YO NO OLVIDO EL AÑO VIEJO

DICEN LOS DEL POLO DEMOCRÁTICO EN BOGOTÁ

Por Ricardo Puentes Melo.

Nov 17 de 2009

Cuando Sammy Moreno, el nieto del general ratero que desangró a Colombia y asesinó civiles, ganó las elecciones para la alcaldía de Bogotá, El Tiempo, emocionado, declaró que gracias a la virgencita de Chiquinquirá, las políticas de Lucho Garzón tendrían continuidad en el nuevo cuatrienio.

Yo comprendo que El Tiempo quiera seguir –con bastante éxito- con su mala maña de imponernos a sus gobernantes, aquellos que beneficiarán al diario con jugosas partidas publicitarias y con puesticos para la familia, pero no entiendo de dónde pudieron  conseguir a casi un millón de idiotas que les creyeron a Sammy, a María Eugenia Rojas, a El Tiempo, a Ernesto Samper y a las FARC, de que era ideal seguir con las políticas de Lucho, el beodo sicarial del Olimpo colombiano.

Sin embargo, como yo no me creo Dios, como sí se creen Lucho el beodo sicarial y Sammy el pinocho Moreno, llegué a pensar que pude haberme equivocado, así que desempolvé los periódicos (El Tiempo) y revisé las secciones que tenían que ver con Bogotá durante estos nefastos y tristes cuatro años que duró Garzón en la alcaldía, y los comparé con los no menos nefastos dos años que lleva Sammy en el mismo asiento. No pude ver nada bueno. Es cierto que se han repartido almuerzos gratis a unos cuantos –cosa buena- pero nadie se atreve a decir que la cifra de alimentados es irrisoria cuando se compara con los millones que no tienen qué llevarse a la boca a diario, como no sean los dedos de la guerrilla y el Polo, la misma vaina; y nadie dice nada de los torcidos a costa de las firmas de los alimentados, ni nadie habla del impacto social negativo que han traído los almuerzos gratis en las familias beneficiarias; porque si bien es cierto que se ha suplido el hambre de muchos niños, esto, sin proyectos productivos ni oportunidades reales de empleo y educación para estas personas, es una miserable limosna con la que el Polo extorsiona en época electoral (“Si no votan por nosotros, se les acaban los almuerzos”). Las familias beneficiarias de los almuerzos no han encontrado solución permanente y sólida a sus problemas de pobreza; los pocos centavos que consigue el padre o la madre, ya no van para el mercado sino para la cantina, mientras que las madres no bebedoras, al no tener que dedicar tiempo en la cocina, se dedican al ocio y al chismerío que, por esos lados, pasa casi siempre al uso del cuchillo y el botellazo. No hay planes de empleo, no hay proyectos autosostenibles, no hay solución para la educación. Los almuerzos se están convirtiendo en un paliativo que adormece conciencias. Los almuerzos para los niños sí deben continuar, pero con programas de apoyo a los padres.

En cuanto a los colegios, las administraciones del Polo construyeron colegios, pero nadie se pregunta por qué les dieron los contratos a los amigos de los alcaldes Lucho y Sammy, ni nadie quiere saber para qué carajos tumbaron colegios en excelente estado para hacer otros iguales; tampoco nadie quiere saber por qué razón Bogotá ocupó un puesto vergonzante entre los últimos lugares en cuanto a calidad de la educación. Y nadie quiere averiguar por qué Abel Rodríguez aún no está en la cárcel por los millones de millones en sobrecostos.

Ni hablar de los muertos que quedaron en plena fila para conseguir carné del Sisbén, ni de aquellos que fueron sacados de EPS y de hospitales del Distrito (bajo cobertura de la Secretaria de Salud), porque no tuvieron para pagar la consulta; nadie dijo nada al ver que pobres, gente del pueblo al que dice defender el Polo Democrático, fue echada a morir en las aceras de las calles durante las administraciones de Garzón y de Sammy.

Nadie dice nada de los habitantes de El Codito que fueron desalojados de sus propias viviendas a bala y garrote por el alcalde Garzón. Nadie dice nada por los desplazados a quienes el alcalde Sammy dejó a su suerte y que tuvieron problemas de violaciones y asesinatos. Nadie dice nada porque la alcaldía de Sammy ordena dejar sin vivienda a ancianos enviando tanques demoledores para despojarlos. Nadie dijo tampoco nada cuando algunos desplazados que llegaron a Kennedy fueron sacados también a punta de proyectiles por orden del alcalde socialista Garzón.

