CAE EL MONO JOJOY, LA MAFIA ESTÁ DE LUTO
La muerte de Jojoy no es el fin de nada. Al revés, es el comienzo del recrudecimiento de los ataques a nuestro ejército y nuestra democracia desde los estrados judiciales y desde el mismísimo ministerio de Defensa
CAE EL MONO JOJOY, LA MAFIA ESTÁ DE LUTO
Lo que sí es seguro, es que habrá diálogo. Eso lo definieron Santos y las FARC desde hace un tiempo. Nada extraño que Santos, haciendo gala de su teatralidad, extienda una invitación benevolente a Cano –desde su condición de victorioso- para que el barbudo comunista se desmovilice y entre a dialogar. Puede que sea otra la vía, pero diálogo con Cano habrá, eso es seguro
Por Ricardo Puentes Melo
Septiembre 23 de 2010
La cúpula de lujo de las Fuerzas Armadas –salvo algunas excepciones machacescas- dieron su primer gran resultado: La baja (que no el Homicidio en Combate, señores Rivera y Guarín) de varios guerrilleros entre quienes se encontraba el peor carnicero en toda la historia de las FARC, el infame Víctor Julio Suárez Rojas, alias “Jorge Briceño” o “el mono Jojoy”.
Una operación conjunta de la Fuerza Aérea y el Ejército, con el apoyo de la Policía, logró dar de baja al hombre que más sangre y dolor ha traído sobre Colombia, después de Tirofijo –obviamente-, el masacrador admirado por Piedad Córdoba e Iván Cepeda. 50 bombas fueron lanzadas al búnker que tenía Jojoy en medio de la selva, resguardado por miles de guerrilleros, y así Colombia se va librando del azote del terrorismo armado de las FARC.
Yo lamento dañar la fiesta (aunque quisiera no hacerlo), pero hay que ser muy honestos. Aunque reconocemos y agradecemos que Santos permitió este bombardeo –porque hubiera podido oponerse, como hizo Pastrana en su época-, la lucha contra el comunismo no termina con Jojoy. Es más, Jojoy era ya una persona incómoda para los propósitos de Castro, Chávez, Lulla da Silva… y hasta para el mismo Santos que quiere imponer en Colombia un modelo aparentemente más light del socialismo: La Tercera Vía de Blair. Un modelo que ha empobrecido a millones en Inglaterra y España al mismo tiempo que enriquece fabulosamente a quienes lo aplican teniendo el control de los medios de producción y las fuentes energéticas. En otras palabras, este modelo de la Tercera Vía ha servido a una oligarquía que quiere concentrar aún más el poder y la riqueza. Chávez y Castro son dos versiones ordinarias y chabacanas del modelo Tony Blair o Rodríguez Zapatero. El modelo de Santos es más parecido a estos últimos, pero igualmente dañino y perverso.
Que Santos amenace con bravuconadas a las FARC o bombardee sus campamentos significa poco en la realidad fáctica que sufrimos. La guerra, la verdadera guerra contra Colombia es más sofisticada y viene caminando a pasos agigantados cobrando ya varias víctimas que las Cortes, la Fiscalía y algunos dentro del Ministerio de Defensa y del Interior exhiben como trofeos de cacería.
La izquierda sabe desde hace un tiempo que las FARC están caducas y que no pasan de ser ya un grupo de narcotraficantes que no contribuyen a la causa sino que, al contrario, causan daño al propósito de convertir a Colombia en un país más que ligue sus destinos al socialismo del siglo XXI; o a la Tercera Via, que es lo mismo.
Petro vaticinó este cambio desde hace tiempos. No por nada es el intrigante más avezado del comunismo y ha sabido aprehender estas verdades ya probadas en otras latitudes desde donde se maneja el conflicto en Colombia y, también, se capitalizan los réditos financieros del mismo, que provienen del narcotráfico. Recuerden que Petro es quien manipula tras bambalinas toda la persecución contra los militares, en especial aquellos que derrotaron a su guerrilla del M-19 en el Palacio de Justicia y a quienes mermaron la capacidad económica de sus mecenas golpeando contundentemente las arcas del narcotráfico.
