Maduro? Claro que sí, pero a su manera. Mirando a lo lejos en las marchas pacíficas, evitando el contacto con la gente “Acompaña sin acompañar. Está ahí pero su condición hace que no pueda participar”, dice Navas.
Cualquiera pensaría que esto sucedió en Caracas. Pero no. Sucedió en Lechería uno de los municipios más pequeños del país, de apenas 12 kilómetros cuadrados. Tiene 30 mil electores y es una ciudad costera, mayoritariamente de clase media y alta, es la burbuja del estado Anzoátegui.
Aunque muchos venezolanos crean que al municipio Urbaneja casi no los tocan las calamidades del país, lo cierto es que ha sido bastión de la lucha por la democracia. “De 100 días de protestas en Venezuela, nosotros hemos salido 70”, asegura Navas, quien agrega que el chavismo destesta especialmente al municipio porque los votos han sido para la oposición al PSUV.
Cada día hay protestas. La gente está organizada. Hay alimentos, hay cerca de 170 médicos voluntarios de todas las especialidades, listos para suministrar los auxilios necesarios y posibles a los heridos. La zona de mayor conflicto está llena de muchos edificios a los que, debido a la inseguridad, han protegido con portones de seguridad y rejas de hasta 3 metros de altura: rejas y portones que los vecinos abren con gusto para recibir a los manifestantes perseguidos, o aquellos heridos que buscan refugio.
Por supuesto, la represión del régimen de Maduro ha cobrado venganza contra esta pequeña comunidad. La policía secreta y la GNB continuamente los agrade con allanamientos ilegales y disparos desde las tanquetas que han destrozado apartamentos, sin que les interese si allí viven ancianos o niños.
En los últimos días hubo cuatro heridos de gravedad y un asesinado por el gobierno de Nicolás Maduro.
Si eso es lo que sucede en esta población pequeña y que guarda aún ciertos privilegios, ya podemos imaginar el diario vivir en lugares populares donde a la agresión recurrente se le suma el patrullaje de los milicianos socialistas que han sido armados para asesinar a sus compatriotas.
Y sumémosle los miles y miles de cubanos castristas, del G2, a quienes les importa un bledo disparar a matar a nuestros hermanos venezolanos.
Dios quiera que Gianni sobreviva. Dios quiera que a su familia no le suceda nada. Pero, y eso pedimos con vehemencia, Dios quiera que los venezolanos dejen de desperdiciar su energía batallando con los peones del régimen, y vayan a buscar al rey para darle jaque mate.
No hay otra salida.
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