Nadie dijo nada cuando nos enteramos de que el dinero del presupuesto Distrital fue utilizado para financiar la campaña de Samuel Moreno y para apoyar a periódicos de las FARC. Nadie dijo nada cuando los habitantes de Chapinero fueron obligados a salir de sus viviendas, a venderlas a bajo costo, porque el alcalde Garzón decidió entregarle el barrio completo a los gay y demás vertientes y gustos sexuales, para que ejercieran su prostitución allí. Nadie dijo nada cuando cerró casas de la Cultura y acabó con el presupuesto destinado para la educación cultural de los niños de escasos recursos, para redireccionar estos recursos a la comunidad gay con el fin de que ésta pudiera desfilar por la séptima medio empelotas y empelotos, dizque para que Bogotá se pareciera a San Francisco y fuera más internacional. Nadie dice nada porque los socialistas del Polo pretenden convertir a Bogotá en la capital gay del mundo.

Nadie dijo nada cuando, en el último diciembre de su mandato, Lucho Garzón y los concejales, parodiando a Alí Baba y sus cuarenta camaradas, se alzaron con más de dos mil y pucho de millones de pesos utilizando las palabras mágicas “turrobasiyorrobo” para que se abriera, como por arte de magia, la chequera del erario y se empezaran a girar cheques a diestra y siniestra, para cuadrarles la navidad a esos pobres muchachos del Concejo y a su papá lindo, Luchito Garzón, quien por época decembrina no era Dios en pleno sino el niño rabipelao. Ni siquiera los concejales “cristianos” musitaron palabra ante este robo sino que, por el contrario, callaron cuando les llenaron los bolsillos.

Nadie dijo nada cuando el Concejo en pleno (menos los del MIRA) votaron para nombrar al indio bandolero de Rojas Birry como Personero de Bogotá. Claro, como Rojas es íntimo de Sammy, y Sammy les prometió contraticos a cambio del voto….. ¡Vainas del socialismo…!

Nadie dice nada porque el 80% de las calles de la ciudad estén totalmente destruidas. Y nadie se pregunta dónde esta la platica que había destinada para eso. Habría que preguntarles a María Eugenia Rojas o a los financistas de las FARC.. ellos sí que saben de presupuestos.

Nadie dice nada porque los grandes centros de prostitución infantil, y de venta de drogas y armas, como lo es la avenida Primero de Mayo, se haya fortalecido gracias a la indiferencia (¿o apoyo?) del dipsómano rumbero, libertino y sicarial de Lucho Garzón. Y, por supuesto, gracias a Sammy, íntimo de la poderosa comunidad Lgtbdcp (el “cp” es de “curas pedófilos”)

Los atracos callejeros subieron, la violencia se disparó. Ya hasta en Transmilenio, bajo la mirada impávida de la administración distrital del Polo, se atraca, se secuestra y se asesinan a personas en sus instalaciones. Eso es socialismo, camaradas. Y nada de raro tendría que los asesinos del joven cuyo error fue pedir que no orinaran en plena estación de Transmilenio, fueran miembros de alguna célula de las FARC, paracos, o militontos del Polo Democrático, que se creen dueños de Bogotá y con licencia para matar.

Las violaciones también se volaron. La gente enloqueció. Los intentos de suicidio alcanzaron la cifra record de más de 60 intentos DIARIOS. Eso es mucho para una ciudad de escasos 7 millones de habitantes. Pero a Sammy ni a ninguno de su gabinete les importa. Lo único que les importa es cobrar su sueldo y ayudar a sus amigos a saquear la guaca.

Como tampoco les importa a los del Polo que sus amigotes de las FARC vayan hasta Sumapaz a asesinar a ediles. Lo extraño del asunto, lo que muchos nos preguntamos, es por qué razón los ediles de Sumapaz que son del Polo, no fueron a la reunión el día de la matanza… ¿les avisaron…? Si es así, ¿quiénes les avisaron…?  ¡Socialismo puro, caballero..!