Santos también lo entendió y por eso el comunismo al estilo Petro adora a Juan Manuel. Chávez, el orangután de Miraflores, tardó un poco más en comprenderlo. Pero ya Santos y Petro ayudaron a que entendiera. Por ello, poco después de su conversación con Santos, Hugo Chávez hizo el llamado a las FARC de que abandonaran su lucha armada.
¿Por qué a los cabecillas de las FARC les cuesta tanto dejar las armas…? Porque son un grupo de narcotraficantes y saben que serán juzgados por las Cortes de Estados Unidos. Por ello Cano buscaba un diálogo que les permitiera adquirir una inmunidad política frente al eventual requerimiento por parte de la justicia gringa. Un diálogo con Santos les daría estatus político.
Lamentablemente para Jojoy, las FARC pretendieron hacer que la sociedad civil clamara por un diálogo, colocando bombas y asesinando policías. Pero no contaron con que ya Uribe demostró que la salida no es negociada y que la opinión pública iba a exigirle a Santos una respuesta contundente frente al terrorismo fariano. La respuesta de Santos fue el bombardeo a Jojoy.
Así pues, Cano y Santos deben inventarse otra manera para llegar al diálogo, porque con escalada terrorista ya Colombia no se trama.
La salida para los mandos medios de las FARC es entregarse. Tal vez puedan en un futuro ser congresistas o gobernadores como sus colegas de delito Petro y Navarro.
Lo que sí es seguro, es que habrá diálogo. Eso lo definieron Santos y las FARC desde hace un tiempo. Nada extraño que Santos, haciendo gala de su teatralidad, extienda una invitación benevolente a Cano –desde su condición de victorioso- para que el barbudo comunista se desmovilice y entre a dialogar. Puede que sea otra la vía, pero diálogo con Cano habrá, eso es seguro.
Nuestro sentido pésame a Piedad Córdoba, Iván Cepeda, Colombianos por las FARC, el cura Giraldo, el cura de Roux, al Polo Democrático, a Petro, Navarro, Vera Grabe y marido Lucho, y demás delincuentes amnistiados. Palmaditas de pesar a La Machaca, a Sergio Jaramillo, y a quienes desde el Ministerio de Defensa insisten en calificar a nuestros soldados como HOMICIDAS.
Nuestras felicitaciones a las Fuerzas Armadas. Nuestro reconocimiento y agradecimiento al Doctor Fernando Londoño quien como ministro fue el gestor de este proceso que ha traído tantas glorias al ejército. También al coronel Plazas Vega quien combatió a la guerrilla cuando era militar activo, y al narcotráfico cuando fue Director Nacional de Estupefacientes. En toda la historia de Colombia, nadie le ha propinado más golpes a las finanzas del narcotráfico, que Plazas Vega desde esa dirección de Estupefacientes. Fernando Londoño acertó al colocarlo ahí.
Por supuesto, esto es también victoria de nuestro Presidente Álvaro Uribe Vélez, el hombre que cambió para siempre el destino aciago del país al que nos habían enrumbado las familias tradicionales poderosas que se han enriquecido monopolizando por igual los medios de comunicación y de producción.
La muerte de Jojoy no es el fin de nada. Al revés, es el comienzo del recrudecimiento de los ataques a nuestro ejército y nuestra democracia desde los estrados judiciales y desde el mismísimo ministerio de Defensa.
Urge que nosotros, como sociedad civil, no bajemos la guardia. Los mamertos, aunque tristes por la muerte de su camarada, están dichosos porque saben que la guerra la están ganando con la importante ayuda de este gobierno que les facilita los instrumentos y herramientas necesarias para aniquilar a nuestro glorioso Ejército Nacional.
Septiembre 23 de 2010
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