Para cerrar con broche de oro y refrescar la memoria, pregúntense por qué nadie dijo nada cuando Lucho Garzón, de manera abusiva y autoritaria, le dejó un regalo a su sucesor, Sammy Moreno, de billones de pesos cobrándonos injustamente un impuesto de valorización. ¿Valorización de qué..? ¡Pues de qué va a ser..! ¿No ven que, Dios Garzón nos hizo un favor colocándose como nuestro gobernante, sentando sus posaderas en el baño del palacio Liévano, que para él era un simbolismo que servía de alegoría…? Porque el alcalde, cada vez que excretaba sus heces con olor a mirra e incienso, imaginaba dulcemente que se estaba defecando encima de toda Bogotá, como efectivamente lo hizo.

El asunto es que llegó a cobrar el impuesto de valorización, y se dieron casos como aquél de ese señor cuyo apartamento tenía un valor comercial de 35 millones de pesos. ¿Recuerdan por cuánto le llegó el impuesto..? ¡Por 70 millones…! Más del doble del valor de su predio. Y encima, como el pobre viejo no pudo pagar antes de que terminara enero, seguro le quitaron el apartamento. A otros pobres, cuyas viviendas construidas a punta de sudor, de pagarlas más de 15 veces a los bancos usureros, y que no superan los 25 millones, el impuesto les llegó por 10 millones y por ahí pueden imaginarse el resto.

Los dioses del Olimpo y la virgen de la Caridad del Pobre, que protegen a Luchito, tuvieron que hacer esfuerzos sobrehumanos, milagrosos, para hacer que al mismísimo alcalde Garzón no le llegara tan alto el recibo. ¿Les recuerdo por cuánto le llegó el recibo al alcalde Garzón..? Por míseros treinta mil pesitos. “¡Tan de buenas…! –exclamó monseñor Castro cuando se enteró- si ven que al que ayuda a la curia, la virgen la ayuda..?”

Si a mí me lo preguntarán, yo diría que eso no fue un milagro sino una guachada, una muestra más de abuso del poder del cual hacen gala todos estos sinvergüenzas que gozan robando a los pobres para darles a los ricos.

Ahora, Sammy el pinocho Moreno se trepó al poder con la ayuda de las FARC, tal y como lo hizo Pastrana, con promesas de hacer el Metro. Pero ese Metro lo pagaremos con sangre los bogotanos.

Los restantes dos años, ya pintan por lo mismo. Samuel Moreno dejará montado el fraude del Metro, no porque beneficie a la ciudad, sino porque habrá una magnifica oportunidad para robar el presupuesto. De eso se trata el poder para la familia Moreno Rojas, de robar. Un Metro, en Bogotá, funcionaria si se hace desde Bosa, Kennedy, Usme, Soacha o Ciudad Bolívar. Pero no, Sammy, el niño mimado de mamá, hará el metro donde no se necesita, para los pequeños burguesitos que pueden tomar taxi o conducir sus propios coches. De ahí hacia el sur, donde viven los pobres, Samuel Moreno dijo en su campaña que esa gentuza podía ser empacada en buses. Y es que el Metro contrasta mal con la miseria del sur.  En eso tiene razón Sammy, el niño mimado de su mamá.

Para escupirnos en la cara, Sammy, el niño mimado de su mamá, nombró un gabinete de lujo que logrará lo que Lucho no completó: convertir en más pobres a los pobres. Por algo, Samuel Moreno fue el candidato de las FARC. Igual que lo fue Andrés Pastrana. Yo creo que, al igual que Pastrana, Samuel –para pagar el apoyo- ha aumentado con creces el camino que inició la administración Garzón, al destinar presupuesto público, de nosotros, de nuestro bolsillo, para dárselos a los asesinos guerrilleros, a sus periódicos, a sus contratistas, miembros del partido comunista clandestino y no clandestino; les ha dado zonas para delinquir, zonas para expender droga a niños, para prostitución, etc.

Samuel Moreno, el niño mimado de su madre, acaba de nombrar un gabinete que dice muchísimo de sus amarillas intenciones. Tenemos a Juan Ricardo Ortega, alto funcionario del BID, hijo del Francisco Ortega, ex gerente del Banco de la República. Si el señor Ortega es del pueblo, humilde trabajador de extracción popular, yo soy el Ché Guevara. Ortega es cuota de la oligarquía, y seguramente se ha encargado de vender la ciudad a sus amigos los banqueros internacionales, los del BID o el Banco Mundial, ya lo verán.

Otra de las joyas de esta nueva administración, es Mónica de Greiff; de Greiff fue tesorera de la campaña Samper, donde se recibieron millones y millones del Cartel de las drogas de Cali. Su padre, cuando fue Fiscal, jamás hizo nada contra este poderoso cartel, igual que no hizo nada Maza Márquez, el jefe del DAS de entonces. Estos De Greiff, obviamente tampoco son de extracción popular, como es evidente por su sueco linaje y por los miembros de esta familia que tuvieron y tienen poderosas empresas industriales, amén de influyentes periodistas. Mónica fue ministra de Justicia de Virgilio Barco, durante cuyo gobierno campeó la impunidad para los narcotraficantes y los corruptos. El asunto es que Mónica se encargó de la Secretaria de Desarrollo Económico, y de eso sí que saben estos De Greiff, y ahora pasó a otro puesto con más opciones de contratos y peculados. Lástima que se trate del desarrollo económico de los amigotes de la izquierda y los de Cali, y no de los bogotanos necesitados.

Samper, además de Mónica de Greiff, puso como cuota suya a Yuri Chillán Pérez, alto funcionario durante el gobierno del bojote.

No sobra repetir que la guerrilla eligió a Sammy el pinocho Moreno, el nene consentido de su madre; tampoco sobra decir que la guerrilla es narcotraficante, como narcotraficante fue el gobierno de Samper, donde estuvo la de Greiff, y no sobra recordar que Samper fue quien le pidió a Pablo Escobar dinero para la campaña de López; que la de Greiff fue la tesorera de la campaña de Samper donde el narcotráfico puso su platica. Tampoco sobra recordar que las FARC, narcotraficantes, apoyan al Polo Democrático; ni sobra recordar que algunos dirigentes del Polo proceden del M-19, guerrilla financiada por el capo Pablo Escobar Gaviria.

Mejor dicho, como diría don Daniel Samper, “Caray, todo quedó en familia, alita”.

Por último, tenemos la joya más joya, Abelito Rodríguez, el apoyador de FECODE y sus desmanes, el alcahueta del bajísimo nivel de educación en Bogotá. El que contrató asesores fantasmas con sueldos mensuales de más de 6 millones de pesos, el dueño del balón de los contratos para la construcción de esos edificios que salieron con sobrecostos de millones de millones. Abelito se fue ya… pero creo que salió como millonario. El que no ha querido ir es Rojas Birry, amigote de Sammy y socio beneficiario del narco David Murcia Guzmán.

Termina el 2009… Pero No gocen mucho porque nos esperan otros dos años de terror en Bogotá. Otros dos años donde las FARC, la impunidad, el boleteo, el secuestro y los asesinatos selectivos serán la orden del día. Ese el menú del socialismo del siglo XXI.

Por eso, da risa la declaración de Sammy Moreno, el nene mimado de su madre, cuando recién posesionado dijo a El Tiempo que “Aquí nadie es cuota de nadie”. Esa frase hay que sumarla a esa de que “Yo si compraría votos” y a otras verdades que soltó durante su campaña multimillonaria (a todas éstas, ¿nadie ha averiguado de dónde salió la plata para la campaña del Polo en Bogotá..? ¡Averígüelo, Chávez..!).

A los votantes del Polo, no me canso de decirlo, debería darles vergüenza por haber avalado con su voto a las FARC- Polo Democrático, un A-team de canallas que, junto a Hugo Chávez, el demente, se burlará una vez más de la esperanza de los colombianos..

¿Con qué cara se presentarán ante los campesinos de Usme a los cuales el Polo quiere despojar para construir un megaproyecto habitacional en el que, obviamente, se enriquecerán solamente los de la cúpula amarilla y sus contratistas amarillos..?

¿Por qué nadie dice nada acerca del abuso del Polo Democrático, al bajar la valorización de estos predios rurales de Usme, para poder comprarlos a precio de huevo y revenderlos luego a la administración a precio de diamante…?

Socialismo, camaradas…. Socialismo del siglo XXI en marcha.